Declaración Final de la Conferencia para el Cambio en Siria
Antalya, 02 de junio 2011
"En la actualidad, Siria está siendo testigo de los días más difíciles y dolorosos, sin embargo, también es testigo del nacimiento de un nuevo amanecer de la libertad, paga con la sangre y el sacrificio de la juventud siria que se manifestaban pacíficamente en el terreno. Esto supone la adopción de medidas urgentes sobre los hombros de todos los sirios, que viven en todo el mundo, para trabajar a la par de sus lado hermanos y hermanas, dentro y fuera de Siria para construir un nuevo futuro para el país.
Por lo tanto, un número de sirios patrióticos, de orígenes diferentes, se reunieron y pidieron la Conferencia de Siria para el Cambio. Se enviaron invitaciones a una amplia variedad de activistas políticos y populares de Siria con el fin de detener la sangre derramada de nuestro pueblo y adoptar una posición firme ante los acontecimientos en la patria y la insistencia del régimen opresivo en el uso de los militares y las seguridad fuerzas en el rechazo de las justas demandas del pueblo de libertad y democracia.
La Conferencia de Siria para el cambio tuvo lugar en Antalya, Turquía, del 31 mayo al 3 junio 2011, en solidaridad con la Revolución y Siria para buscar soluciones que puedan salvar a Siria de la opresión y colocarla en el camino hacia la libertad y la dignidad. Como tal, los participantes acordaron lo siguiente:
1 - Los participantes se han comprometido con las demandas del pueblo sirio de llamar al presidente sirio a renunciar, de exigir el derrocamiento del régimen, y en el apoyo de la gran revolución, pacífica del pueblo sirio hacia la libertad y la dignidad.
2- Los participantes piden al presidente Bashar al-Assad que renuncie inmediatamente a todas sus funciones y las posiciones y delegue la autoridad a su vicepresidente, de conformidad con los procedimientos constitucionales hasta la elección de un consejo de transición que elabore y aplique un nueva constitución en Siria, que deberá convocar a elecciones parlamentarias y presidenciales libres y transparentes en un plazo no superior a un año a partir de la renuncia del presidente Bashar al-Assad.
3 - Los participantes afirman su apoyo continuo hacia la revolución Siria hasta que logre sus objetivos, haciendo hincapié en la paz, el patriotismo, la unidad del territorio sirio, el rechazo inequívoco de la intervención militar extranjera y la unidad nacional de la revolución Siria, que no representa a ninguna dirección partidista ni se dirige a algún grupo en particular de la sociedad siria.
4 - Los participantes afirman que el pueblo sirio está compuesto de muchas etnias, árabes, kurdos, caldeos, asirios, sirios, turcos, chechenos, armenios y otros. La conferencia establece los legítimos derechos e igualdad de todos bajo una nueva constitución siria, sobre la base de la unidad nacional, un estado civil y un régimen pluralista, parlamentario y democrático.
5 - Los participantes se comprometen a que hagan todos los esfuerzos hacia el logro de un futuro democrático en Siria, que respete los derechos humanos y protege la libertad de todos los sirios, incluyendo la libertad de credo, de expresión y la práctica de la religión, en virtud de un estado civil basado en la separación de los poderes legislativo, judicial y ejecutivo, mientras que adopta a la democracia y a las urnas como el único medio de gobierno.
6 - Los participantes se han comprometido con las difíciles y duras tareas de garantizar la prosperidad económica, científica y los avances culturales en el marco de la justicia, la paz y la seguridad.
7 - Los participantes piden a todos los árabes, la Organización de la Conferencia Islámica, la Liga Árabe y la comunidad internacional a asumir la responsabilidad legal y ética con el fin de detener la violación de los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad cometidos contra civiles desarmados, y apoyar la ambición del pueblo sirio de la libertad y la democracia."
La Declaración Final de la Conferencia de Antalya, puede considerarse como el primer documento concreto de la oposición y la perfila a ésta como una opción viable y posible dentro del caos que supondría un escenario posterior a la caída del régimen ba´athista. Puede discutirse si la representación de los delegados es legítima -debido a las proporciones de representantes de los minorías étnicas y religiosas- o si fue adecuado el margen de participación que se les dio a los jóvenes, principal motor de las manifestaciones en siria.
Sin lugar a dudas, resulta indiscutible que los representantes de la oposición han sabido interpretar el espíritu de las demandas como se puede observar a lo largo del documento; también fueron muy cautelosos al momento de expedirse sobre los medios que utilizarían para promover la caída del presidente Al-Assad, sin mencionar el uso de la fuerza por parte de ellos.
Aunque muchos de los puntos constituyen una enumeración de principios que resulta difícil de no suscribir a ellos, resaltan la unión que debe predominar por sobre las diferentes etnias y religiones, son un intento por desmitificar el mensaje oficial que agita el temor de una guerra civil si el régimen cae.
Un punto interesante es el nº 3. En el mismo se hace mención al rechazo de la intervención extranjera, un mensaje directo para Occidente que busca aprobar una resolución en el consejo de Seguridad similar a la que permitió la intervención en Libia; y por otro lado se hace un llamamiento a la unidad territorial siria, en clara alusión a la posibilidad –esgrimida por algunos sectores internos- de que los kurdos reclamarían su autonomía separándose del territorio.
La oposición por el momento no cuenta con un apoyo sustantivo, dentro y fuera de Siria, como para establecer su agenda y producirle temor al régimen sirio. Pero si cabe mencionar que su crecimiento ha sido muy veloz, si se tienen en cuenta los más de cuarenta años de silenciamiento, y la Conferencia es un signo de la madurez que por el momento tienen sus dirigentes. Tanto los opositores como el gobierno saben que esta lucha será de largo aliento y los resultados se irán logrando día a día.
