Navi Pillay, jefa de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, se dirigirá hoy al Consejo Seguridad en una sesión a puerta cerrada, junto a Valerie Amos, la jefa humanitaria de la ONU. La Oficina del Alto Comisionado ha indicado que en su informe sobre Siria se encuentra evidencia de que se han cometido violaciones graves del derecho internacional en sus acciones relacionadas con los manifestantes en los últimos cinco meses.
Por otra parte, el Consejo de Derechos Humanos celebrará una sesión de emergencia el próximo lunes sobre Siria después que 24 países, incluyendo a los cuatro miembros árabes -Jordania, Kuwait, Qatar y Arabia Saudita– respaldaron el llamado de la Unión Europea para la tal acción. Estados Unidos junto a la Unión Europea, se espera que le pidan al presidente Al-Assad que deje el poder -según fuentes de Washington- durante dicha sesión especial.
Por otra parte, el Consejo de Derechos Humanos celebrará una sesión de emergencia el próximo lunes sobre Siria después que 24 países, incluyendo a los cuatro miembros árabes -Jordania, Kuwait, Qatar y Arabia Saudita– respaldaron el llamado de la Unión Europea para la tal acción. Estados Unidos junto a la Unión Europea, se espera que le pidan al presidente Al-Assad que deje el poder -según fuentes de Washington- durante dicha sesión especial.
El foro de 47 miembros inició una investigación sobre violaciones de los derechos humanos en Siria y el informe de investigadores de la ONU se publicará por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos el día lunes; con el informe y la sesión en el Consejo de Seguridad se espera incrementar la presión sobre Al-Assad. Pillay es una funcionaria de Naciones Unidas con un profundo conocimiento en el juzgamiento de crímenes contra la humanidad y se espera que después de su visita al Consejo de Seguridad, el mismo refiera el caso de Siria a la Corte Penal Internacional.
En el informe se consigna que las fuerzas sirias han disparado contra manifestantes pacíficos en todo el país, muchas veces a corta distancia y sin previo aviso, matando al menos a 1.900 civiles en lo que puede equivaler a crímenes de lesa humanidad; tanques, granadas, francotiradores, ametralladoras pesadas y helicópteros han sido utilizados en el asalto destinado a sofocar la oposición al gobierno del presidente Bashar al-Assad, señala el informe del Consejo de Derechos Humanos. La misión encontró un patrón de violaciones de derechos humanos basado en ataques generalizados o sistemáticos contra la población civil durante marzo hasta mediados de julio; para el infome se entrevistaron a víctimas y testigos en la región, ya que el gobierno sirio no permitió la entrada de equipos de ONU. Se sabe también que hay una lista de 50 presuntos responsables en los distintos niveles del gobierno sirio para futuros procesos.
En una comunicación telefónica con el Secretario General de ONU, Ban Ki-moon, el presidente sirio Al-Assad le aseguró a Ban que las operaciones militares contra los manifestantes han cesado. Los detalles de la conversación telefónica fueron difundidos en la noche del miércoles, poco antes de la sesión del Consejo de Seguridad que abordará el tema de la represión del gobierno sirio.
La conversación entre Al-Assad y Ban Ki-moon, se llevó a cabo en momentos que los medios de comunicación sirios mostraban imágenes de las tropas retirándose del oeste de Latakia y el este de Deir Ezzor. Durante la conversación, Ban le reiteró a presidente sirio el pedido de una investigación independiente sobre las acusaciones de la oposición de los homicidios cometidos por las fuerzas sirias.
