miércoles, 4 de enero de 2012

La oposición siria no logra un frente común



Los intentos de forjar una coalición entre los grupos de la oposición siria parecen haber colapsado, creando un dilema para los gobiernos occidentales que buscan hacer frente a una sola voz de oposición al presidente Bashar al-Assad. Los activistas que exigen la caída de Al-Assad y la intervención extranjera han rechazado un acuerdo con la oposición interna -que está abierta al diálogo con el régimen- y ello dificulta la creación de una coalición de la oposición que suscita dudas y cuestionamientos acerca de cómo los movimientos de protesta podrán convertirse en un futuro gobierno si cae el régimen de Al-Assad.

La Liga Árabe logró un acuerdo que establece el diálogo con el régimen y descarta cualquier tipo de intervención militar internacional, el fin de semana, entre Consejo Nacional de Siria (CNS) y el Comité de Coordinación Nacional del para el Cambio Democrático (CCN) que cuenta con muchos activistas de la oposición en Siria y que son reconocidos por el régimen. A pesar que en los medios de comunicación occidentales y la Liga Árabe la oferta de negociación fue bien recibida, Bourhan Ghalioun -líder del CNS- fue atacado inmediatamente por la oposición aunque el martes el CCN también rechazó la oferta de acuerdo argumentando que la Liga Árabe y la comunidad internacional querían una visión común pero el acuerdo no era bueno para las personas en la calle.

El Departamento de Estado de EE.UU. anunció que tiene serias preocupaciones acerca que la misión de la Liga Árabe de vigilancia fue diseñada para detener las protestas contra el gobierno y no cree que Damasco esté dispuesto a cumplir los términos del acuerdo de paz con la Liga Árabe. La portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, señaló que el régimen sirio no ha cumplido con la totalidad de los compromisos que hizo con la Liga Árabe, cuando aceptó su propuesta nueve semanas atrás y consignó que la violencia no se ha detenido.

Estas afirmaciones coinciden con las declaraciones del Secretario de la Liga Árabe, Nabil Alarabi, quien ha reconocido que todavía hay francotiradores pero defendió la misión de asegurar la liberación de prisioneros y la eliminación de los tanques de las calles.

Ello ha motivado a los activistas a acusar al régimen sirio de engañar a los observadores de la Liga Árabe, llevándolos a las áreas leales al gobierno, a cambiar las señales de tráfico para confundirlos y el envío de partidarios del régimen a los barrios rebeldes para dar falso testimonio. Los activistas también dijeron que partidarios del régimen utilizaron pintura azul en vehículos militares -para que se vean como vehículos de la policía- una maniobra que le permite al gobierno afirmar que el ejército se ha retirado fuera de las áreas densamente pobladas, de acuerdo con el plan de la Liga Árabe.

Dicha afirmación de la oposición explicaría porque el jefe de la misión de los observadores árabes, Mohammed Ahmed Mostafa Al-Dabi, durante su visita a la conflictiva provincia de Idlib describió a la situación como "muy normal" diciendo que "no ve ningún aspecto militar o armada".

Pero la realidad en el terreno es más compleja y por momentos contradictoria. Un activista, en un video subido a internet, dice “Nabil Elarabi, que está en El Cairo y nosotros estamos en Baba Amr. Aquí están los tanques y hay monitores", mientras mostraba a un equipo de hombres con atuendo color naranja similares a los de los monitores de la Liga Árabe cerca de un vehículo blindado detrás de una barrera de tierra.

Frente a las acusaciones de EE.UU. y de los activistas estas operaciones de distracción para con los observadores, el Ministerio de Relaciones Exteriores sirio calificó a la declaración de los EE.UU. sobre la misión de observadores de la Liga Árabe como una "intervención flagrante" y un intento de "injustificadamente" la internacionalización de la crisis siria. En un comunicado, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores sirio -Jihad Makdissi- dijo que la declaración de los EE.UU. es una actitud de provocación que afectaría el desempeño de los observadores árabes, incluso antes de la emisión de su primer informe.

Dos datos son importantes para comprender el escenario que se viene. El primero, un comité ministerial de la Liga árabe se reunirá el sábado el sábado para discutir el primer informe presentado por la misión de observadores sobre los acontecimientos en Siria. La reunión, que se celebrará en la sede de la Liga Árabe en El Cairo y se discutirán los últimos acontecimientos en el país y las nuevas medidas a adoptar.

El segundo, el jefe de la misión de observadores, el sudanés Tte. General Mohamed Ahmed Mustafa Al-Dabi, se desempeñó en puestos clave de seguridad bajo la presidencia de Omar Al-Bashir quien es buscado por crímenes de lesa humanidad en Darfur. A ello se le debe sumar que la misión fue demasiado reducida y altamente dependiente de los escoltas del gobierno como para lograr cierta eficacia.

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