El Ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, dijo que era vital que todos los elementos de la oposición de Siria se integren a las conversaciones de paz. Hague hizo estas declaraciones antes de una reunión, en Londres, del grupo de 11 naciones que pretenden reforzar la oposición siria y sentar las bases para Ginebra 2; el funcionario británico dijo que la oposición –muchos de los cuales son reacios a negociar con el gobierno sirio- deben asistir a las conversaciones, "Si ellos no son parte de un proceso de paz en Siria, todo el pueblo sirio se verá obligado a elegir entre Al-Assad por un lado, y los extremistas por el otro”.
Ahmad Al-Jarba, líder de la Coalición Nacional Siria (CNS), dijo que la Coalición decidirá en una reunión la próxima semana si quieren participar. El CNS ha sido reacia a hablar con los representantes del gobierno de Al-Assad, pero luego que los grupos rebeldes del Norte y del Sur desconocieron su representación, la posición de la CNS se ha visto comprometida y la reticencia al diálogo solo mostraría una mayor debilidad. Al-Jarba habló con los periodistas después de la reunión en Londres y dijo que para el éxito de las conversaciones de Ginebra 2 eran necesarios: corredores de seguridad para entregar ayuda humanitaria a las zonas controladas por la oposición, actualmente sitiadas por las fuerzas gubernamentales; que las mujeres y los niños bajo custodia del régimen sean liberados y que Irán no tenga un papel activo en el proceso, ya que tiene decenas de miles de milicianos en Siria.
No quedó claro si el anuncio hecho por el Secretario General de la Liga Árabe, Nabil Elaraby, fue prematuro o es un esfuerzo de los mediadores internacionales frustrados para empujar a los opositores a participar de las negociaciones estancadas. Las reacciones a la conferencia de paz, establecida para 23 y 24 noviembre, han sido cualquier cosa menos alentadoras. El propio presidente Al-Assad señaló que "No hay una fecha hasta la fecha [de la conferencia] (...) Y los factores actuales no ayudan a mantenerla (…) Muchas de las preguntas acerca de esta conferencia están todavía sobre la mesa."
El Jefe de inteligencia de Arabia Saudita, Príncipe Bandar bin Sultan, dijo que el reino hará un "gran cambio" en las relaciones con EE.UU. en protesta por su falta de acción, percibida en la guerra en Siria y en sus propuestas a Irán, según informó una fuente cercana a la política saudita. El Príncipe Bandar bin Sultan dijo a los diplomáticos europeos que Washington había dejado de actuar con eficacia en la crisis siria y el conflicto palestino-israelí, que estaba más cerca de Teherán y que no había recibido apoyo cuando Arabia aplastó una revuelta contra el gobierno de Bahrein en 2011. El abandono de los EE.UU. es un problema importante y Arabia Saudita no quiere encontrarse a sí misma por más tiempo en una situación en la que es dependiente.
Arabia Saudita es el mayor exportador de petróleo del mundo y gran parte de sus ganancias están en activos estadounidenses. La mayor parte de los activos externos netos del Banco Central de Arabia –unos u$s 6900 millones- se cree que están denominados en dólares y gran parte de ellas en bonos del Tesoro de EE.UU. Arabia Saudita está preocupada por los signos de una tentativa reconciliación entre Washington y Teherán, algo que aumenta los temores de Riad sobre un posible "gran acuerdo" respecto del programa nuclear iraní que dejaría en desventaja a los sauditas.
El año pasado, John Kerry sostuvo que era muy difícil de ver como el papel de Irán -en la reunión de Ginebra II- podría ser constructivo dado su rechazo a las posiciones de la comunidad internacional durante las anteriores conversaciones de Ginebra I. Kerry se dirigía a Londres, donde 11 países que forman parte del Grupo de Amigos de Siria planeaban y discutir las perspectivas de una reunión de Ginebra el próximo mes. Un alto funcionario del Departamento de Estado en su delegación, que habló con los periodistas en París, reveló que la estrategia de la reunión de Ginebra II es darles a los combatientes una alternativa a un interminable "guerra de desgaste”.
Casualmente una de las causas de las tensiones entre los EE.UU. y Arabia Saudita se debe a que el presidente Obama autorizó a la CIA a proporcionarles cantidades limitadas de armas a los rebeldes sirios -cuidadosamente investigados- pero le tomó meses para que el programa comience. Además en el período previo a los ataques previstos por EE.UU., los líderes sauditas pidieron planes detallados sobre los buques de la Armada norteamericana para proteger el centro petrolero saudita, durante los ataques a Siria; un funcionario familiarizado con la discusión dijo que los saudíes se sorprendieron cuando los norteamericanos les dijeron que sus barcos no serían capaces de proteger totalmente la región petrolera. Arabia Saudita percibe que lo sucedido con los rebeldes sirios, es solo un signo de la retirada norteamericana de la región, y que Riad dependerá de nuevas alianzas para su seguridad.
Mientras los preparativos para las negociaciones de paz no avanzan, los rebeldes y el Ejército sirio continúan enfrentándose casi calle a calle. Ahora Jabhat Al-Nusra parece haber consolidado el control de Sadad –importante localidad debido a su ubicación estratégica, cerca de la carretera principal a 95 km al Norte de Damasco- además de ser un bastión cristiano. Los rebeldes de línea dura son hostiles a la minoría cristiana de Siria, ya que tienden a apoyar al gobierno, y los combatientes vinculados a Al-Qaida han dañado y profanado iglesias en las áreas ocupadas. El presidente Al-Assad ha recibido el apoyo del mosaico de minorías étnicas y religiosas -incluidos los cristianos y los miembros de su secta alawita- en la guerra civil, mientras que los rebeldes son en su mayoría sunitas.
En un comunicado después de la reunión de Londres, se estableció un gobierno de transición y que "Al-Assad y sus allegados, con sangre en sus manos, no tendrá ningún papel en Siria (...) Tiene que haber rendición de cuentas por los actos cometidos durante el conflicto actual." Notablemente ausente de la reunión de Londres, Rusia ha rechazado este tipo de reuniones argumentando que no representan al pueblo sirio. Esta declaración marca una mayor distancia entre Rusia y EE.UU., además de insistir con investir a la CNS con una representación que no tiene ni tendrá; en este contexto la pregunta es ¿Quienes irán a Ginebra?
El dato del día: la guerra civil siria ha llegado a las aldeas drusas en los Altos del Golán, luego que tres jóvenes de esa comunidad se unieron a las filas del ejército sirio. Los jóvenes cruzaron la frontera para luchar junto al régimen, y si la noticia es cierta serían los primeros casos conocidos de ciudadanos israelíes que luchan por Al-Assad.
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