Las relaciones entre el grupo palestino Hamas -que tiene a su cúpula en la capital siria de Damasco- y las autoridades sirias han sido tensas en las últimas semanas, como consecuencia de la sublevación contra el gobierno sirio y la posición que el grupo palestino ha adoptado, ha suscitado una ola de rumores sobre la posible partida de Hamas de Siria.
El sábado se supo que el ala política de Hamas analiza trasladarse a Doha -la capital de Qatar- pero funcionarios de Hamas en Siria, y en los territorios negaron la posibilidad. Si bien los funcionarios de Hamas reconocieron en una serie de entrevistas que las relaciones con funcionarios sirios han sido tensas a partir del pedido del gobierno sirio que les señaló que se estaba con ellos o en contra de ellos.
Un alto funcionario de Hamas indicó que se les quiere señalar la posición a seguir desde el régimen, cuando el grupo palestino quiere expresar claramente su posición sobre lo que está sucediendo en Siria, concretamente se les pidió que estén en contra de las manifestaciones de Siria; la cúpula de Hamas le señalo a las autoridades sirias que son neutrales ya que estaban viviendo en el país como visitantes y no tenían derecho a comentar o interferir en los problemas del país.
Salah Bardawil, un funcionario de Hamas en Gaza, dijo que Hamas no puede apoyar a un partido contra otro partido en un país árabe y agregó que los dirigentes sirios y otros liderazgos deben entender el principio estratégico de Hamas de no intervenir en los asuntos internos de los Estados, además Hamas se considera a sí mismo un movimiento populista, y aunque le debe mucho al gobierno del presidente Bashar al-Assad, no desea ser asociado con sus actuales políticas de represión.
Además de la negativa a dar públicamente el apoyo al régimen sirio, el malestar con los palestinos radica también en la decisión unilateral de Hamas de suscribir un pacto de la reconciliación con su rival, la facción palestina Al- Fatah, en El Cairo el pasado miércoles, donde Hamas debió hacer importantes concesiones a Al-Fatah –a favor de EE.UU.- debido a su desconexión con Gaza y la pérdida de poder debido a su localización en Damasco.
Siria ha utilizado históricamente a los palestinos de Hamas como una herramienta de presión en las negociaciones árabes-israelíes y de allí su importancia para los sirios; Hamas al retirarse de Siria privaría al régimen de este factor de presión y le restaría legitimidad a Bashar Al-Assad como defensor de la resistencia palestina.
Sería minimizar la cuestión del posible traslado de la cúpula de Hamas fuera de Damasco porque éstos rehúsen apoyar al gobierno de Al-Assad cuando los palestinos no son un factor de poder dentro de la sociedad siria; para comprender esta situación se deben analizar otros antecedentes.
Históricamente los dos principales movimientos palestinos han fluctuado en sus asociaciones con actores internacionales y generando el apoyo del contrario: Hamas recibió el apoyo de Siria e Irán; mientras que Al Fatah de los Estados Unidos y Europa. La meta de Hamas, en realidad pasa por la esperanza de intensificar sus relaciones con Egipto hasta el punto de abrir algún tipo de oficina en El Cairo.
Abu Almajad, líder de Hamas en Siria, dijo que Qatar estaría feliz de ver a Meshal yendo a Qatar ya que disminuiría la influencia de Irán en Hamas y ello acercaría al grupo palestino de nuevo a las arenas árabes fuera de Irán.
Por otro lado, funcionarios de EE.UU. creen que el presidente Bashar Al-Assad, ha concluido que para sobrevivir a las masivas protestas contra su régimen, tendrá que distanciarse un poco de Irán, más aun cuando los manifestantes son en su mayoría musulmanes sunitas que critican la alianza de Al-Assad con el liderazgo chiita de Irán. Un punto álgido se produjo la semana pasada cuando informes de Inteligencia de EE.UU. revelaron que Irán había suministrado en secreto gases lacrimógenos, equipos antimotines y equipos para reprimir.
