El gobierno de Francia dijo hoy que sigue respaldado las acciones militares
para castigar al gobierno sirio, por su presunta responsabilidad en el ataque
con gas venenoso contra la población civil. A diferencia de su par británico
David Cameron, que debió someter la iniciativa a una votación en el Parlamento
británico, el presidente Françoise Hollande no está limitado a la aprobación
parlamentaria. Hollande le dijo al periódico Le Monde que ahora era un “hecho consumado" que las armas químicas habían sido utilizadas en Damasco, que
Francia tenía “un montón de pruebas" sobre la responsabilidad de las fuerzas
de Al-Assad y que "Todas las opciones están sobre la mesa. Francia quiere
que la acción proporcionada y firme contra el régimen de Damasco".
Arabia Saudita, aliado de los rebeldes sirios, ha elevado su nivelde alerta militar a nivel 2 a 5 -1 es el máximo nivel de alerta- en previsión de un posible ataque occidental sobre Siria; fuentes sauditas declinaron dar
más detalles de lo que significaría el cambio en el nivel de alerta, pero es
probable que las fuerzas sauditas se muevan más cerca de las fronteras
nacionales y que todos los permisos para las FFAA serían cancelado. La decisión
de Arabia Saudita es compartida por otros países de la región -como Jordania,
Turquía e Israel- que también han puesto a sus FFAA en estado de alerta.
El plan del gobierno de Obama, para lanzar un ataque militar contra Siria, está recibiendo serias objeciones y observaciones por muchos en los militares en EE.UU.: muchos tienen en mente las lecciones de Irak y Afganistán,
otro sector señala las posibles consecuencias no deseadas de lanzamiento de
misiles de crucero contra Siria y algunos cuestionaron el uso de la fuerza
militar como medida punitiva y sugieren que la Casa Blanca carece de una
estrategia coherente. El Gral. Martin Dempsey, Jefe del Estado Mayor Conjunto,
ha advertido detalladamente acerca de los riesgos y peligros de la intervención
militar de EE.UU. en Siria, durante una audiencia ante el Congreso precisó que "Cuando
sopesamos nuestras opciones, debemos ser capaces de concluir con cierta
seguridad que el uso de la fuerza nos hará avanzar hacia el resultado esperado (…)
Una vez que tomamos la acción, debemos estar preparados para lo que viene después.
Implicaciones más profundas son difíciles de evitar."
Si la estrategia militar que el presidente de Obama está
considerando, no está vinculada a una estrategia diplomática más amplia, que
incluya la persuasión del presidente Al- Assad para que negocie una salida
política, cualquier operación militar norteamericana solo agravará el
conflicto. Incluso si el ataque liderado por EE.UU. incluye algunos aviones
aliados, no equivaldría a campaña abierta que podría obligar a Al-Assad a
negociar una transferencia a un gobierno de transición y respondería más a una
necesidad interna del Presidente Obama de justificarse frente la “violación de
la Línea Roja”, que él mismo trazó.
Por otro lado, una evaluación de los aliados de cada parte es una
cuestión importante. Siria cuenta con Rusia –que ya movilizó naves al
Mediterráneo-, Irán y el grupo libanés Hezbollah. Públicamente, Hezbollah ha
mantenido una retórica tranquila ya que Irán es quien mantiene una postura más agresiva;
el Comandante en Jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán, Mohamad Ali Jaffari, dijo el miércoles que un ataque contra Siria provocaría la "destrucción de Israel" y que " las llamas de la guerra no se
limitarían a Siria”. Mohammed Obeid, una prominente figura jerárquica de
Hezbollah, dijo en una entrevista que "Esta es una guerra regional y Hezbollah
no permitirá que el régimen sirio sea removido por la fuerza.
Existe un gran debate entre Irán y los estrategas militares de Hezbollah
sobre como responderían frente a un ataque de EE.UU. en Siria; la ambigüedad de
la administración Obama también influye en la toma de decisiones de los chiitas,
por lo que todo indica que la respuesta de Irán y Hezbollah se medirá en relación
a la magnitud de la incursión norteamericana.
