jueves, 19 de enero de 2012

El domingo se tratará el informe de misión de observadores árabes a Siria


Ahmed Ben Helli, jefe adjunto de la Liga Árabe, dijo que será decisivo el informe de los monitores que evaluar la cooperación de Siria con la misión, aunque ya se tomó nota de las dificultades que los observadores han tenido para el acceso a los puntos calientes de Siria; Helli señaló que se estaba en un punto de inflexión, mientras se aguarda el informe completo de la misión de observadores árabes que se presentará este jueves, al cabo de un mes desde la firma del acuerdo con Siria. Se espera que el informe tenga un carácter decisivo, durante la reunión de Ministros de Relaciones Exteriores árabes, que oirán el informe de la misión este fin de semana y el domingo se decidirá si se debe buscar un nuevo acuerdo con Damasco para extender otro mes más las misiones en el terreno.

Antes de conocerse el informe completo, las posiciones respecto de la situación en Siria y las acciones que deberían emprenderse al respecto son variadas y van de un extremo al otro. El Primer Ministro qatarí, Sheik Hamad bin Jassim Al-Thani quién además preside el comité de la Liga Árabe para Siria, ha presionando para que la misión de observadores sea reforzada con el despliegue de tropas árabes para el mantenimiento de la paz; la propuesta aunque no está formalmente en la agenda del domingo podría ser discutida en la reunión.

Por su lado Naciones Unidas estima que los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los insurgentes ya han dejado más de 5.400 muertos desde que estalló en marzo y hay más de 400 muertos desde que los observadores fueron desplegados el 26 de diciembre. El canciller francés, Alain Juppé, dijo que estaba claro que la misión de observación está en dificultades, no se les permite trabajar y agregó que el informe de los observadores debe ser presentado al Consejo de Seguridad de la ONU para la acción futura; pero Liu Weimin, portavoz de la cancillería china, dijo que desde que la misión de la Liga Árabe comenzó, la violencia en Siria no se ha terminado pero la situación de seguridad de las principales áreas ha mejorado, lo que demuestra que la misión es eficaz.

Esta semana, una intensa actividad diplomática tuvo lugar: la visita del Primer Ministro qatarí, Sheik Hamad bin Jassim Al-Thani, a la Secretaria de Estado Hillay Clinton; la reunión del presidente Obama con el Rey de Jordania, Abdullah II; la gira del Secretario General de ONU, Ban-Kimoon a Líbano y Emiratos Árabes Unidos y la visita de Qasem Soleimani -jefe del Cuerpo de elite Fuerza Al-Quds de la Guardia Revolucionaria iraní- a Damasco hacen suponer que el régimen sirio se encuentra en una fase decisiva.

A esta ronda de actividad diplomática se suma que la UE amplicará un nuevo régimen de sanciones a Siria, sumando a 22 individuos y a 8 empresas a su lista existente de sancionados de 120 personas y empresas que se les impuso una congelación de activos en la UE y la prohibición de viajar a los países de la UE. Se espera las medidas sean anunciadas el lunes, durante la reunión de los cancilleres de la UE en Bruselas, y todavía no han trascendido las identidades de los nuevos afectados por las sanciones.

Irán está vendiendo el crudo sirio en nombre de Siria para ayudar al presidente Bashar Al-Assad, se estima que el mes pasado unas 91.000 toneladas métricas de crudo sirio fueron enviados a Irán para su venta en los mercados internacionales; en tanto el Departamento del Tesoro de EE.UU. anunció que inspeccionará el seguro y matriculación de los buques tanque que transportan petróleo, para evitar las violaciones al bloqueo.

Aunque el presidente Al-Assad intente el camino de mercados alternativos a su petróleo y busque la autosuficiencia frente a la creciente ola de sanciones que restringen la economía siria, el ahogamiento es inevitable en el mediano plazo. El escenario macroeconómico para este año es oscuro ya que el país no dispondrá de la inversión extranjera y los capitales árabes, el turismo se ha reducido a cero, las sanciones de EE.UU. y la UE que bloquean las transacciones financieras internacionales privan al régimen sirio de la obtención de divisas ya recortadas por el bloqueo de la UE a las compras de petróleo; la debacle financiera también ya ha comenzado con la devaluación de la libra siria y la suspensión de las tarjetas de crédito.

La sociedad siria comienza a ver de primera mano los efectos de las manifestaciones, la creciente militarización de las calles ha cambiado el cariz del levantamiento pacífico inspirado en las acciones de Túnez o Egipto y comienza a asemejarse más a Libia; las expectativa ahora giran en torno a un incremento de la violencia a partir de la aparición del Ejército Libre Sirio (ELS). La composición inicial del ELS era en gran parte derivada de desertores del ejército, pero ahora también la gente está engrosando sus filas frente a la creciente violencia estatal. Sin embargo la sociedad está fragmentada en los diferentes grupos religiosos-étnicos: los cristianos -históricamente leales a Al-Assad- están preocupados por el matiz salafista de las manifestaciones; los alawitas intentan cerrarse en torno a Damasco y los sunitas comienzan a dejar el ejército.

El Estado sirio ya no funciona adecuadamente y se puede ver cómo está implosionando en cámara lenta, la corrupción que históricamente afectó a estructura estatal ahora tiene su correlato en las manifestaciones: los detenidos son liberados por sobornos, con lo que cual se ha perdido el control central del sistema carcelario; parte de las armas -provenientes de Líbano- en poder de los rebeldes fueron vendidas por personal del ejército en connivencia con los funcionarios de aduana y funcionarios gubernamentales han estado destruyendo los registros de documentos fuera de los libros de pagos.

La ecuación de la situación siria ha cambiado drásticamente desde sus inicios en marzo. El régimen ha perdido las variables económicas, el factor psicológico del miedo y la capacidad de disuasión en la sociedad; hoy no se puede predecir con exactitud cuánto más durarán las manifestaciones o si se sostendrá la voluntad social de estar en las calles, ya que de hecho, la situación está en un punto muerto: la sociedad no puede derrocar al régimen pero el régimen tampoco puede reprimir más de manera indefinida.

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