martes, 29 de mayo de 2012

Rusia y Siria: ¿Cambiar para que nada cambie?


El presidente sirio, Bashar Al-Assad, discutió hoy con el enviado de la ONU, Kofi Annan, la situación en el país y la aplicación del plan de seis puntos; en la reunión también se discutió los medios para superar los obstáculos que dificultan la marcha del plan, en particular por la escalada del terrorismo en algunas regiones de Siria. El presidente Al-Assad señaló que los grupos terroristas han intensificado sus actos terroristas notablemente en los últimos tiempos en diversas áreas a través de Siria, cometiendo asesinatos y secuestrando ciudadanos sirios.

Al-Assad, afirmó que el éxito del plan de Annan depende que se detenga al terrorismo, el contrabando de armas y a aquellos que lo apoyan; a la reunión asistieron el canciller Walid Al-Muallem; la Asesora Presidencial de Política y Medios de Comunicación, Dra. Bouthaina Shaaban; el Viceministro de Relaciones Exteriores Dr. Fayssal Mikdad, y el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, Dr. Jihad Makdessi.

Sin embargo Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado para los DDHH de ONU, dijo que las investigaciones iniciales sugieren que menos de 20 de las víctimas –de un total de 108- en el pueblo de Taldou, cerca de Hula, murieron por fuego de artillería o de tanques y que muchos fueron ejecutados sumariamente en dos incidentes separados. Testigos presenciales en el terreno sostuvieron que los asesinatos fueron perpetrados por los milicianos “shabihas” –un grupo paramilitar leal al régimen- mientras que los observadores de ONU que visitaron a muchas de las víctimas, dijeron que habían sido asesinados por arma de fuego a corto alcance o de ataques de cuchillo.

Aunque ONU no quiere aún acusar definitivamente a un responsable por la masacre, Hervé Ladsous -Jefe de Operaciones de Mantenimiento de la Paz de ONU- dijo que el ejército y la milicia shabiha eran los responsables más probables, especialmente en los casos en que se utilizó armamento pesado. Colville, señaló que parece que todas las familias fueron asesinadas en sus casas, por lo que la hipótesis del gobierno de los grupos terroristas no sería del todo cierta.

El Ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, dijo que no había "ninguna duda" que las autoridades sirias habían utilizado tanques y artillería para atacar Hula pero que el Kremlin no descartaba que los rebeldes también estaban implicados. Rusia pidió una investigación sobre la matanza, aunque Lavrov sostuvo que "ciertos países" estaban tratando de usar las muertes en Hula como un pretexto para iniciar una operación militar contra el régimen sirio; Moscú ha acusado a Occidente de utilizar la crisis como una excusa para propiciar un cambio de régimen en Damasco y por ello Rusia ha vetado las resoluciones del Consejo de Seguridad en contra de Siria.

El Consejo Nacional Sirio (CNS), principal órgano de la oposición, le pidió hoy al Consejo de Seguridad una resolución que autorice el "uso de la fuerza" y dio la bienvenida a la expulsión de varios altos diplomáticos de los países occidentales. Después de las sanciones económicas y la expulsión de varios altos diplomáticos de los países occidentales, los funcionarios del CNS sostienen que el Consejo de Seguridad debería adoptar una resolución en virtud del Capítulo VII de la Carta que permite el uso de la fuerza necesaria para ponerle fin al genocidio y los asesinatos cometidos por las milicias del régimen.

Francia, Gran Bretaña, Canadá, Alemania, Italia, España y Australia estaban expulsando a los enviados sirios de sus capitales, en una acción coordinada con EE.UU., que subraya el aislamiento diplomático de Al-Assad. El canciller francés, Laurent Fabius, dijo que "Bashar Al-Assad es el asesino de su pueblo y debe abandonar el poder. Cuanto antes, mejor"; su homólogo australiano, Bob Carr, dijo que "Esta masacre de más de 100 hombres, mujeres y niños en Hula fue un crimen horrible y brutal".

La Casa Blanca sigue oponiéndose a la acción militar en Siria, aunque algunos sectores sostienen que este razonamiento sólo conducirá a más matanzas; el portavoz Jay Carney dijo que la administración Obama continuará ofreciendo asistencia no letal para el pueblo sirio y adelantó que están trabajando con sus aliados para evaluar nuevas medidas, pero le está dando ningún detalle específico sobre los próximos pasos.

Victoria Nuland, portavoz del Departamento de Estado, dijo que el Encargado de Negocios sirio, Zuheir Jabbour, había sido llamado y se le dio 72 horas para abandonar el país, como parte de una ola de expulsiones de diplomáticos sirios de las capitales occidentales. Imad Moustapha, el embajador sirio en Washington, fue llamado a Damasco el año pasado y el máximo representante sirio en EE.UU. fue Jabbour; sin embargo Nuland dijo que se optó por no expulsar a los funcionarios de nivel medio en la Embajada de Siria en Washington.

La masacre de Hula fue una de las peores matanzas en los 14 meses de levantamientos contra el régimen sirio, lo que ya ha marcado definitivamente un punto de no retorno en las manifestaciones sociales que comenzaron pacíficamente y ahora son enfrentamientos armados contra el poder central. El endurecimiento de la respuesta del presidente Al-Assad viene como respuesta a la oleada de ataques terroristas de grupos radicales que venido desde el extranjero a unirse en la lucha de los rebeldes y desertores agrupados en el Ejército Libre Sirio (ELS) contra el régimen sirio.

Este cambio en el escenario deberá modificar el enfoque de China y Rusia, principales aliados de Siria, ya que no podrán avalar por mucho tiempo las operaciones de represión como sucedió en Hula; por otra parte tampoco pueden dejar al régimen sirio librado a su suerte mientras sufre los embates diplomáticos de la comunidad internacional. El próximo viernes, el premier francés, François Hollande, se reunirá con su par Vladimir Putin quien lo visitará en el Palacio del Elíseo; el encuentro servirá para evaluar si Moscú percibe que lo sucedido en Hula es un cambio en la dinámica del conflicto y por ello es necesario un ajuste de la posición rusa o solo fue un hecho de violencia más en los levantamientos en Siria.


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