martes, 17 de enero de 2012

Siria sorprendida por el pedido de enviar tropas árabes


Una fuente oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados declaró que Siria está sorprendida por las declaraciones de funcionarios de Qatar donde se pide el envío de fuerzas árabes a Siria y rechazó categóricamente este tipo de pedidos ya que agravarían la situación, impiden las acciones árabes conjuntas y abrirían las puertas para la injerencia extranjera en los asuntos de Siria. La fuente oficial también afirmó que el pueblo sirio se siente orgulloso de su dignidad, soberanía, rechazan toda forma de injerencia extranjera en sus asuntos con cualquier pretexto y se enfrentarán a cualquier intento de socavar la soberanía de Siria y su integridad territorial.

La fuente del Ministerio de Asuntos Exteriores agregó que durante un tiempo Siria puso en práctica los compromisos asumidos de acuerdo con el plan de la Liga Árabe, además Siria reiteró el llamado a los países árabes y a la Liga Árabe para hacer esfuerzos tangibles en la detención de las campañas de instigación y la movilización de los medios de comunicación que apuntan a agravar más la situación en Siria y facilitan la infiltración de los terroristas y el contrabando de armas al territorio sirio.

Los Ministros de Relaciones Exteriores árabes tendrán una reunión el domingo donde se discutirá la propuesta del Primer Ministro qatarí, Sheikh Hamad bin Khalifa al-Thani, de enviar tropas árabes a Siria para tratar de detener la violencia en el terreno. La reunión programada para el 22 de enero en El Cairo -un día después que el comité de la Liga Árabe para Siria se reúna- y se evaluará o tratará de hacer un juicio acerca de la sugerencia.

Los ministros de Relaciones Exteriores iraquíes y de los Emiratos dijeron que los observadores que enviaron a Siria como parte de una misión de la Liga Árabe para supervisar un alto el fuego y se supone que se siguen con su trabajo; pero el ministro de Relaciones Exteriores de Irak dijo que el tema de las tropas árabes va a estar en la agenda y se han producido algunas sugerencias.

La misión de observación de Liga Árabe no ha frenado la violencia en el terreno ni siquiera frente a los mismos observadores quienes sufrieron ataques en Latakia cuando se trasladaban en vehículos identificados. La situación de hecho a empeorado con desde la llegada de la misión de la Liga; ahora la misma Liga tendrá que decidir su próximo paso ya que el mandato de las misiones expira el jueves.

Las posiciones al respecto están divididas y los sectores más críticos de la misión sostienen que un mes de duración investigación ha hecho que la situación en Siria empeore y ha hecho muy poco para detener la violencia mientras que el régimen sirio compró más tiempo para continuar una ofensiva contra los opositores; pero otros sectores argumentan que los monitores han hecho algún avance, se opondrán a su retirada y -de hecho- pedirán aumentar el número de monitores a 3000 e incluirán algunos elementos de seguridad con capacidad de detener las operaciones violentas.

La Liga Árabe no solo enfrenta la decisión de prolongar el mandato para nuevas misiones de observación en Siria, sino que también enfrenta la decisión de adoptar nuevas sanciones frente a la instancia que el informe que será presentado el sábado señale violaciones por parte del régimen sirio. Por otra parte si la Liga no se pone de acuerdo sus propias medidas, los Estados árabes estarán bajo una creciente presión internacional para darle luz verde a medidas más amplias internacional, pero Occidente no ha mostrado hasta mucho interés para montar una intervención como la que ayudó a derrocar a Gadafi en Libia.

Esta instancia estaría tomando forma ya que el Consejo de Seguridad de la ONU tiene programada una sesión para hoy donde se discutirá un nuevo proyecto de resolución propuesto por Rusia -tercero que Moscú ha presentado en el último mes- después de semanas de críticas rusas por la lentitud de las negociaciones, pero diplomáticos occidentales no se han mostrado sorprendidos y han señalado que el proyecto tiene "pequeños ajustes" y busca "ganar tiempo".

El proyecto revisado incorpora algunas propuestas presentado por los países occidentales, pero todavía evita algún tipo de presión directa sobre el régimen del presidente Bashar Al-Assad, a quien EE.UU. y la UE acusan de continuar su violenta represión contra la disidencia política. El documento incluye los pedidos de Francia para que el gobierno sirio "cese todo acto de violencia y ponga en libertad a todos los detenidos, debido a los recientes incidentes, también incluye la propuesta conjunta de Francia y Portugal para que Siria permita que los medios de comunicación internacionales y organizaciones humanitarias ingresen al país.

Pero el punto más importante del proyecto ruso es la reiteración sobre "la necesidad de resolver la crisis actual en Siria pacífica, descartando cualquier intervención militar desde el exterior", el ministerio de Relaciones Exteriores ruso considera que el enfoque occidental difiere radicalmente del suyo ya que las medidas presentadas por occidente están destinadas a derrocar el régimen de Al-Assad

La mayor parte de la presión internacional sobre Siria no es de la Liga Árabe, o EE.UU. o la UE sino que proviene de Rusia, su principal aliado; Moscú está haciendo malabares para armonizar las demandas de la comunidad internacional que desea una intervención que corte de raíz al régimen sirio y por otra parte Moscú no ignora que la posición autoritaria del régimen de Al-Assad es insostenible en el tiempo. En la hipótesis rusa, el Estado sirio debe ser democratizado de alguna manera en lugar de ser eliminado –como sucedió con el régimen de Saddam Hussein en 2003- ya que de hacerlo el país sucumbiría en el caos y las funciones básicas como la posibilidad de sostener elecciones democráticas, controlar las fronteras, la seguridad policial, el manejo de la economía y otras dejarían de funcionar de la noche a la mañana.

Rusia -a diferencia de EE.UU.- tiene una mejor evaluación de la situación en Siria, mientras que EE.UU. está enfrascado en la dimisión de Bashar Al-Assad pero no ha mostrado un plan de transición, Moscú ha presentado un plan escalonado de reformas para los próximos 3, 6 y 12 meses a partir de ahora. La postura de Rusia no es casual y responde al deseo de mantener su influencia política y militar en el mundo árabe, a través de Siria, frente al avance regional de EE.UU. y Turquía; si el régimen sirio cae y Rusia no ha consolidado su posición dentro del país se verían comprometidos sus intereses como por ejemplo el puerto sirio de Tartus, la única base de la Armada rusa en el Mar Mediterráneo.

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