lunes, 16 de julio de 2012

Tremesh. Luces y sombras de los rebeldes sirios


Nuevos detalles acerca de lo que sucedido en Tremseh indican que es mucho más probable que haya sido un enfrentamiento desigual entre fuerzas oficiales fuertemente armadas contra combatientes locales que solo portaban armas ligeras; los observadores de ONU (UNSMIS) enviaron una comisión de 11 vehículos para investigar lo sucedido. El informe inicial semana que el ataque parecía dirigirse a grupos específicos "y las casas, principalmente de los desertores del ejército y activistas", se constató la utilización de armas varias, incluyendo la artillería, morteros y armas pequeñas; además se indicó que algunas personas habían sido asesinadas a quemarropa –por los charcos de las salpicaduras de la sangre y junto a casquillos de balas- en sus casas.
Los videos en línea, hasta el momento, han mostrado a las víctimas y en su mayoría son hombres jóvenes en edad de combatir, y de hecho uno mostraba a un grupo de refuerzos que se enviaron a Tremseh  compuesto por jóvenes vestidos de civil que llevaban sus armas personales. Otro dato son las cifras de  los muertos, ya que inicialmente los activistas hablaban de 160 y otros informes de más de 200, pero el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo de la oposición con sede en Gran Bretaña, había podido confirmar los nombres de sólo 103 y el 90 % de ellos eran hombres jóvenes; el Consejo Nacional de Siria (CNS), dio a conocer una lista de los hombres entre 19 a 36 y se que incluyó el nombre de un niño de 6 años.
Yihad Makdissi, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores sirio, dijo que al menos 37 combatientes y 2 civiles murieron en enfrentamientos durante una campaña de las fuerzas de seguridad en el centro de Hama, en momentos que los rebeldes iban a lanzar ataques en otras áreas. Makdissi descartó las acusaciones de una masacre y señaló que, dado el tamaño pequeño de la aldea, es completamente falso todo lo que se ha dicho sobre el uso de armas pesadas en un asalto a una aldea no mayor de 1 km2; de hecho, según el funcionario sirio, el arma más utilizada fue el RPG (granadas propulsadas por cohetes).
SANA, la agencia oficial de noticias siria, dijo que la operación se produjo en respuesta a las "súplicas de los habitantes de Tremseh que habían estado expuestos a diversas formas de actos delictivos a manos de grupos terroristas armados". Según SANA, las unidades de las fuerzas armadas llevaron a cabo en la mañana del jueves, una" operación especial en Tremseh que tenía como objetivo las reuniones de los miembros del grupo terrorista".

Lo cierto es que los observadores de la UNSMIS encontraron sangre, casas quemadas y signos de fuego de artillería dentro de Tremseh durante la inspección del sábado, pero no pudieron confirmar los informes de los activistas sobre las personas fueron masacradas en un ataque.
En masacres anteriores, como de Houla -a finales de mayo- se produjo la sincronización inmediata entre la lista de nombres de los civiles, los videos de mujeres y niños muertos y todo pudo ser corroborado por la UNSMIS que criticó al Ejército sirio por el uso de proyectiles de tanques y otro armamento pesado contra una zona civil. Todos estos elementos faltan en el caso de Tremseh.
Los nuevos indicios apuntan a que un grupo dijo que los combatientes rebeldes se apresuró a reforzar Tremseh después que fue atacado por la infantería, artillería y aviones, dando lugar a una batalla que duró siete horas. El cuadro denota que hubo un grupo importante de combatientes en la zona y acamparon en Tremseh; el ejército sirio se movió en la madrugada del jueves, bloqueando todas las salidas y disparando con ametralladoras, proyectiles de tanques y cohetes disparados desde helicópteros, que arrasaron con la ciudad. El patrón observado en otros lugares en los últimos meses, que fueron atacados por la milicia oficialista “shabbiha”, no coincide con  los hechos de Tremesh.

Los informes iniciales sobre una matanza generalizada de civiles fueron aprovechados por los países occidentales que buscaron incomodar a Rusia forzándolo a apoyar una resolución más fuerte del Consejo de Seguridad; este cambio de situación impactará de manera negativa en los occidentales y fortalecerá a Moscú. Por otra parte, Rusia le restó importancia a las críticas por su apoyo a Al-Assad, y hay escasa evidencia que el presidente Vladimir Putin tenga previsto algún cambio antes de su reunión con el enviado especial, Kofi Annan, el próximo martes en Moscú.
El viernes pasado, luego de las oraciones, tuvo lugar una reunión de los comandantes rebeldes en una ciudad turca cerca de la frontera norte de Siria, donde se trataron las prioridades de los grupos de combate sirios de la oposición en esta etapa del conflicto. En ese encuentro se abrió el debate sobre los asesinatos en masa en Tremseh del día anterior -a pesar de que los comandantes habían oído hablar de él y al menos uno había perdido a sus familiares-, no se habló acerca del alto el fuego ni de los monitores de ONU ni del enviado de paz Annan o de los debates del Consejo de Seguridad. El tema de la reunión giró en torno a cómo se deberá enfrentar al presidente Bashar Al-Assad.
La reunión, convocada por el Consejo del Comando Revolucionario Idlib, juntó a más de 12 de comandantes de milicias locales y sirvió mostrar el grado de expansión de la coordinación entre los anti-Assad grupos que luchan en el interior de Siria y sus frustraciones con los dirigentes políticos de la oposición en el exterior. Una de las quejas fue que el Consejo Nacional Sirio (CNS), con sede en Estambul, está desconectado de las batallas libradas en suelo sirio; otra punto fue la sospecha que los comandantes en el terreno, con contactos dentro de la oposición siria en Turquía, estaban desviando fondos y armas y dinero a sólo a sus aliados. 

 Por lo menos 80 grupos de combate diferentes que operan en Idlib solos, la mayoría de los cuales comenzaron como pequeñas redes personales o de grupos de desertores del ejército y desde entonces han crecido; los grupos a veces comparten los nombres y con frecuencia trabajan en las mismas áreas pero a medida que se han añadido más miembros y se buscan armas y apoyo externo, algunos grupos se han encontrado compitiendo por los recursos.

Por ejemplo, el dinero canalizado a través de la Hermandad Musulmana no es compartido con la lucha contra los grupos considerados como laicos, lo que enfureció a los combatientes que habían desertado del ejército de Al-Assad, y ahora se les dice que “no coinciden con ideales de un donante extranjero”; parte de estos grupos laicos quieren una revolución siria popular junto a los musulmanes y los cristianos y drusos.

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