viernes, 11 de mayo de 2012

Al-Qaeda en Siria: la otra insurgencia


Durante una conferencia de prensa en Tokio, Burhan Ghalioun, líder del Consejo Nacional Sirio (CNS), dijo que el régimen del presidente Bashar Al-Assad está tratando de destruir el plan de paz de ONU. Las acusaciones estuvieron dirigidas a las fuerzas de seguridad como autoras de los dos atentados suicidas en Damasco.

Ghalioun dijo que el plan de Annan “no tenía dientes y es demasiado fácil de ignorar por el régimen ya que no será castigado y esa es nuestra preocupación. Si la comunidad internacional quiere salvar el plan de Annan, debe comenzar ahora y los que tratan de matar el plan debe rendir cuentas". Ghalioun está en Japón buscando apoyo para su movimiento de oposición, en medio de un estancamiento diplomático, frente al bloqueo impuesto en el Consejo de Seguridad por China y Rusia a cualquier resolución occidental que presione al régimen sirio.

Las protestas masivas estallaron a través de Siria como es costumbre luego de las oraciones del viernes, un día después que al menos 55 personas murieron en dos ataques con bombas que se constituyeron en el ataque más mortal desde el inicio de manifestaciones contra el gobierno, hace 14 meses. Las explosiones en Damasco se producen en los previos momentos a que el equipo ampliado de observadores de la ONU, llegó a Siria para supervisar el cada vez más débil cese al fuego, negociado por Kofi Annan.

Hoy una explosión sacudió Alepo, cerca de la sede del partido Ba´ath, según informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos; el grupo activista dijo que nadie resultó muerto por la explosión en sí misma, pero que un guardia en la sede murió -al parecer- por una ronda de disparos que siguió a la explosión. Los activistas en la ciudad dijeron que escucharon un ruido muy fuerte que parecía proceder de una zona céntrica de Alepo y luego se cerraron las calles que conducen a plaza Saadallah Al-Jabiry.

Susan Rice, la representante de EE.UU. en ONU, reiteró que el gobierno sirio es responsable por la escalada de violencia en el último año aunque hay pruebas que la actividad extremista va aumento; al preguntarle qué otra cosa podría hacer EE.UU. para promover la paz en Siria, Rice dijo que el gobierno estaba trabajando con los aliados para endurecer las sanciones fuera de ONU. Rice habló antes de un discurso que dio en Boca Raton –Florida- en la sinagoga de la congregación B'nai Torah donde defendió el historial de la administración Obama en apoyar a Israel en ONU, un tema sensible de cara a las elecciones presidenciales de noviembre.

Los dos atentados con coches bombas de ayer, marcaron la posible entrada en escena de Al-Qaeda en el conflicto sirio; aunque no fue el primer bombardeo en Damasco con las características del grupo terrorista, la coordinación del ataque masivo ha reforzado las preocupaciones en EE.UU. y en otros Estados sobre la posibilidad que Al-Qaeda podría estar tomando ventaja de los disturbios de Siria para infiltrarse en el país, desde Irak, y atacar al régimen de Al-Assad.

Mientras que Rusia lanzaba una temeraria acusación sobre “algunos países” que están fomentando el terrorismo en Siria, como el paso previo para justificar una intervención militar internacional en el país, en el otro extremo EE.UU. responsabilizaba al régimen sirio de forzar a este tipo de acciones por negarse a ejecutar las reformas políticas y no aplicar el plan de seis puntos –incluido el cese al fuego- pautado con Annan. La campaña electoral de EE.UU. podría influir en muchas de las decisiones que tome la administración Obama sobre Siria, los “halcones” de ambos partidos han cuestionado la inacción norteamericana frente a la represión del régimen sirio.

Aún no resulta del todo claro el impacto o la evidencia de un endurecimiento de la participación de Al-Qaeda en Siria, ni mucho menos se podría considerar a este hecho como la causa para justificar una intervención internacional. Si bien el régimen de los Al-Assad derrotó a los militantes islamistas que fueron ganando fuerza en la década de ´80, algunos sectores sostienen que la decisión del régimen de reprimir por sobre las reformas –dentro del contexto de la Primavera Árabe- favoreció la aparición de Al-Qaeda y otros elementos extremistas; pero también es cierto que Al-Qaeda no supo inicialmente como responder al clamor popular de democracia y la libertad.

La Primavera Árabe ha roto el equilibrio de manera tal que Al-Qaeda puede aprovechar la situación en lugares como Siria o Libia, los conflictos prolongados -como el caso sirio- ofrecen "más espacio ideológico para Al Qaeda y para que el grupo pueda operar. Este temor es, posiblemente, una de las razones que explicaría por qué la administración Obama se ha mantenido reticente al envío de ayuda a la oposición siria -incluyendo armas y equipos- ya que se especula que algunas facciones dentro de la oposición puedan albergar elementos radicales.

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