lunes, 27 de agosto de 2012

Presidente de Siria: "venceremos a cualquier precio"


Daraya es una ciudad de unos 200.000 habitantes, mayoritariamente sunitas de clase trabajadora, ubicada en el extremo sudoeste de Damasco y que fue bombardeada durante varios días la semana pasada por las fuerzas leales al presidente Al-Assad, el 25 de agosto grupos armados que incluyeron al ejército y a las milicias shabiha entraron a la ciudad llevando a cabo redadas casa por casa ejecutando a los habitantes. Al menos 200 cadáveres fueron encontrados el sábado, a menudo en los sótanos de las casas y más de 350 fueron asesinados en la última semana; las imágenes de vídeo y fotografías de los activistas locales muestran cadáveres ensangrentados expuestos en el patio de una mezquita, antes de ser bajados a las fosas comunes.

Los combatientes rebeldes, al parecer, se retiraron de la ciudad frente al avance de las fuerzas del régimen y a la falta de municiones para seguir combatiendo; la idea de los rebeldes era retirarse del terreno para evitar que el ejercito masacrara la zona, pero tales esfuerzos fueron inútiles ya que el régimen sirio ve a todos los hombres jóvenes como una amenaza, de hecho la mayoría de los muertos que se observan en las imágenes eran hombres jóvenes.

Los residentes describieron cómo el ejército sirio primero cerró la ciudad, manteniendo a los civiles que huían para luego metódicamente comenzar una campaña de bombardeos pesados y búsquedas casa por casa, que terminaron en ejecuciones. A pesar de que muchos de los detalles aún son difíciles de verificar o determinar como el número exacto de muertos, ya que no ha podido determinar cuántos fueron ejecutados o murieron a causa de los bombardeos; mientras los activistas señalan que la cifra de la masacre sigue aumentando a medida que se abren las casas luego de los varios días de asedio del régimen.

Los activistas publicaron un video de lo que dijeron fue el último hallazgo donde se muestra una pila de cadáveres en un rincón de un sótano de lo que parecía ser una casa grande, con charcos de sangre oscurecía el suelo de cemento gris debajo de una maraña de cuerpos y varios otros -incluyendo a un hombre con lo que claramente parecía ser una herida de bala en la cabeza- fueron extendidos detrás de las paredes cercanas. Otros dos videos publicados el sábado mostraron cadáveres alineados, la mayoría eran hombres muertos en ejecuciones, aunque también había que entre los muertos varias mujeres y niños.

La autenticidad de los videos no pudo ser verificado de forma independiente, y los detalles de lo que sucedió durante la ofensiva de cinco días en Daraya siguen siendo vagos en el mejor de los casos. Medios de comunicación rusos señalaron que la sangre brilla por su ausencia en la habitación con poca luz, ya que los cuerpos fueron trasladados evidentemente a la mezquita Abu Auleiman al-Darani post mortem; los activistas anti-gubernamentales afirman que muchos de los cadáveres llevaban las marcas de disparos de francotiradores, mientras que otros habían sido fusilados "estilo ejecución" en redadas casa por casa.

Por otra parte los rebeldes sirios dicen que derribaron hoy un helicóptero militar durante los fuertes enfrentamientos con las fuerzas del gobierno en Damasco, en un video amateur se observa que el helicóptero parecía incendiarse en medio de una lluvia de balas de armas automáticas provenientes de posiciones rebeldes en el terreno, antes de entrar en picada para estrellarse en medio de una bola de fuego. Un video segundo mostró lo que parecía ser una pala de rotor y una sección quemada de fuselaje del helicóptero, en un pequeño callejón detrás de varias casas; un portavoz rebelde dijo a Al-Arabiya TV que la Brigada Badr del Ejército Libre de Siria (ELS) que derribaron el helicóptero "para vengar la masacre de las fuerzas del régimen en el suburbio de de Daraya" y señaló que el cuerpo del piloto fue recuperado, pero el reporte no pudo ser confirmado.

El derribo del helicóptero se suma al derribo de un MIG 23 que coincide con el ataque a manos de los rebeldes de una base militar anti-aérea cerca de Damasco la semana pasada; ambos derribos fueron realizados con cañones antiaéreos y según testigos habrían más derribos de helicópteros en el norte del país, pero esos reportes no han podido ser verificados.

Hace un mes los grupos rebeldes se lanzaron a capturar Aleppo -la segunda ciudad de Siria y corazón comercial del país- e hicieron del distrito de Salaheddin su principal bastión; el régimen sirio focalizó sus ataques contra ese barrio, en el suroeste de la ciudad y los alrededores del aeropuerto, por lo que ahora los comandantes rebeldes solo pueden aspirar a ver como lograrán una retirada de un inminente atolladero. Aunque calles enteras de Aleppo han quedado reducidas a escombros los comandantes han reconocido que les resulta difícil mantener las ciudades y que esto no era lo que estaban buscando, sino conquistar los corazones y mentes de las clases urbanas sirias tal como sucedió con los ataques contra Damasco.

