miércoles, 10 de octubre de 2012

¿Armas sauditas o norteamericanas para la revolución siria?


La cadena británica BBC News descubrió tres cajas de armas lo que sugiere que armamento destinado para las FFAA sauditas ha sido desviado a los rebeldes sirios, Arabia Saudita se ha negado a comentar sobre el asunto ya que el descubrimiento de munición saudita en una mezquita de Aleppo podría atraer una atención no deseada. Las etiquetas muestran que la fábrica es LCW -Luhansk Cartucho Works- de la ciudad ucraniana de Lugansk; desde la época soviética, la fábrica abastece principalmente de cartuchos para uso militar, una de sus principales exportaciones es la munición del rifle AK-47 rifle y las cajas de cartuchos hallados en Aleppo fueron hechas por la empresa ucraniana Dastan, que se especializa en armas navales y sistemas de misiles.

El candidato presidencial republicano, Mitt Romney, pronunció ayer un discurso sobre política exterior, titulado "El Manto del Liderazgo", en el Instituto Militar de Virginia en Lexington, Virginia. En el mismo se pronunció sobre Siria y señaló que “Voy a trabajar con nuestros socios para identificar y organizar a los miembros de la oposición que comparten nuestros valores y asegurarme que obtengan las armas que necesitan para derrotar a los tanques, helicópteros y aviones de combate de Al-Assad. Irán está enviando armas a Al-Assad porque sabe que su caída sería una derrota estratégica para ellos. Deberíamos estar trabajando no menos vigorosamente con nuestros socios internacionales para apoyar a los sirios en lugar de sentarse en el banquillo. Es esencial que desarrollemos la influencia de esas fuerzas en Siria que algún día llevarán adelante el país”.

Romney buscó explicar la política exterior que quiere llevar a cabo en EE.UU. al señalar que los rebeldes en Siria deben ser armados con lo que sea necesario para derrocar al régimen sirio. En su discurso, Romney especificó que las armas se deben dar solamente a los rebeldes sirios que comparten los valores de EE.UU. y sus aliados en Siria; ahora teniendo en cuenta que Qatar, Arabia Saudita y Turquía son los principales socios de EE.UU en el apoyo a los rebeldes sirios, no está del todo claro cuáles son los valores que Romney tiene en mente ya que los valores que ayudarán a Siria no son los saudíes, además Arabia Saudita podría entregarle armas a los militantes islamistas afines a sus intereses.

Ya sea como un proxy de EE.UU., en coordinación con las agencias de Inteligencia de o por propia iniciativa, Arabia Saudita se está posicionando como la principal fuente de apoyo financiero, político y militar para los rebeldes sirios. En una cumbre reciente del Consejo de Cooperación del Golfo, el ministro de RREE saudí, príncipe Saud Al-Faisal, declaró que el suministro de armas a la oposición siria era un "deber"; por lo que tal política solo puede servirle a los intereses de Arabia Saudita en su guerra fría contra Irán, pero los resultados serían desastrosos para los intereses de EE.UU. y principalmente para la futura democracia en Siria.

Arabia Saudita ha estado expandiendo su influencia de manera notoria en el conflicto sirio mediante la financiación de aquellos elementos rebeldes cuyos objetivos se limitan a la creación de un gobierno salafista, este enfoque alejará a los segmentos seculares de la sociedad siria, como aquellas minorías religiosas -cristianos, chiitas, etc.-. y los kurdos, que ya desconfiaban de los objetivos de la oposición siria pre-salafista. Estas minorías étnico-religiosas, aunque no dudaban del carácter dictatorial del régimen de Al-Assad, el gobierno alawita era una protección frente a la mayoría sunita. La reducción de la base de apoyo de la oposición siria, debido al temor de los grupos salafistas pro-saudita, fomentará incidentes en el futuro ya que no será posible una democracia siria pluralista, además tampoco está en la propia esencia de la monarquía absoluta de Arabia Saudita.

