Las fuerzas militares sirias bombardearon la ciudad de Al-Latmana, al noroeste de Hama, matando a 30 personas en la víspera de la retirada del ejército programada de las zonas urbanas, acabando con las perspectivas de un alto el fuego mediado por la ONU. En los enfrentamientos en la aldea de Salama cerca de la frontera turca, entre la ciudad siria de Azaz y la ciudad turca de Kilis, los rebeldes mataron a por lo menos seis miembros de las fuerzas de seguridad sirias y funcionarios de aduanas, de acuerdo con el Observatorio para los Derechos Humanos de Siria, con sede en Londres.
Turquía dijo que las fuerzas sirias dispararon desde la frontera a un campamento de refugiados en territorio turco, lunes, hiriendo a dos sirios y a un traductor de turco poniendo al máximo las tensiones en la frontera de los dos países. De acuerdo con un funcionario de Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía, los disparos de las tropas sirias hirieron a personas en el interior del perímetro de un campo de refugiados en Kilis, una la provincia al sur de Turquía; al oír los disparos, algunos refugiados huyeron fuera del campo para cruzar la frontera y ayudar a las personas que intentan pasar al lado turco lo que provocó más disparos desde el lado sirio.
El Primer Ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se encuentra en una inusual visita oficial en China; la visita de Erdogan es la primera que realiza primer ministro turco a China en 27 años y seguirá con una del vicepresidente chino Xi Jinping Ankara y Estambul. Sin embargo, China reconoció que hay diferencias con Turquía respecto de Siria; Beijín está más cerca de la posición de Moscú que se opone a cualquier intervención exterior dentro del conflicto sirio, pero el marcado deterioro de la situación ha complicado tanto a Rusia como a China dentro de la comunidad internacional al momento de justificar su apoyo a Al-Assad.
Siria espera que las presentes conversaciones entre Erdogan y su par Wen Jiabao aporten alguna salida política; el portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores, Liu Weimin, señaló que aunque no compartían posiciones, ambos Estados estaban de acuerdo en que se debe desempeñar un papel constructivo y que China quiere que se ponga fin de inmediato a la violencia y espera que la comunidad internacional le dará más tiempo a Annan para que el acuerdo de alto el fuego llegue a buen término.
El plan de paz de Annan, respaldado por la Liga Árabe y Naciones Unidas para ponerle fin a la violencia en Siria, parece que naufragará luego que ayer el gobierno sirio anunció que no iba a retirar sus fuerzas de las ciudades y pueblos sin garantías por escrito de los grupos de la oposición que se detengan los ataques y que depongan las armas. El Ejército Libre Sirio (ELS) rápidamente señaló que no daría garantías por escrito a un gobierno que no reconoce, lo que sugiere que los combates probablemente continuarán más allá de la fecha límite para un alto el fuego del jueves 10 de abril de 2012.
En una declaración transmitida por los medios de comunicación estatales, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores sirio, Yihad Makdissi, dijo que el compromiso del gobierno con enviado especial Kofi Annan -de retirar las tropas de las ciudades de martes había sido malinterpretado- dependía que Siria recibiese garantías por escrito que los rebeldes cumplirían su parte del trato. La Agencia de Noticias Árabe de Siria, SANA, señaló que tampoco Annan daba "garantías que Qatar, Arabia Saudita y Turquía se comprometían a dejar de financiar y armar a lo" opositores al gobierno”.
Se espera que Annan llegue a la provincia turca de Hatay, para visitar algunos de los campamentos de refugiados sirios. Dos senadores de Estados Unidos, John McCain, de Arizona y Joseph Lieberman, de Connecticut, que estaban de visita en Turquía para entrevistarse con los miembros del Consejo Nacional Sirio (CNS), también previsto visitar Hatay; ambos senadores han expresado abiertamente el pedido de más ayuda para lucha contra las fuerzas leales a Al-Assad.
En un informe publicado hoy por Human Rights Watch se señala que las fuerzas de seguridad sirias ejecutaron sumariamente a más de 100 civiles, heridos y combatientes capturados de la oposición durante los recientes ataques contra ciudades y pueblos. El informe de 25 páginas, "A sangre fría: Ejecuciones sumarias por las fuerzas de seguridad sirias y las milicias progubernamentales", documenta más de una docena de incidentes que involucran al menos 101 víctimas desde finales de 2011, muchos de ellos en marzo de 2012; HRW documentó la participación de las fuerzas sirias y las milicias shabeeha en dicha ejecuciones sumarias y extrajudiciales en las provincias de Idlib y Homs.
La respuesta del régimen de la familia Al-Assad a las manifestaciones internas desde principios de 1980 ha sido muy clara: aplastar a la oposición y castigar duramente sus bastiones para que nunca más se atrevan a rebelarse; las acciones de Hama en 1982 y los hechos en Homs en 2012 son la prueba más que relevante de este modus operandi. Que el régimen sirio y la oposición liderada por el Consejo Nacional Sirio (CNS) hayan acordado los términos del plan de paz de Annan se mantiene la misma lógica desde el inicio de las revueltas en marzo de 2011: Bashar Al-Assad juega al “policía malo y bueno” al mismo tiempo.
Por una parte –el policía bueno- acuerda los llamados a elecciones, las reformas a la constitución nacional o permite el acceso a la Liga Árabe y al enviado Kofi Annan; pero por otra parte –el policía malo- mantiene la línea dura de uso de la fuerza de manera decisiva y desvirtúa las concesiones hechas previamente.
La pregunta es cuál de las dos versiones de Bashar Al-Assad prevalecerá. Todo apunta a que su estrategia de usar la fuerza ampliamente -tal como lo hizo su padre en los ´70 y ´80, le garantizará la estabilidad de su régimen derivada del temor que provoca en gran parte de la población pero cada ataque a las poblaciones civiles le resta legitimidad internacional y paralelamente aumenta el apoyo en la región y el mundo para destituirlo del poder.
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