Los inspectores de armas químicas de ONU cayeron bajo fuego"varias veces por francotiradores no identificados", cuando iban en
dirección al sitio del supuesto ataque químico sospechoso en territorio rebelde.
Activistas antigubernamentales publicaron videos de los inspectores de ONU que
llegando a un suburbio de Moadamiya -al suroeste de Damasco- donde se los muestra
entrando en una clínica; Moadamiya es un suburbio rebelde donde los activistas
antigubernamentales reportaron el menor de los dos ataques químicos y mostraron
a pacientes en un hospital de campaña
rebelde, que al parecer tienen problemas respiratorios.
El gobierno sirio acordó el domingo permitirle a los inspectores que visiten la zona donde se produjo el presunto ataque, el equipo salió del Hotel Four Seasons -en el centro de Damasco- a media mañana en un convoy de siete vehículos; el primer vehículo del equipo fue a una zona de amortiguamiento
entre el gobierno y las posiciones rebeldes cuando "deliberadamente
dispararon en varias ocasiones francotiradores no identificados", dijo un
comunicado de la ONU. Nadie resultó herido y debido a que el coche ya no era
útil, el equipo regresó a la zona bajo poder del Gobierno antes de llegar a
territorio Moadamiya; tanto los rebeldes como el gobierno se acusaron
mutuamente de dispararle al convoy de ONU.
La Marina de EE.UU. ha desplegado un cuarto buque con misiles en el Mediterráneo oriental antes de la Cumbre de Amman, para debatir una respuesta
militar al ataque con armas químicas en Siria. Las muestras biológicas tomadas
de las víctimas y sobrevivientes del ataque ahora se han pasado a los
funcionarios occidentales en Jordania, después de haber sido sacadas
clandestinamente de Siria en las últimas 72 horas. Además se repartieron cuestionarios
a funcionarios de las tres comunidades más afectadas, pidiéndoles más detalles
forenses y ambientales, así como de órganos y tejidos ropa usada por las
víctimas. La cifra final de muertos no se ha establecido, con estimaciones que
van desde varios cientos a más de 1.400.
Los buques de EE.UU. desplegados en proximidades de
Siria son capaces de una gran variedad de acciones militares, incluyendo el
lanzamiento de misiles de crucero Tomahawk -como lo hicieron contra Libia en
2011- y el Secretario de Defensa de EE.UU., Chuck Hagel señaló que “El Departamento de Defensa tiene la responsabilidad de proporcionarle al presidente opciones para contingencias y eso que requiere posicionar nuestras
fuerzas, posicionando nuestros activos para poder llevar a cabo las diferentes
opciones que el presidente pueda elegir".
Mientras que EE.UU. enviaba un cuarto buque de guerra al Mediterráneo oriental, los comandantes y funcionarios iraníes han emitido advertencias contra cualquier ataque contra Siria en respuesta por la supuesta utilización de armas químicas. El Director del Comité de Asuntos Internacionales del Parlamento iraní, Hossein Sheikholeslam, dijo que las amenazas de atacar a Siria son "gestos de propaganda de Washington, que quiere animar a los opositores al gobierno sirio que han sufrido pesados fracasos en el campo y políticamente (…) La estrategia de los países occidentales, y en especial de América, es destruir Siria y debilitar su capacidad de luchar contra el régimen sionista (…) Asumiendo tal acontecimiento tenga lugar, la primera víctima de un ataque contra Siria será el régimen sionista, porque el ejército en Damasco tiene la capacidad de atacar con gravedad los territorios ocupados y puede golpear un punto que está ligado a la seguridad nacional de Washington”.
Por su parte, Rusia ya advirtió a las potencias occidentales sobre cualquier intervención militar en Siria, diciendo que el uso de la fuerza sin un mandato de ONU sería contrario al derecho internacional. El ministro de Relaciones
Exteriores, Sergei Lavrov, dijo que Moscú no tenía planes de ser arrastrado al
conflicto militar a la guerra civil en Siria y que EE.UU. y sus aliados repetirían
"los errores del pasado" si intervenían en Siria. Lavrov señaló que
el presunto ataque químico del miércoles pasado, fue probablemente obra de los rebeldes
que quieren desbaratar los planes de Washington y Moscú sobre las
conversaciones de paz de Ginebra.
