El presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente de EE.UU. Barack Obama, podrían discutir la crisis de Siria en el marco de la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que la próxima semana se celebrará en Bali. Funcionarios estadounidenses y rusos estaban discutiendo arreglos un posible encuentro durante la Cumbre para abordar la cuestión de Siria y la agenda de la cumbre paz -Ginebra 2- prevista para el mes de noviembre.
La posición de Rusia en Siria no se trata principalmente de Siria. Se trata del orden mundial: ¿Quién tiene el derecho de decidir sobre una intervención militar? Desde 1999 la guerra aérea de la OTAN contra Yugoslavia, el Kremlin ha tratado de defender su propia soberanía y la de sus aliados contra los ataques estadounidenses; desde 2004 con “la Revolución Naranja de Ucrania” ha temido al "cambio de régimen" diseñada desde el extranjero. La defensa de Moscú se basa en su poder de veto en el Consejo de Seguridad pero este poder no puede evitar la intervención liderada por EE.UU. –aunque sea ilegal en términos de Derecho Internacional- pero si puede debilitar seriamente el caso de la misma.
Por otra parte, la lectura de la Primavera Árabe de EE.UU. y la UE fue ingenua y esperaban un nuevo 1848 o 1989, mientras que Rusia fue escéptica sobre el impacto a corto plazo e intuyó un despertar en el mundo árabe de guerra civiles que empujarían a los radicales y extremistas a la palestra marginando a los moderados y laicos. Putin no apoya a Al-Assad porque sea su hombre, lo hace porque sus enemigos son más peligrosos y serán un problema mayor en el futuro.
Jabhat Al-Nusra ha amenazado con atacar a Estambul y Ankara, según una fuente militar de EE.UU., después que el grupo pro Al-Qaeda se hizo cargo de la ciudad fronteriza siria de Azaz Turquía cerró varios pasos fronterizos -incluidos Bab Al-Hawah y Bab Al-Salameh- principales rutas para las provisiones rebeldes. El Parlamento turco aprobó hoy la extensión por un año más del permiso para enviar tropas a la frontera, en caso de ser necesario, ya que los grupos islámicos representan una amenaza más importante que Al-Qaida en Afganistán o Pakistán.
Seis poderosos grupos rebeldes sirios le pidieron hoy a los rebeldes pro Al-Qaeda del Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) e insurgentes rivales de la Brigada Tormenta del Norte para que finalicen los enfrentamientos, que se han intensificado por luchas internas en la zona estratégica de Azaz en la frontera Norte, luego que un intento anterior para negociar una tregua entre las dos partes fracasó. En una declaración, se pidió un alto el fuego entre las dos partes y que sometiesen su controversia al tribunal islámico de Aleppo; la declaración fue firmada por los jefes de las poderosas brigadas Ahrar Al-Sham, Liwa Al-Tawhid, Suqour Al-Sham y el Ejército del Islam, y una copia se envió a la página de Facebook de la Tormenta del Norte. No se mencionó que harían los firmantes si las dos partes no dejar de luchar o si no se retiraba el ISIS de Azaz.
Mientras los rebeldes sirios inicialmente acogieron con satisfacción a grupos como el ISIS en la guerra civil contra el régimen sirio, ahora se resienten de poner a la lucha yihadista internacional por delante de su objetivo de derrocar al gobierno sirio. Estos combatientes ahora ejercen actividades gubernamentales sobre los pueblos liberados e imponen estrictos códigos sociales que no son compartidos por la sociedad siria, ya que es tradicionalista pero no religiosa; grupos como el ISIS no ocultan sus operaciones transfronterizas o la brutalidad hacia los que consideran enemigos o infieles, por lo que no asegurarán más estabilidad en el escenario pos Al-Assad.
Las divisiones internas de los rebeldes han dañado su capacidad de lucha, sumados a los más de dos años y medios de enfrentamientos con las fuerzas mejor entrenadas del presidente Al-Assad; las tensiones intra rebeldes en parte son ideologías, pero cada vez más son disputas por los recursos, el territorio y el botín de guerra. Estas luchas internas han trabajado en beneficio de Al-Assad, quien pasó de enfrentarse a la posibilidad de un ataque militar de EE.UU. a ser un actor indispensable para evitar el dominio de los grupos islámicos.
Arabia Saudita también sufrió un fuerte revés, además de la inacción de EE.UU., cuando sus grupos satélites como Liwa Al- Islam -creados para contener el avance de Al-Qaeda en Siria- los se fusionaron con otros militantes islámicos y crearon el nuevo Ejército del Islam; el nuevo grupo reúne a unos 50 sub-grupos yihadistas salafistas independientes que han estado recibiendo financiamiento y armas sauditas, pero tienen una agenda diferente. Los saudíes tienen poco control sobre ellos, en el fondo son todos combatientes islamistas y comparten la meta de unir a todos los musulmanes bajo el dominio islámico no sólo en Siria, sino en la región del Levante, por lo que no sería irreal que Bashar Al-Assad reciba menos presión a cambio de eliminar a estos grupos que amenazan la estabilidad de la frontera europea y más allá.
Rusia ha fijado sus objetivos en la región a largo plazo. EE.UU. ha hecho lo propio pero a corto plazo, por eso solo se limita a debilitar a Al-Assad y a involucrarse militarmente; Moscú pudo “venderle” fácilmente la iniciativa de las armas químicas a Washington porque su visión es más inclusiva y no tiene una multiplicidad de actores regionales a quienes debe responderles.
El dato del día: los miembros del grupo “Academia Internacional de la Unidad Espiritual y de Cooperación de los Pueblos del Mundo” dijeron en una conferencia de prensa que el presidente Putin es mucho más merecedor del Nobel de la paz que “Obama -quien lo recibió en 2009 pero ha continuado liderando las operaciones militares estadounidenses- incluyendo ataques aéreos que han matado a civiles y ciudadanos estadounidenses en el extranjero.” El ganador del Premio de la Paz 2013 será anunciado en Oslo el 11 de octubre y nominaciones para el premio de este año cerraron el 1º de febrero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario