martes, 15 de mayo de 2012

No hay un "Plan B" para Siria


El Presidente del Comité Superior de Elecciones, juez Khalaf al-Azzawi, dio a conocer el resultado de las primeras elecciones celebradas bajo la nueva Constitución aprobada en 2012 y la Ley Electoral General Nº 101 del año 2011. Al-Azzawi señaló que las elecciones del 07 de mayo tuvieron una tasa de participación del 51,26% del padrón habilitado para votar -5.186.957 de 10.118.519 votantes- y el funcionario sirio destacó que se eligieron 30 mujeres.

Al-Azzawi dio lectura a la lista de 250 candidatos electos para ocupar los escaños en la asamblea, incluidos los independientes liderados por Qadri Jameel, quien había dicho que la votación podría ser un "punto de partida para un proceso político" en Siria, a pesar del boicot de la mayoría de los partidos de la oposición cambió rápidamente de opinión en una conferencia de prensa el sábado pasado y denunció que algunas "partes corruptas fueron capaces de manipular e incluso falsear los resultados de las elecciones", y agregó que la participación era relativamente baja.

Hasan Abdul-Azim, jefe del opositor Órgano de Coordinación Nacional, sostuvo que las nuevas elecciones "fueron diseñadas por las fuerzas de seguridad en Siria para ajustarse al tamaño del régimen actual."

Las elecciones no fueron todo lo prolijas que el Comité Superior de Elecciones anunció ya que la votación en Damasco fue sumamente irregular; por ejemplo en un local de votación, las autoridades dijeron que 137 personas votaron en las primeras tres horas pero los periodistas extranjeros vieron sólo 3 personas que emitieron sus votos en un período de 40 minutos. Otro dato inquietante es que, en la última elección parlamentaria de 2007, la participación fue del 56% con el partido Ba´ath en pleno control del escenario político; ahora supuestamente con una apertura a otros partidos y una amplitud de candidatos, la participación no creció.

El nuevo Parlamento debe reunirse en las próximas dos semanas bajo la nueva Constitución, aunque no plantea ningún papel muy diferente con la conformación actual, ya que los ganadores de las elecciones fueron el gobernante partido Ba´ath y sus grupos satélites o aliados.

Burhan Ghalioun fue elegido el martes como presidente del Consejo Nacional Sirio (CNS) en la votación que se llevó a cabo en Roma. Ghalioun ganó por el 66% de los votos, en parte porque muchos miembros de la Secretaría General no querían elegir a una figura partidista para dirigir el CNS. La Hermandad Musulmana siria -que forma parte del CNS- acepta a Ghalioun y se considera que su perfil apolítico puede aglutinar una coalición compuesta por múltiples tendencias, incluidos los islamistas, nacionalistas, liberales e independientes.

Ghalioun es un académico secular y ha sido el líder de la oposición en el exilio desde la creación del CNS en agosto de 2011; sin embargo recientemente algunos de sus compañeros lo han criticado por no estar en contacto con la oposición en Siria y no unificar al CNS. El hecho que cuente con el respaldo de los Estados del Golfo y Francia, le ha valido el apoyo de la comunidad internacional y es visto como una figura de consenso pero no ha podido consolidarse entre los sirios como una opción viable a Bashar Al-Assad.

La presidencia de la Secretaría del CNS tiene una duración de tres meses, y según fuentes internas, los miembros de la Secretaría le han pedido a Ghalioun que lleve a cabo una reforma del Consejo dentro de este tiempo; las maniobras políticas dentro del CNS les ha impedido ganar el respaldo internacional por completo.
Por lo pronto, Ahmad Ramadan adelantó que el CNS no va a la reunión de la Liga Árabe –en El Cairo- ya que no se invitó al grupo como un organismo oficial sino como miembros individuales. La reunión en El Cairo forma parte de los intentos de la Liga Árabe por llevar a la oposición fragmentada a una mesa común; también el encuentro está preparado para iniciar el diálogo con el régimen sirio -paso que forma parte del plan de seis puntos de Annan- en un intento por pacificar el país.

La falta de los principales referentes de la oposición, liderados por el CNS, hizo fracasar la reunió debido a que solo los enviados internacionales se encontraban entre los participantes. La reunión de El Cairo fracasó, en parte, porque no se tuvo en cuenta la visión de los activistas de la oposición sobre el plan de Annan al que consideran como diseñado para obligarlos a un compromiso inaceptable con el régimen sirio, cuando la posición del CNS ha sido históricamente que Al-Assad no esté involucrado en las conversaciones sino que renuncie.
 
Una esperanza para que el plan de Annan vino de la mano del anuncio del My. Gral. Robert Mood, jefe de la misión de observadores de ONU en Siria, al señalar que se llegaron a más de 200 efectivos en el terreno; además Mood hizo hincapié en que los observadores están haciendo el seguimiento y documentación de todas las violaciones de la tregua al alto el fuego negociado sumado a la creación de un nuevo puesto de observadores en la provincia de Deir Al-Zour.

Pero nuevamente un convoy de ONU fue atacado hoy, mientras que ayer fue un balazo de origen desconocido, en esta oportunidad cuatro vehículos fueron alcanzados por un artefacto explosivo improvisado dañando a tres de ellos, según lo informó Ahmad Fawzi, portavoz de Kofi Annan, en un mensaje publicado en Twitter. Activistas en el terreno informaron que no hubo víctimas, aunque uno de los vehículos estaba severamente dañado en su frente, y los observadores tuvieron inconvenientes en salir del mismo.

Los resultados de las elecciones parlamentarias en Siria no dejaron lugar para la especulación o la duda ya que era evidente que gran parte del país no iba a votar debido a la violencia en muchas ciudades y al descredito de los candidatos que de alguna manera están vinculados con el actual régimen. Aunque el acto eleccionario significa un gran paso, el contexto en el que se llevo adelante, pone en duda su legalidad y legitimidad; las reformas no son políticas sino cosméticas y ello explicaría porque la sociedad no las convalidó con su voto.

En el corto y mediano plazo, el escenario interno es altamente preocupante, debido a múltiples factores. La creciente presencia de elementos radicales del Medio Oriente que ven a la lucha siria como la nueva yihad regional están golpeando al régimen de Al-Assad con más y mejor precisión que los rebeldes del Ejército Libre Sirio; a diferencia de éstos, los extremistas no tienen en mente una solución o una negociación política sino que miden el conflicto en términos de victoria o derrota del gobierno sirio.

Dentro de este contexto, el cese al fuego o un plan de paz será inviable y -de hecho- los propios observadores de ONU comenzarán a ser blanco de los ataques como lo fueron las tropas de la Coalición en Iraq o Afganistán; ello obligará a los tomadores de decisión, fronteras adentro de los Estados con tropas en la Misión, a re-evaluar su permanencia o no frente a la eventualidad de pagar el costo político de dar explicaciones a sus sociedades si llegan a producirse bajas. Lo inquietante de todo esto es que no existe por el momento un Plan B para Siria.

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