lunes, 6 de agosto de 2012

Una condena más para Siria


La Asamblea General aprobó por 133 votos a favor, 12 en contra y 31 países una resolución que critica el fracaso del Consejo de Seguridad para actuar en el conflicto de Siria, condena el uso del presidente Bashar Al-Assad de "armas pesadas" en la guerra civil; la resolución también condena los bombardeos indiscriminados con tanques y helicópteros y exigió que el gobierno se abstenga de usar sus armas químicas. Antes de la votación, el Secretario General de ONU, Ban Ki-moon dijo que el conflicto en Siria se había convertido en una "guerra de poder" y que el Consejo de Seguridad está paralizado por las divisiones sobre el conflicto.

El proyecto de Arabia Saudita inicialmente pedía a las naciones la imposición de sanciones de forma individual y se refirió al pedido de Liga Árabe del año pasado para que Al-Assad dimita. Ese texto fue retirado y sustituido por un "bienvenida a las decisiones de la Liga Árabe” pero no especificó más allá; el proyecto saudita se debilitó varias veces antes de su aprobación, dijeron diplomáticos, lo que refleja las batallas continuas en el Consejo de Seguridad

El embajador sirio en ONU, Bashar Ja'afari, después de la votación, se calificó a la reunión de "una pieza de teatro", organizado por el presidente de la Asamblea General, el qatarí Nassir Abdulaziz Al-Nasser, para promover la agenda de su país. Arabia Saudita y Qatar apoyan a los rebeldes que intentan derrocar a Al-Assad y Ja'fari repitió las acusaciones que Siria está al tanto que esos países le están suministrando armas a la oposición y agregó que "la resolución no tendrá ningún impacto en absoluto".

La resolución de la Asamblea General deploró el fracaso del Consejo de Seguridad para llegar a un acuerdo sobre las medidas para garantizar el cumplimiento de decisiones de las autoridades sirias al mismo tiempo que pide que una transición política hacia un sistema democrático, pluralista; diplomáticos occidentales dijeron que una razón importante para la adopción de una resolución, no vinculante en la Asamblea General, fue enviarle un mensaje político para avergonzar a Rusia y China por oponerse a medidas más duras contra el gobierno de Al-Assad en el Consejo de Seguridad.

Rusia, que tiene su única base naval fuera de la antigua Unión Soviética en Siria y es alado clave de Al-Assad, votó en contra de la resolución ya que según el embajador ruso ante ONU, Vitaly Churkin, “la resolución es extremadamente unilateral y fue escrita como si no hubiera oposición armada en absoluto". Churkin dijo que la serie de cláusulas que contiene la resolución era algo que Rusia no podría aceptar; Churkin señaló también que poner una resolución sobre Siria en la Asamblea General "era inapropiado" y "contraviene la Carta de las Naciones Unidas", ya que la cuestión ya estaba siendo discutida en el Consejo de Seguridad.

 los rebeldes no tienen interés en una resolución de condena a Al-Assad sino que prefieren una zona de exclusión aérea para mantener los helicópteros y aviones de guerra del régimen fuera de las ciudades. Sin embargo, los pedidos rebeldes de más armas, chocan con la falta de control interna que no los hacen creíbles para EE.UU.

El abandono del ex Secretario de ONU, Kofi Annan, en su esfuerzo por mediar el cese al fuego, terminó culpando a ambos lados por la creciente militarización del conflicto, y dijo que una "clara falta de unidad" en el Consejo de Seguridad -en el que Rusia ha utilizado su veto en tres ocasiones para proteger el régimen de Al-Assad- ha "cambiado de manera fundamental su capacidad para ser eficaz”. Su renuncia como enviado especial de ONU y la Liga Árabe es efectiva desde el 31 de agosto y las conversaciones están en marcha para encontrar a su sucesor

Por otra parte, Siria llegó a un acuerdo con Rusia a quien le va a exportar su petróleo crudo a cambio de productos refinados para asegurarse la tan necesaria provisión de combustible, luego que una delegación de ministros sirios le pidió a Moscú que ayude a aliviar los efectos de las sanciones contra Siria. El viaje a Moscú fue una rara visita realizada por funcionarios de alto nivel de Siria, cuyos círculos de apoyo se están reduciendo mientras aumenta la violencia entre los rebeldes y las fuerzas estatales, y Occidente junto a los países árabes dicen que Al-Assad debe dejar el poder.