Debido a los cambiantes sucesos en el Medio Oriente los medios de comunicación noticias no reflejaron en los primeros planos un hecho que puede marcar una posibilidad de solución. En el pasado mes de junio, la Organización de la Cooperación Islámica (OCI) - anteriormente la Organización de la Conferencia Islámica- estableció su órgano de Derechos Humanos -Comisión de la OCI sobre los Derechos Humanos- (OICCHR). Después de haber resuelto sus minucias administrativas a finales de julio, la comisión de 18 miembros se enfrenta a una prueba de legitimidad urgente e inconfundible: denunciar la actual violencia del régimen de Al-Assad. El procedimiento le permite a la OICCHR llamar a “reuniones extraordinarias" a petición de cualquier Estado miembro y las decisiones se adoptan con una mayoría de dos tercios de los 18 miembros de los cuales Siria no tiene representantes.
Si la OICCHR se limita solamente a hacer una declaración condenando al régimen sirio, se daría un paso fundamental e indiscutible para establecer su ilegitimidad y aislarlo internacionalmente. Si bien es una alternativa más, supondría una dura condena regional ya que se suma la Liga Árabe, el Consejo de Seguridad del Golfo y la OICCHR al unísono en contra Al-Assad, de allí que su posición sería extremadamente difícil de sostenerse.
En el informe se consigna que las fuerzas sirias han disparado contra manifestantes pacíficos en todo el país, muchas veces a corta distancia y sin previo aviso, matando al menos a 1.900 civiles en lo que puede equivaler a crímenes de lesa humanidad; tanques, granadas, francotiradores, ametralladoras pesadas y helicópteros han sido utilizados en el asalto destinado a sofocar la oposición al gobierno del presidente Bashar al-Assad, señala el informe del Consejo de Derechos Humanos. La misión encontró un patrón de violaciones de derechos humanos basado en ataques generalizados o sistemáticos contra la población civil durante marzo hasta mediados de julio; para el infome se entrevistaron a víctimas y testigos en la región, ya que el gobierno sirio no permitió la entrada de equipos de ONU. Se sabe también que hay una lista de 50 presuntos responsables en los distintos niveles del gobierno sirio para futuros procesos.
En una comunicación telefónica con el Secretario General de ONU, Ban Ki-moon, el presidente sirio Al-Assad le aseguró a Ban que las operaciones militares contra los manifestantes han cesado. Los detalles de la conversación telefónica fueron difundidos en la noche del miércoles, poco antes de la sesión del Consejo de Seguridad que abordará el tema de la represión del gobierno sirio.
La conversación entre Al-Assad y Ban Ki-moon, se llevó a cabo en momentos que los medios de comunicación sirios mostraban imágenes de las tropas retirándose del oeste de Latakia y el este de Deir Ezzor. Durante la conversación, Ban le reiteró a presidente sirio el pedido de una investigación independiente sobre las acusaciones de la oposición de los homicidios cometidos por las fuerzas sirias.
Debido a los cambiantes sucesos en el Medio Oriente los medios de comunicación noticias no reflejaron en los primeros planos un hecho que puede marcar una posibilidad de solución. En el pasado mes de junio, la Organización de la Cooperación Islámica (OCI) - anteriormente la Organización de la Conferencia Islámica- estableció su órgano de Derechos Humanos -Comisión de la OCI sobre los Derechos Humanos- (OICCHR). Después de haber resuelto sus minucias administrativas a finales de julio, la comisión de 18 miembros se enfrenta a una prueba de legitimidad urgente e inconfundible: denunciar la actual violencia del régimen de Al-Assad. El procedimiento le permite a la OICCHR llamar a “reuniones extraordinarias" a petición de cualquier Estado miembro y las decisiones se adoptan con una mayoría de dos tercios de los 18 miembros de los cuales Siria no tiene representantes.
Si la OICCHR se limita solamente a hacer una declaración condenando al régimen sirio, se daría un paso fundamental e indiscutible para establecer su ilegitimidad y aislarlo internacionalmente. Si bien es una alternativa más, supondría una dura condena regional ya que se suma la Liga Árabe, el Consejo de Seguridad del Golfo y la OICCHR al unísono en contra Al-Assad, de allí que su posición sería extremadamente difícil de sostenerse.
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