martes, 28 de junio de 2011

La oposición en Siria: ¿dividida o fragmentada?



Ayer unos 160 opositores al régimen sirio -varios de los cuales han pasado años en la cárcel como presos políticos- sostuvieron un encuentro en Damasco bajo los auspicios del presidente Al-Assad. Si bien se comprometieron a seguir adelante con un levantamiento pacífico, los activistas organizadores de las protestas callejeras criticaron duramente a las figuras que participaron en dicha reunión.

Rami Abdel Rahman, activista y promotor clave de las protestas, dijo que las manifestaciones pidiendo por la caída de Al-Assad y condenando a la reunión se sucedieron en la noche del lunes en varias ciudades de Siria. Se registraron manifestaciones en Homs, Hama, Deir Ezzor, Idlib, Latakia y en distritos de Damasco.

Desde su página de Facebook, los Comités de Coordinación de la Revolución Siria condenaron cualquier reunión o congreso celebrado bajo la bandera del régimen y denunciaron que este encuentro, que pretende provenir de la calle siria cuando el régimen sirio ha dado su protección y la cobertura de los medios de comunicación, solo sirve para construir una imagen civilizada y legítima cuando nadie debería haber dado una gota de legitimidad al régimen a costa de la sangre de los mártires y el sufrimiento de los detenidos.

Algunos miembros de la oposición siria, como Talal Al-Mayharni, tuvieron una impresión positiva del encuentro, "Como sirio con esperanzas, queremos salir de esta crisis. Queremos hacer realidad un paso político real. Nuestras demandas son parte del pueblo sirio. Lo que queremos decir es que queremos transmitir este paso de una manera política”.

En una entrevista realizada por Sky News, Bouthaina Shaaban -principal asesora del presidente Bashar Al-Assad- señaló que el gobierno sirio acepta la reforma y los avances hacia la democracia y que se quiere cambiar porque de lo contrario el propio país estaría en riesgo. Shaaban añadió que tanto de la oposición y el Gobierno reconocen que el país está en juego y no hay otra forma, excepto seguir adelante.

Estados Unidos vio como un gesto positivo a la decisión del gobierno sirio para permitir la reunión de figuras de la oposición en Damasco, aunque queda mucho por hacer. El Departamento de Estado dijo el martes el embajador de EE.UU. en Siria ha comenzado a reunirse altos funcionarios de Siria después de haber sido negado dichos contactos desde hace semanas. Sin embargo, funcionarios de EE.UU. remarcaron el gran escepticismo que hay sobre las verdaderas intenciones de los dirigentes sirios, pero que los signos de los últimos días sugieren que el ambiente político podría estar cediendo.

Victoria Nuland, portavoz del Departamento de Estado, dijo que los líderes de la oposición fuesen capaces de reunirse sin interferencias es un "progreso" y "algo nuevo e importante para el proceso democrático en Siria", aunque insistió que el presidente sirio debe ir más allá. "El presidente Assad sabe lo que tiene que suceder en Siria si este país se va a mover en la dirección correcta. Así que nuestro mensaje para él no ha cambiado y no cambiará. Simplemente estamos contentos de ver que se le ha permitido un respiro a la oposición. Y un elemento clave de Siria en la dirección correcta será la que sigue ser el caso, y que el gobierno comienza a colaborar con esta gente", indicó Nuland.

Mikhail Margelov, enviado de Rusia para Siria, declaró después de reunirse con un grupo de activistas de la oposición siria exiliada en Moscú que Damasco debe iniciar reformas reales y ponerle fin a la violencia que desde marzo conmociona al país. En ese encuentro con Margelov, los activistas instaron a Rusia a presionar al presidente sirio para que detenga la represión, ahora en su tercer mes; Margelov dijo que Rusia está preocupada por la situación y no quiere que descienda a una guerra civil similar a Libia.

De la reunión de disidentes sirios locales se pueden extraer varios puntos. El primero que los opositores en el exterior rechazaron la medida, señalando que la oferta del presidente Bashar al-Assad de un diálogo nacional podría ampliar las divisiones dentro de la oposición, es decir que las divisiones ya existen y el régimen sabe que puede trabajar sobre ellas para debilitar al movimiento social.

Segundo, en una declaración final, los participantes dijeron que apoyaban la sublevación popular y se identificaron como independientes sin ninguna intención de actuar como sustitutos de los miembros de la oposición; se hizo un llamado a la coordinación de la oposición con el movimiento popular de la calle, el cambio democrático y pacífico en Siria. Aquí se vuelve a señalar las divisiones, ahora entre la oposición formal y los activistas callejeros.

Un punto interesante e incomodo para el presidente al-Assad es el pedido para que los medios de comunicación -árabes e internacionales- accedan a cubrir los acontecimientos en Siria. Aunque el gobierno ha comenzado a acreditar a algunos miembros de la prensa extranjera, luego no les permite circular libremente por el país.

Sin lugar a dudas y con todas las restricciones señaladas, esta reunión es un punto de inflexión dentro de la historia moderna de Siria ya que por primera vez el régimen ba´athista –que gobierna como partido único desde 1963- permitió oficialmente un encuentro de figuras políticas de otros partidos de manera pública. Se podrán discutir las verdaderas motivaciones detrás de esta maniobra, pero es un hecho inusitado para la vida política siria.

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