El Vice Primer Ministro sirio de Asuntos Económicos, Qadri Jamil, señaló que Rusia quiere ayudar al pueblo sirio y remarcó que Siria necesita de productos derivados del petróleo y que la escasez de estos materiales hace que la situación del país difícil. La delegación de funcionarios sirios, mantuvo conversaciones con el gobierno ruso y los funcionarios del sector privado sobre las formas de paliar los efectos económicos de las sanciones a Siria; sin embargo no se dijo nada sobre los tres buques de guerra rusos y los 3660 infantes de marina que están al frente del puerto de Tartus.

Ahora que los rebeldes han llevado la guerra civil de aldeas y zonas rurales a Damasco y Aleppo -el centro comercial del país- el sistema bancario se enfrenta a su mayor prueba; en la mayor parte del país, los bancos han tratado de permanecer abiertos, gracias a los denodados esfuerzos de sus directivos y las necesidades de los clientes desesperados que siguen para depositar el dinero porque no pueden encontrar lugar más seguro. La caída de Aleppo ha complicado el escenario ya que se perjudicará a la economía real
 -interrupción de la producción, los insumos que no llegan a las plantas- y se perdió el crédito y la financiación del comercio mientras siguen los retiros de depósitos.

El sector bancario, dominado por cuatro bancos estatales en su mayoría filiales de los bancos en el Líbano y otros países árabes, ha sido aislado del sistema financiero mundial por las sanciones internacionales contra el régimen sirio; se estima que los depósitos en los bancos se redujo aproximadamente en un tercio en el primer año del levantamiento, ya que las empresas entraron en pánico y los particulares giraron su dinero al exterior.

En este contexto, donde los rebeldes jaquean al régimen sirio en Aleppo y Damasco y la economía comienza a dar señales de fatiga, la oposición política continua fracasando en su propósito de instalarse como una opción viable.

El Consejo Nacional Sirio (CNS), principal grupo de la oposición, analiza alternativas al régimen del presidente Bashar al Assad, que podría incluir funcionarios que ya están en las instituciones estatales e incluso el gobernante Partido Ba’ath; la portavoz del CNS, Bassma Kodmani, no excluye el papel del Gral. Manaf Tlass dentro de un futuro gobierno ya que se ha comportado de una manera respetable y definitivamente debe ser parte de un gran plan de transición y la organización de la oposición.

La autoridad de transición en la era pos Al-Assad debe incluir una base política y una militar, de allí que el Ejército Libre Sirio (ELS) haya elaborado una hoja de ruta para coordinar con los civiles la transición; pero no todos los sectores de la sociedad tendrían un papel en esos planes. Los civiles que han encabezado la movilización a nivel local, deberán ser parte de la nueva estructura, que también deberá asegurar un nivel jurídico mínimo ya que las venganzas personales serán un problema en una sociedad que es un mosaico de religiones y grupos étnicos.

Los combatientes rebeldes que actualmente ocupan diferentes zonas de Aleppo, no son una entidad uniforme y se encuentras combatientes de varios países por lo que tienen intereses diferentes a los combatientes sirios –más allá del derrocamiento de Al-Assad- que responden a los países que suministran las armas; dentro de los rebeldes, un grupo particular son los kurdos que aprovecharán la oportunidad para intentar su independencia en el norte, poniendo sobre la mesa una posible desintegración de Siria.

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