jueves, 23 de junio de 2011

El Embajador Ford visitó el norte de Siria


Esta semana, el embajador de Estados Unidos en Siria, Robert Ford, participó de una gira patrocinada por el gobierno del presidente sirio Bashar al-Assad, en la provincia de Idlib al noroeste del país. La gira de propaganda se organizó para mostrar la devastación causada por lo que los funcionarios del gobierno describieron como elementos fuera de la ley e islamistas radicales.

Durante el tour -junto a los funcionarios sirios- se le explicó a Ford que los extremistas islámicos habían sido los responsables de las más de 1.500 muertes desde que las protestas comenzaron en marzo; el gobierno también le dijo que Ford no ha habido marchas pacíficas -como lo muestra la prensa internacional- sino que son radicales extranjeros que buscan desestabilizar a Siria.

El silencio de Ford en Damasco contrasta dramáticamente con sus recientes declaraciones para la prensa árabe, donde el funcionario norteamericano ofrece como salida a la situación en Siria un diálogo entre el gobierno sirio y la oposición dentro del país, con el objetivo de formular un marco político que allanaría el camino hacia una solución. Se sabe que la oposición declaró su negativa a dialogar con Al-Assad, en tanto y en cuanto continúe la represión y sean considerados delincuentes y terroristas por el gobierno; por otro lado si la oposición cesa con las manifestaciones perdería su única ventaja frente al poderío oficial.

Victoria Nuland, portavoz del Departamento de Estado, dijo que el viaje a la ciudad abandonada de Jisr al-Shughour le permitió al Embajador Robert Ford "ver por sí mismo los resultados de la brutalidad del gobierno sirio”. Nuland dijo que los periodistas y diplomáticos extranjeros vieron una "ciudad vacía, con un daño significativo”; Nuland también señaló que no había residentes en los alrededores para torno a ofrecer un punto de vista distinto al de los funcionarios del gobierno.

Nuland dijo que a Estados Unidos le preocupa que Siria haya "tomado una página del manual de Irán" por la manera en que ha aplastado las protestas populares, en concordancia con las acciones que tomó Teherán después de las controversiales elecciones de 2009. Nuland dio a entender que se avecinan nuevas sanciones por parte de EE.UU. -junto a sus aliados- y que se estarían recogiendo datos que podrían llevar a formular acusaciones de crímenes de guerra contra las autoridades sirias ante la Corte Penal Internacional; además se confirmaron los comentarios que circularon la semana pasada por parte de funcionarios norteamericanos -no identificados- que hablaban de la posibilidad que EE.UU. impusiese sanciones sobre el petróleo y gas de Siria.

No queda claro cómo Ford ha logrado reunir pruebas de la represión del gobierno sirio durante la gira patrocinada por el gobierno sirio. Con 10.500 sirios refugiados en Turquía, la situación en Siria se está convirtiendo lentamente en un problema que puede desestabilizar la seguridad regional.

Si bien no se comprende el silencio del Embajador Ford –tanto de sus declaraciones como del sitio web de la Embajada-, tampoco se comprende la conducta de Susan Rice -Embajadora de EE.UU. ante ONU- que no puede demostrar la inestabilidad regional y propiciar una acción de ONU pero mucho menos se comprende a la política exterior de la administración Obama hacia el presidente Al-Assad, al que todavía lo ve como un reformista y sigue esperando por los cambios propuestos en sus discursos.

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