Kofi Annan, el enviado de la ONU y la Liga Árabe para Siria, dijo hoy que instará al presidente Bashar Al-Assad y a sus opositores a que dejen de luchar y busquen una solución política; Annan sostuvo que se debe encontrar alguna manera de imponer reformas creíbles en alusión a los dichos de los opositores sirios que veían a la visita de Annan como "un guiño a Bashar" que sólo alentaría a Al-Assad a "aplastar la revolución".
En medio de la visita de Annan, la renuncia del Viceministro de Petróleo de Siria, Abdo Hussameddin, conmocionó al escenario político interno ya que es la primera defección de un funcionario civil de alto nivel desde el inicio del levantamiento contra el régimen sirio. Hussameddin anunció su renuncia en un video publicado en YouTube por parte de los activistas, y dijo que se unía a las filas de los rebeldes ya que "prefería hacer lo correcto, aunque sé que este régimen va a quemar mi casa y perseguir a mi familia".
Hussameddin dijo que había estado en el gobierno durante 33 años, pero no quería terminar su carrera "al servicio de los crímenes de este régimen. La deserción fue bien recibida por Burhan Ghalioun, líder del Consejo Nacional Sirio (CNS), quien dijo que esperaba que más funcionarios del gobierno y políticos hagan lo mismo.
La conmoción por la renuncia de Hussameddin, sumada a los temores de una acción militar por parte de EE.UU., hizo caer la cotización en las últimas 24 horas de la libra siria a 100 por dólar contra los 47 de hace meses. La comunidad de Inteligencia de EE.UU. ha estado trabajando sobre los flujos de dinero en Siria a los que considera un reflejo de la estructura de poder en ese país; EE.UU. sostiene que un debilitamiento en el flujo del dinero alterará los lazos familiares y vínculos religiosos del círculo más cercano de poder.
Ello explica porque EE.UU. y la Liga Árabe han apuntado a inmovilizar los activos estatales e impusieron sanciones a figuras claves en el gobierno y el aparato de seguridad, por caso Havez Makhlouf -hermano de Rami- un alto funcionario en el Servicio de Inteligencia de Siria y primo del presidente.
Aunque EE.UU. ha negado sus intenciones de un ataque militar, eso no quita que efectúe misiones de vigilancia sobre el país. El embajador de EE.UU. en Siria, Robert Ford, ahora en el Departamento de Estado en Washington, publicó lo que describió como imágenes de satélite "desclasificadas" para llamar la atención sobre el carácter "desproporcionado de la violencia el régimen de Assad contra el pueblo y su voluntad de atacar objetivos civiles.” Las imágenes muestran unidades de artillería en las afueras de Homs y los graves daños a instalaciones, incluyendo una clínica médica y la mezquita en el barrio de Bab Amr; las autoridades dijeron que aunque Siria tiene capacidad de defensa antiaérea para derribar aviones no tripulado, parte de la vigilancia a los arsenales de armas químicas se hace a mayor altitud
El presidente tunecino, Moncef Al-Marzouki, dijo que su país, que ha ofrecido asilo Al-Assad para ponerle fin al derramamiento de sangre y que estarían dispuestos a unirse a una fuerza de mantenimiento de la paz es posible árabe en Siria; su homólogo turco, Abdullah Gul, dijo que ningún gobierno puede sobrevivir mediante el uso de la violencia en su pueblo. Pero estos anuncios no alteran el panorama sino que confirman la falta de iniciativas desde la comunidad internacional para con Siria.
El régimen ha recuperado la iniciativa y ha debilitado a los rebeldes en el terreno. La llegada de los funcionarios de ONU se produjo luego de una limpieza por parte del régimen, tanto de los destrozos como de las evidencias de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el sitio a Homs. Mientras tanto se han producido fuertes explosiones y un intenso cañoneo en Idlib –el otro bastión rebelde- en medio de temores de que la norteña ciudad pueda convertirse en la nueva Homs.
Por todo esto, mientras se analizan salidas políticas a la situación, solo resta que ONU trabaje para aliviar la situación humanitaria preparando reservas de alimentos para 1,5 millones de personas en Siria a un costo de u$s 105 millones, como parte de un plan de emergencia de 90 días, para ayudar a los civiles privados de suministros básicos después de casi un año de enfrentamientos. ONU espera los resultados de la visita de Valerie Amos, aunque John Ging – de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH)- ya adelantó que hay una cantidad enorme de preocupación por la situación y se sabe que hay un plan
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