Con la reconquista en febrero del distrito de Baba Amr en Homs -la tercera ciudad siria- el régimen demostró que no tendría reparos en el uso de armas pesadas para matar a tantos como sea necesario para recuperar el control del terreno; a finales de julio, con la batalla de Aleppo en marcha, sacó a sus aviones de combate por primera vez y atacó Azaz –al norte de Aleppo- dejando decenas de muertos.

Los comandantes rebeldes contaban con una estrategia sensata de librar una guerra de desgaste en relación a sus capacidades; rutas, puestos militares de control y consolidación de las zonas rurales, donde el régimen ha retrocedido pero de repente se desviaron del plan y comenzaron a intentar la liberación de ciudades, algo para lo que no están preparados. Ciertamente mordieron más de lo que podían masticar.

La oposición armada al régimen de Al-Assad comenzó a tomar forma a finales del verano de 2011, tras meses de manifestaciones pacificas que fueron respondidas con enérgicas medidas y detenciones masivas por parte de las fuerzas de seguridad; este fenómeno llevó a los manifestantes a armarse, muchos mediante la compra de armas de contrabando desde países fronterizos como Líbano, Irak y Jordania. Así la revuelta se militarizó más junto al creciente aumento de desertores del ejército en sus comunidades locales que llevaban sus armas con ellos; pero a medida que la revuelta giraba hacía el enfrentamiento militar abierto, los países del Golfo Pérsico –especialmente Arabia Saudita y Qatar- comenzaron a canalizar fondos al ELS junto Turquía y la CIA.

Muchos de los grupos rebeldes comenzaron en general como células locales dispersas en las zonas rurales con armamento comprado con su propio dinero y una coordinación débil entre los diferentes grupos. Ese primer momento ha sido superado -si bien subsisten grupos locales- ya que sumado al giro hacia la violencia se le debe agregar el carácter sectario que ha adquirido del conflicto como resultado de las tácticas aplicadas por el gobierno y la oposición, que han puesto de relieve las diferencias religiosas con el fin de movilizar a la gente. La llegada al país de de grupos radicales islamistas y extranjeros vinculados a Al-Qaeda han suplantado a los comandantes locales de las posiciones de poder que ahora son ocupadas por yihadistas.

Esto no significa que la Hermandad Musulmana tenga éxito en el establecimiento de una presencia palpable, ya que su influencia está limitada a ciertas áreas; al menos siete de 14 provincias estarán fuera de la esfera de la Hermandad de la influencia en el futuro inmediato: Hasaka, Raqqa, Deir ez-Zor y Deraa (tribal y zonas kurdas que componen más del 30% de la población, leal a sus líderes locales ), Suweida (el bastión de los drusos, casi el 2% de la población) y las provincias costeras de Latakia y Tartus (donde alauitas, ismaelitas y otras minorías se basan y representan casi el 8,5% de la población). El verdadero problema viene de la mano de los salafistas.

Un nueva Media Luna salafista, que se irradia de los emiratos del Golfo Pérsico hacia el Levante y el norte de África, es uno de los subproductos más subestimados e inquietante de las revueltas árabes. En mayor o menor grado, estos puritanos populistas se están moviendo en el espacio político, una vez ocupado por militantes yihadistas, que ahora están fuera de moda. Ambos son fundamentalistas, están a favor de un nuevo orden inspirado en el Islam primitivo y auqnue los salafistas no son necesariamente combatientes,  una amplia mayoría de los grupos salafistas están profundizando la brecha entre musulmanes suníes y chiitas al desafiar la "media luna chiita", término acuñado por el rey Abdullah de Jordania en 2004 durante la guerra de Irak, para describir el arco de influencia chiita de Irán sobre sus aliados en Irak, Siria y Líbano.

El presidente sirio, Bashar Al-Assad, dijo ayer que “El pueblo sirio no permitirá que esta conspiración alcance sus objetivos y la derrotará a cualquier precio. Siria continúa con su estrategia de resistencia a pesar de los esfuerzos conjuntos de los occidentales y algunos países de la región para hacer que cambie su postura." Las declaraciones de Al-Assad se produjeron durante su reunión con el Presidente de la Shura del Consejo Nacional Seguridad y del Comité de Política Exterior, Alaeddin Boroujerdi; lo interesante del encuentro fue además que el Vice-Presidente Farouk Al-Shara recibió a Bororjerdi, con quien discutió las relaciones bilaterales. Al-Shara hizo una aparición pública, poniéndole fin a las especulaciones sobre que había desertado.

Y estas son las claves del conflicto sirio: el régimen del presidente Al-Assad está dispuesto a jugarse hasta las últimas consecuencias porque es consciente que su derrota implicará una ola de reformas y cambios especialmente dirigidos contra los alawitas y chiitas sirios; mientras que los grupos rebeldes sirios dependen cada vez más de los fondos sauditas, condicionados a los intereses salafistas que desvirtúan el verdadero objetivo de la revolución siria de terminar con una dictadura, en vez de reemplazarla por una tiranía teocrática.

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