Las protestas estallaron hoy, a lo largo de Siria, contra el gobierno del presidente Bashar al-Assad; testigos y activistas señalaron que al menos 19 personas murieron en la sureña ciudad de Daraa, lugar donde comenzaron los disturbios hace semanas. Las protestas barrieron el país, desde el puerto mediterráneo de Latakia hasta Albu Kamal en la frontera iraquí, las manifestaciones entraron en la cuarta semana en desafío a las medidas de seguridad de Al-Assad y a la creciente lista de las promesas de reforma.
Las autoridades han culpado a los grupos armados de la violencia y tomas de televisión estatal mostraban a hombres de civil disparado contra las fuerzas de seguridad y civiles por igual. Las peores protestas se registraron en Daraa después que los manifestantes marcharon desde tres mezquitas, después de las oraciones del viernes, y las fuerzas de seguridad dispararon gases lacrimógenos luego balas de goma y, finalmente, munición a jóvenes que lanzaban piedras.
Las protestas contra el gobierno de Bashar Al-Assad también estallaron en las regiones kurdas del este de Siria este viernes. Ciudades como Amouda, Qamishli y en Derabasiyeh -en la frontera con Turquía- registraron revueltas, dijeron los activistas kurdos un día después que el presidente Bashar al-Assad ofreció la nacionalidad siria a algunos kurdos. La concesión de la ciudadanía, a un número no especificado de los kurdos, fue vista como parte de un intento del gobierno para enfriar el resentimiento que por casi cinco décadas el régimen sirio ha provocado en ese grupo y para desviar las protestas en este frente.
Activistas y testigos dijeron que miles de kurdos -en su mayoría jóvenes- marcharon en la ciudad de Qamishli cantando: "No kurdo, ningún árabe, el pueblo sirio somos uno." Los manifestantes también exigieron la libertad de miles de presos políticos, muchos de ellos kurdos. Activistas kurdos señalaron que la calle kurda no se calmará hasta que Siria tenga libertad total de expresión y reunión y el monopolio del Partido Ba´th haya terminado.
Al-Assad ha respondido a las manifestaciones con un mix que incluye el uso de la fuerza contra los manifestantes –principalmente en Daraa- y los gestos de reforma, la más reciente dirigida a los kurdos pero que también incluye a la creación de la comisión especial para el proyecto de legislación para reemplazar la ley de emergencia; los críticos dicen que probablemente el Estado deba hacer una concesión de la mayor parte de los poderes.
La duda que subsiste es si el régimen tiene los tiempos necesarios para implementar las reformas necesarias antes de que el conflicto pase de ser un reclamo social por mayores libertades civiles y reducción de la corrupción a una escalada de demandas étnico-religiosas que arrastren al país hacia un conflicto civil con implicancias regionales como sucedería con los kurdos que viven en Siria pero que también lo hacen en Turquía e Iraq.
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