Antalya, 02 de junio 2011
"En la actualidad, Siria está siendo testigo de los días más difíciles y dolorosos, sin embargo, también es testigo del nacimiento de un nuevo amanecer de la libertad, paga con la sangre y el sacrificio de la juventud siria que se manifestaban pacíficamente en el terreno. Esto supone la adopción de medidas urgentes sobre los hombros de todos los sirios, que viven en todo el mundo, para trabajar a la par de sus lado hermanos y hermanas, dentro y fuera de Siria para construir un nuevo futuro para el país.
Por lo tanto, un número de sirios patrióticos, de orígenes diferentes, se reunieron y pidieron la Conferencia de Siria para el Cambio. Se enviaron invitaciones a una amplia variedad de activistas políticos y populares de Siria con el fin de detener la sangre derramada de nuestro pueblo y adoptar una posición firme ante los acontecimientos en la patria y la insistencia del régimen opresivo en el uso de los militares y las seguridad fuerzas en el rechazo de las justas demandas del pueblo de libertad y democracia.
La Conferencia de Siria para el cambio tuvo lugar en Antalya, Turquía, del 31 mayo al 3 junio 2011, en solidaridad con la Revolución y Siria para buscar soluciones que puedan salvar a Siria de la opresión y colocarla en el camino hacia la libertad y la dignidad. Como tal, los participantes acordaron lo siguiente:
1 - Los participantes se han comprometido con las demandas del pueblo sirio de llamar al presidente sirio a renunciar, de exigir el derrocamiento del régimen, y en el apoyo de la gran revolución, pacífica del pueblo sirio hacia la libertad y la dignidad.
2- Los participantes piden al presidente Bashar al-Assad que renuncie inmediatamente a todas sus funciones y las posiciones y delegue la autoridad a su vicepresidente, de conformidad con los procedimientos constitucionales hasta la elección de un consejo de transición que elabore y aplique un nueva constitución en Siria, que deberá convocar a elecciones parlamentarias y presidenciales libres y transparentes en un plazo no superior a un año a partir de la renuncia del presidente Bashar al-Assad.
3 - Los participantes afirman su apoyo continuo hacia la revolución Siria hasta que logre sus objetivos, haciendo hincapié en la paz, el patriotismo, la unidad del territorio sirio, el rechazo inequívoco de la intervención militar extranjera y la unidad nacional de la revolución Siria, que no representa a ninguna dirección partidista ni se dirige a algún grupo en particular de la sociedad siria.
4 - Los participantes afirman que el pueblo sirio está compuesto de muchas etnias, árabes, kurdos, caldeos, asirios, sirios, turcos, chechenos, armenios y otros. La conferencia establece los legítimos derechos e igualdad de todos bajo una nueva constitución siria, sobre la base de la unidad nacional, un estado civil y un régimen pluralista, parlamentario y democrático.
5 - Los participantes se comprometen a que hagan todos los esfuerzos hacia el logro de un futuro democrático en Siria, que respete los derechos humanos y protege la libertad de todos los sirios, incluyendo la libertad de credo, de expresión y la práctica de la religión, en virtud de un estado civil basado en la separación de los poderes legislativo, judicial y ejecutivo, mientras que adopta a la democracia y a las urnas como el único medio de gobierno.
6 - Los participantes se han comprometido con las difíciles y duras tareas de garantizar la prosperidad económica, científica y los avances culturales en el marco de la justicia, la paz y la seguridad.
7 - Los participantes piden a todos los árabes, la Organización de la Conferencia Islámica, la Liga Árabe y la comunidad internacional a asumir la responsabilidad legal y ética con el fin de detener la violación de los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad cometidos contra civiles desarmados, y apoyar la ambición del pueblo sirio de la libertad y la democracia."
La Declaración Final de la Conferencia de Antalya, puede considerarse como el primer documento concreto de la oposición y la perfila a ésta como una opción viable y posible dentro del caos que supondría un escenario posterior a la caída del régimen ba´athista. Puede discutirse si la representación de los delegados es legítima -debido a las proporciones de representantes de los minorías étnicas y religiosas- o si fue adecuado el margen de participación que se les dio a los jóvenes, principal motor de las manifestaciones en siria.
Sin lugar a dudas, resulta indiscutible que los representantes de la oposición han sabido interpretar el espíritu de las demandas como se puede observar a lo largo del documento; también fueron muy cautelosos al momento de expedirse sobre los medios que utilizarían para promover la caída del presidente Al-Assad, sin mencionar el uso de la fuerza por parte de ellos.
Aunque muchos de los puntos constituyen una enumeración de principios que resulta difícil de no suscribir a ellos, resaltan la unión que debe predominar por sobre las diferentes etnias y religiones, son un intento por desmitificar el mensaje oficial que agita el temor de una guerra civil si el régimen cae.
Un punto interesante es el nº 3. En el mismo se hace mención al rechazo de la intervención extranjera, un mensaje directo para Occidente que busca aprobar una resolución en el consejo de Seguridad similar a la que permitió la intervención en Libia; y por otro lado se hace un llamamiento a la unidad territorial siria, en clara alusión a la posibilidad –esgrimida por algunos sectores internos- de que los kurdos reclamarían su autonomía separándose del territorio.
La oposición por el momento no cuenta con un apoyo sustantivo, dentro y fuera de Siria, como para establecer su agenda y producirle temor al régimen sirio. Pero si cabe mencionar que su crecimiento ha sido muy veloz, si se tienen en cuenta los más de cuarenta años de silenciamiento, y la Conferencia es un signo de la madurez que por el momento tienen sus dirigentes. Tanto los opositores como el gobierno saben que esta lucha será de largo aliento y los resultados se irán logrando día a día.
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