Por el lado de EE.UU., sus aliados tienen una retórica que no se
condice con sus intereses o capacidades. Gran Bretaña ya desestimó su
participación luego que el Parlamento le negó la moción al Primer Ministro
David Cameron. El otro aliado norteamericano es Francia.
Francia tiene el buque de guerra más grande de Europa, el portaviones
Charles de Gaulle (R91), y el único portaviones completamente a propulsión nuclear
fuera de EE.UU. Independientemente de los errores y problemas de diseño –incluyendo
fugas radioactivas dentro del barco- durante las operaciones aéreas en Libia de 2011, la nave debió ser retirada a su puerto francés en Toulon para mantenimiento por varias semanas. A lo ya citado se debe sumar que el portaviones llegó
tarde, el 21 de mayo mientras que las operaciones comenzaron el 20 de marzo, con
el agravante que avanzaba a 9 nudos y que, de los 28 cazabombarderos Rafale M sólo
8 funcionaban. Francia no pudo operar adecuadamente el portaviones, no tuvo
capacidad ofensiva sobre Libia y tampoco defensiva de la propia nave de guerra.
El Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, dejó en claro hoy que
Washington castigará al presidente Al-Assad por el ataque con armas químicas
"brutal y flagrante" de la
semana pasada. Kerry señaló que, para proteger las fuentes y métodos, no podía
divulgar públicamente toda la Inteligencia disponible, pero presentó un resumen
de 4 páginas no confidencial del análisis de la comunidad de Inteligencia de
EE.UU. sobre lo que ocurrió, estos son los puntos salientes:
·
“3 días antes del ataque, se
recogieron señales e Inteligencia geoespacial que revelan las actividades del
régimen, que evaluamos se asocian con los preparativos para un ataque con armas
químicas. Personal sirios de armas químicas estaban operando en el suburbio de Adra,
en Damasco”.
·
“Inteligencia interceptó
comunicaciones que implican a un alto funcionario íntimamente familiarizado con
la ofensiva, que confirmó que las armas químicas fueron utilizadas por el
régimen el 21 de agosto y estaba preocupado que los inspectores de ONU obtuviesen
pruebas”.
·
“En la tarde del 21 de agosto, Inteligencia
detectó que el personal sirio de armas químicas fue instruido a cesar sus
operaciones”.
·
“Al mismo tiempo, el régimen
intensificó el bombardeo con artillería contra muchos de los barrios donde se
produjeron los ataques químicos. En el período de 24 hs después del ataque, se
detectó indicios de disparos de artillería y cohetes a una tasa aproximadamente
4 veces superior a los 10 días anteriores. Continuamos observando los indicios
de los bombardeos en los barrios hasta la mañana del 26 de agosto”.
·
“La detección de lanzamientos
de cohetes temprano en la mañana, desde territorio controlado por el régimen,
aproximadamente unos 90 minutos antes que apareciera el primer informe en los
medios de un ataque químico. La falta de actividad de vuelos o lanzamientos de
misiles también nos lleva a concluir que el régimen utilizó cohetes en el
ataque".
El Gral. Dempsey no ha hablado públicamente sobre los planes de
ataques planeados contra Siria y tampoco se sabe si su posición cambió después
del supuesto ataque de armas químicas del 21 de agosto. Dempsey ha dejado en
claro que las lecciones de Irak tienen un gran peso en sus cálculos sobre
Siria, adicionalmente la administración Obama es contradictoria sobre si el
objetivo es derrotar o solo paralizar al régimen sirio. Los potenciales
peligros de estas ambigüedades podría facilitarle la tarea a los grupos
rebeldes fundamentalistas, que una vez en el poder serían un mal mucho peor que la prevención del supuesto uso de armas químicas por parte de Bashar Al-Assad.
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