Hagel, dijo que su país sólo podría actuar en Siria en coordinación con la comunidad internacional y con la debida justificación legal, en
respuesta a los presuntos ataques con armas químicas en Damasco; durante su
viaje a Indonesia, Hagel se limitó a mencionar que se estudia la situación con
la Inteligencia disponible y se negó a hablar sobre las opciones militares que están
siendo examinadas por la Casa Blanca o si creía era probable que una respuesta
militar estuviese entre las iniciativas.
En una entrevista publicada por el periódico ruso pro-gubernamental Izvestia, el Presidente Al-Assad advirtió que cualquier intervención militar de EE.UU. en Siria sería un fracaso y negó que sus fuerzas hubieran usado armas químicas. Según Al-Assad, "A EE.UU. le espera
el fracaso como en todas las guerras anteriores que ha desatado, desde Vietnam hasta
el día de hoy (…) ¿Qué Estado usaría armas químicas o cualquier otro tipo de
armas de destrucción masiva en un lugar donde se concentran sus propias
fuerzas? Eso iría en contra de la lógica elemental (…) Por lo tanto, las
acusaciones son totalmente políticas y la razón de ellas son la serie de
victorias de las fuerzas del gobierno sobre los terroristas". Al-Assad calificó
a las acusaciones sobre el uso de armas químicas como "sin sentido" y
"sin fundamento", y señaló que
EE.UU., Gran Bretaña y Francia habían intentado durante mucho tiempo justificar
una intervención militar en Siria.
Las diferentes agencias de noticias internacionales predicen ataques
norteamericanos con misiles contra Siria mientras que la opinión internacional generalizada
apunta a que el gobierno Siria usó algún tipo de armas químicas en el suburbio
de Damasco, pero la evidencia que apoya
este juicio es endeble por el momento. Por su parte, el gobierno sirio accedió a
que el equipo de inspección de armas químicas de ONU visite el área bajo
denuncias, pero los incidentes con francotiradores limitaron este despliegue.
Los jefes militares y diplomáticos norteamericanos están
considerando varios escenarios posibles que incluyen: ataques de precisión con
aviones y misiles desde buques contra sitios estratégicos y presuntos depósitos
de armas químicas en Siria; una campaña aérea conjunta para destruir la Fuerza Aérea de Siria y el
establecimiento de una zona de exclusión aérea para proteger a las fuerzas
rebeldes y los civiles que huyen de la violencia. En todos los casos, EE.UU.
necesita de dos elementos fundamentales: un mandato del Consejo de Seguridad y
de una coalición internacional que colabore con el esfuerzo bélico.
En Israel, los funcionarios temen que podrían ser vulnerables a represalias por parte de Al-Assad y su aliado libanés, Hezbollah, en el caso de un ataque de EE.UU., y los habitantes israelíes se
apresuran a pedir máscaras de gas para contrarrestar un posible ataque con
armas químicas. El Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dijo ayer que
su país está dispuesto a poner su "dedo en el gatillo si Al-Assad ataca a
Israel”.
Funcionarios estadounidenses le dijeron al Secretario General de ONU, Ban Ki-moon, que ya no era seguro para los inspectores que permanecieran en Siria y que su misión no tenía sentido; pero Ban "se mantuvo firme en el principio" ordenando a su equipo a seguir trabajando para establecer si las armas químicas o toxinas son responsables de las cientos de muertes de civiles sirios. El mensaje de EE.UU. a Ban fue claro: cree que no hay un marco de seguridad adecuado para los inspectores de ONU, además EE.UU. no cree que los inspectores puedan recabar pruebas útiles debido al paso del tiempo y los daños causados por los bombardeos posteriores.
Los inspectores de armas de ONU que investigaban las denuncias
norteamericanas sobre las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein en
Iraq, fueron retirados después de haber sido notificados que EE.UU. estaba a
punto de invadir. La invasión de Iraq no tuvo el respaldo del Consejo de
Seguridad, y es muy probable que Rusia y China veten cualquier medida contra
Siria. La pregunta es si EE.UU. sería capaz de intervenir con un mandato de la OTAN,
desafiando a Rusia y China.
La guerra civil siria ha llegado a límites y cifras impensadas, su
influencia en los países vecinos ha debilitado la seguridad regional y la
economía, pero el consenso no existe fuera ni dentro del país: los grupos
rebeldes compiten por aumentar su poder militar y los opositores por ampliar su
influencia en un escenario pos Al-Assad mientras que los Estados occidentales
no encuentran un enfoque compartido con sus pares árabes que impulsan una acción
militar directa, pero no asumen los costos políticos ni tienen un plan de
gobernabilidad creíble para Siria sin el actual gobierno.
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