Que la falta de medidas de fuerza norteamericanas en Siria ha permitido que la situación se agrave, es para Romney, una justificación más que suficiente para una intervención norteamericana. Pero la dinámica del conflicto sirio no es la misma desde su inicio en marzo de 2011, la llegada de yihadistas de todo el mundo musulmán ha desplazado a la clase media que era la masa crítica de los rebeldes y sus líderes están siendo forzados a delegar el poder en los jóvenes influenciables por los salafistas. En este contexto, el conflicto sirio va seguirá indefectiblemente y el ganador -no importa quién sea- o bien aborrecerá a EE.UU. (Al-Assad) o no le deberá nada (los rebeldes).

Por caso, la lucha en Sakhour –cerca de Aleppo- está siendo liderada por el Batallón Tawafuk del Ejército Libre Sirio (ELS), pero hay seis o siete batallones adicionales en Sakhour, en lo que muchos consideran la batalla decisiva por Aleppo; estos batallones adicionales son yihadistas que responden al Frente Al-Nusra, por lo que las lealtades van y vienen, no solo en la zona, sino en todo el país. El problema se agudiza con el hecho que se trata de una auténtica revolución de abajo hacia arriba, que surgió espontáneamente en diferentes partes de Siria, y cada área se ha apartado de sus propios batallones; la financiación de los Estados del Golfo ha variado este patrón y los grupos se unificaron alrededor de una única fuente de dinero y las armas, pero no son una única resistencia unificada contra Al-Assad.

Ahora el centro de poder alternativo de la revolución siria es una red emergente yihadista-salafista, aunque sería un error considerar a todos los miembros de la red como afiliados a Al-Qaeda, ya que muchos de ellos simplemente son sunitas creyentes que juegan la carta yihadista para obtener los fondos necesarios para luchar contra las fuerzas de Al-Assad. Un grupo salafista de Idlib llamado Soukor Al-Sham -encabezado por Abu Issa- está trabajando para formar una alianza con otro grupo salafista, Al-Ahrar Sham, para reunir fondos; se dice que Abu Issa visitó la ciudad fronteriza turca de Antakya la semana pasada para reunirse con empresarios saudíes que podrían contribuir a su grupo. El grupo Jabhat Al-Nusra –Frente Al-Nusra- abiertamente se jacta de sus vínculos con Al-Qaeda y se ha adjudicado una serie de atentados múltiples con coches bombas contra instalaciones del aparato de seguridad sirio, aun en pleno corazón de Damasco.

Mohammad Al-Absi, ex líder de otro grupo yihadista -Majlis Al-Shura o Consejo de la Shura- murió después que izó la bandera negra de Al-Qaeda en el cruce de frontera sirio de Bab Al-Hawa y cuando los miembros del Ejercito Libre Sirio (ELS) protestaron sobre la bandera, los salafistas respondió: "¿Qué hay de malo en el nombre de Dios?". La brigada Farouq del ELS exigió el retiro de la bandera para no enemistarse con los turcos y amenazar así una ruta vital para los suministros de los rebeldes, el ultimátum se dio con los vehículos blindados del ELS apuntando a los yihadistas.

La preocupación sobre la posibilidad que el armamento de EE.UU. podría intensificar el sufrimiento de la población civil, sin derrocar a Al-Assad, también parece menos urgente, ya que la tasa de muertos está en alza debido al recrudecimiento de los combates entre ambas partes; sólo en septiembre se estima que murieron 4.631 personas, lo que es equivalente a la suma de los nueves primeros meses del conflicto.

A medida que la guerra civil siria se agudiza, EE.UU. deberá reevaluar su estrategia, en particular su posición hacia el papel que Arabia Saudita ha estado jugando dentro del conflicto sirio; la continua influencia saudita en Siria sólo puede desestabilizar aún más la situación, socavar los intereses norteamericanos en la región y reducir las perspectivas de un posible futuro democrático en Siria.

 

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