jueves, 12 de julio de 2012

Misión de Observadores de ONU para Siria ¿45 ó 90 días?


Siria se enfrentaría a sanciones del Consejo de Seguridad, en virtud de una resolución elaborada por las potencias occidentales que tratan de superar la resistencia de Rusia ya que esas medidas acelerarían la caída del presidente Bashar al-Assad. La decisión se produjo después que Kofi Annan, el enviado especial de la ONU a Siria, pidió ayer al Consejo de Seguridad que se tomen decisiones que "envíen el mensaje a todos, que en caso de incumplimiento, habrá consecuencias."

Por su parte, Rusia ha contra propuesto extender la misión de observadores de ONU -UNSMIS- por 90 días más, pero la UE y EE.UU. respondieron con un proyecto de resolución que extiende la misión a tan solo 45 días y pone al plan de Annan de paz bajo el Capítulo 7 de la Carta de la ONU –que permite al Consejo autorizar acciones que van desde sanciones diplomáticas y económicas a la intervención militar-; además este proyecto de resolución respaldado por Occidente, sostiene que si el gobierno sirio no detiene el uso de armas pesadas y retira sus tropas de las ciudades dentro de 10 días desde la aprobación de la resolución, se le impondrán sanciones adicionales.

Ban Ki-moon, Secretario General de ONU, ha recomendado un cambio en el énfasis del trabajo de la UNSMIS -que suspendió la mayor parte de sus actividades de supervisión desde el 16 de junio debido un aumento en la violencia- si su misión se ahora se centrará en una solución política y en las cuestiones de DDHH.

Aunque Consejo de Seguridad deberá votar el 18 de julio alguna resolución al respecto, las posiciones ya están profundamente dividas y por el momento, el acuerdo parece lejano. Alexander Pankin, representante ruso en ONU, dijo que "Estamos definitivamente en contra del Capítulo 7. Cualquier cosa se puede negociar, pero no negocian con esto, esta es una línea roja"; su homóloga norteamericana, Susan Rice, señaló que "Nuestra opinión es que este órgano tiene que poner ese plan de conformidad con el Capítulo 7, y dejar en claro que es vinculante ya que un solo vuelco del actual mandato sería "insuficiente."

El problema es que Bashar Al-Assad no tiene muchas intenciones de sostener una transición en su país y la evidencia de ello se encuentra en el alejamiento de Farouk Al-Shara -el vicepresidente de Bashar y ministro de Relaciones Exteriores de su padre Hafez- como el hombre clave para cualquier diálogo nacional; Al-Shara es sunita pero contaba con el respeto de la oposición y de los alawitas en el poder, esto lo colocaba como una posible figura de transición apoyada por todas las partes. Pero ahora se encuentra alejado de la vida pública y se rumorea que está bajo arresto.

Annan, quien habló ante el Consejo de Seguridad por enlace de video desde su oficina en Ginebra, después de haber visitado Siria, Irán e Irak –ambas capitales chiitas- también dijo que Al-Assad estaba abierto a la idea de un interlocutor entre él y la oposición política y que presumiblemente se podría aplicar un diálogo sin que las dos partes tengan que hablar directamente el uno al otro.

Cuando Annan le pidió a Al-Assad, en la reunión de Damasco, que nombrase a un interlocutor "eficaz y con el poder para negociar” con la oposición una transición política, se le dio el nombre de Ali Haidar, ministro del recientemente creado de Ministerio de Estado para la Reconciliación Nacional. Su hijo Ismael fue asesinado en marzo, en lo que el gobierno describió como un ataque terrorista armado, pero algunas figuras de la oposición sostienen que Ismael era un respetado activista pro-revolucionario y que fue asesinado por el régimen; por otra parte, Haidar no tiene el respeto de la oposición a quien consideran como una persona débil e incapaz.

Las declaraciones de los diplomáticos y funcionarios iraníes sugieren que hay una división de opiniones en Teherán, el principal aliado regional, sobre la política a seguir con Siria. El debate surgió antes de la visita diplomática de Annan a Teherán esta semana, en medio de cuestionamientos de la comunidad internacional sobre si se debe incluir a Irán en las negociaciones para un plan de paz en Siria; por un lado, el canciller Ali Akbar Salehi, sostiene que todas las partes deben hacer esfuerzos para ayudar a encontrar la mejor manera de solucionar el problema y sostiene que Irán apoya la transición democrática en Siria y dijo que Assad debe dejar el poder en las elecciones de 2014.

Pero el jefe negociador del programa nuclear, Saeed Jalili, tuvo un tono más duro e instó a Annan a detener la intromisión de potencias -como EE.UU.- en los asuntos de Siria y a detener la transferencia de armas a los terroristas rebeldes en Siria. En abril de 2012, Mohamad Dehaghan -ex agregado cultural en la embajada iraní en Siria- dijo el levantamiento de Siria fue un movimiento popular legítimo lo que contradice la línea oficial de Irán y Siria sobre que la injerencia extranjera y los terroristas estaban orquestando la sublevación; el enfoque de línea dura de Jamenei para Siria, no puede prevalecer con personas influyentes, como el ex presidente Rafsanjani, que públicamente dicen que los iraníes se han quedado aislados y han perdido las alianzas con los árabes por lo que es momento de ser racional.

Con dos resoluciones antagónicas en el Consejo de Seguridad, las concesiones por ambas partes deberán producirse antes de la votación de la próxima semana para decidir sobre el mandato de la misión de ONU en Siria que expira el 20 de julio. EE.UU., la UE y los países árabes sunitas están decididos a que se llegue a algún tipo de disposición coercitiva en caso que el régimen sirio no cumpla con lo acordado; esta medida no se debe a una especulación sino a que Al-Assad ha incumplido todos los acuerdos desde el inicio de las manifestaciones en marzo de 2011.

Por otra parte, Rusia ha comprendido que los días del gobierno sirio están contados –en parte la guerra civil y en parte por su constante pérdida de apoyo dentro de los grupos de poder internos- por lo que ahora su principal preocupación será mantener lo que pueda de su influencia y preservar una imagen aceptable ante el pueblo sirio. Esto será difícil si se tiene en cuenta como terminaron las conversaciones de esta semana entre la oposición sirios y los funcionarios rusos en Moscú; Rusia apoya una transición política pero los líderes de la oposición señalan que Moscú solo pretende una prolongación del conflicto, para ver si Al-Assad revierte la situación.

La gira de Annan por Damasco, Teherán y Bagdad - tres capitales que forman el eje chiita de poder en Oriente Medio- terminó con el apoyo de todas las partes a una transición política inclusive por parte de Irán. La pregunta que sigue sin una respuesta concreta es ¿Qué tipo de compromiso está dispuesto a llevar adelante Bashar Al-Assad, en relación a una transición política? Ciertamente todos los indicios apuntan a que seguirá apostando a ganar tiempo mientras busca doblegar a los rebeldes, mientras continua perdido aliados.

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