El sábado se supo que el ala política de Hamas analiza trasladarse a Doha -la capital de Qatar- pero funcionarios de Hamas en Siria, y en los territorios negaron la posibilidad. Si bien los funcionarios de Hamas reconocieron en una serie de entrevistas que las relaciones con funcionarios sirios han sido tensas a partir del pedido del gobierno sirio que les señaló que se estaba con ellos o en contra de ellos.
Un alto funcionario de Hamas indicó que se les quiere señalar la posición a seguir desde el régimen, cuando el grupo palestino quiere expresar claramente su posición sobre lo que está sucediendo en Siria, concretamente se les pidió que estén en contra de las manifestaciones de Siria; la cúpula de Hamas le señalo a las autoridades sirias que son neutrales ya que estaban viviendo en el país como visitantes y no tenían derecho a comentar o interferir en los problemas del país.
Salah Bardawil, un funcionario de Hamas en Gaza, dijo que Hamas no puede apoyar a un partido contra otro partido en un país árabe y agregó que los dirigentes sirios y otros liderazgos deben entender el principio estratégico de Hamas de no intervenir en los asuntos internos de los Estados, además Hamas se considera a sí mismo un movimiento populista, y aunque le debe mucho al gobierno del presidente Bashar al-Assad, no desea ser asociado con sus actuales políticas de represión.
Además de la negativa a dar públicamente el apoyo al régimen sirio, el malestar con los palestinos radica también en la decisión unilateral de Hamas de suscribir un pacto de la reconciliación con su rival, la facción palestina Al- Fatah, en El Cairo el pasado miércoles, donde Hamas debió hacer importantes concesiones a Al-Fatah –a favor de EE.UU.- debido a su desconexión con Gaza y la pérdida de poder debido a su localización en Damasco.
Siria ha utilizado históricamente a los palestinos de Hamas como una herramienta de presión en las negociaciones árabes-israelíes y de allí su importancia para los sirios; Hamas al retirarse de Siria privaría al régimen de este factor de presión y le restaría legitimidad a Bashar Al-Assad como defensor de la resistencia palestina.
Sería minimizar la cuestión del posible traslado de la cúpula de Hamas fuera de Damasco porque éstos rehúsen apoyar al gobierno de Al-Assad cuando los palestinos no son un factor de poder dentro de la sociedad siria; para comprender esta situación se deben analizar otros antecedentes.
Históricamente los dos principales movimientos palestinos han fluctuado en sus asociaciones con actores internacionales y generando el apoyo del contrario: Hamas recibió el apoyo de Siria e Irán; mientras que Al Fatah de los Estados Unidos y Europa. La meta de Hamas, en realidad pasa por la esperanza de intensificar sus relaciones con Egipto hasta el punto de abrir algún tipo de oficina en El Cairo.
Abu Almajad, líder de Hamas en Siria, dijo que Qatar estaría feliz de ver a Meshal yendo a Qatar ya que disminuiría la influencia de Irán en Hamas y ello acercaría al grupo palestino de nuevo a las arenas árabes fuera de Irán.
Por otro lado, funcionarios de EE.UU. creen que el presidente Bashar Al-Assad, ha concluido que para sobrevivir a las masivas protestas contra su régimen, tendrá que distanciarse un poco de Irán, más aun cuando los manifestantes son en su mayoría musulmanes sunitas que critican la alianza de Al-Assad con el liderazgo chiita de Irán. Un punto álgido se produjo la semana pasada cuando informes de Inteligencia de EE.UU. revelaron que Irán había suministrado en secreto gases lacrimógenos, equipos antimotines y equipos para reprimir.
En lo profundo de las tensiones entre Hamas y Siria subyace el hecho de que Hamas recibe un fuerte apoyo de la Hermandad Musulmana -que también propicia el derrocamiento de Al-Assad-. Fuentes cercanas al conflicto señalaron que Khaled Meshal se ofreció a mediar un acuerdo entre Al-Assad y los aliados de Hamas dentro de la Hermandad Musulmana; esta opción exasperó al líder sirio forzó a Meshal a considerar que no era seguro vivir en Siria y consideró la posibilidad de Qatar y se vio forzado a negociar el pacto con el líder de Al-Fatah, Mahmoud Abbas, debido a la debilidad actual de Hamas.
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