Los combates entre los insurgentes y las fuerzas sirias han convulsionado el norte del país e informes no confirmados señalan que los rebeldes han tomado el control de una estratégica ruta, cerca de la frontera con Turquía, que une ésta con la ciudad de Aleppo y que el ejército sirio utilizado para reabastecer sus tropas en el frente de combate. Pero este no es el único problema que tiene el régimen de Bashar Al-Assad, ya que una multiplicidad de situaciones adversas lo ha afectado esta semana.
Una bomba explotó en un área de un complejo residencial del ejército, en cercanía de la Plaza Omeya de Damasco, y según la televisión estatal siria la "explosión terrorista" había herido a dos personas y testigos en el lugar dijeron que soldados en uniforme de combate se desplegaron en la zona y todos los caminos que conducen a la Plaza Omeya fueron cortados. Los grupos islamistas Ahfad Al-Rasul y Ansar Al-Islam en un comunicado conjunto se adjudicaron la colocación de las bombas; Ansar Al-Islam ya se había atribuido la responsabilidad por un ataque con bomba el mes pasado en Jefe del Ejército de Estado Mayor en la Plaza de los Omeyas, que se inició un gran incendio en el edificio.
La afirmación de que el avión incautado sirio llevaba carga militar ruso fue hecha por el Primer Ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, quien se negó a decir cómo los turcos habían llegado a conocer que ese avión transportaba material militar; Erdogan señaló que "Desde Rusia, una institución equivalente a nuestra Corporación de la Industria Mecánica y Química -proveedor líder de equipos de Defensa a Turquía- ha enviado a medios militares, equipo y municiones para el Ministerio de Defensa sirio". Vyacheslav Davidenko, portavoz de Rosoboronexport, -empresa rusa que tiene el monopolio de las exportaciones legales de armas- negó cualquier relación con lo que los turcos afirmaron haber encontrado; Davidenko dijo en una entrevista telefónica que "No sabemos qué carga tenía ese avión, pero la carga, lo que fuera, no pertenece a Rosoboronexport."
Turquía señaló que dejaría de permitirle el uso de su espacio aéreo a los aviones civiles sirios e instruirá a los aviones turcos de pasajeros –de ser necesario- para que eviten el espacio aéreo sirio, bajo el argumento que ya no era seguro; además el ministro de Relaciones Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, indicó que "Estamos decididos a controlar las transferencias de armas a un régimen que lleva a cabo estas matanzas brutales contra civiles. Es inaceptable que dicha transferencia se realice en nuestro espacio aéreo."
El avión sirio interceptado en un vuelo desde Moscú llevaba piezas rusas de radar para los sistemas de defensa antimisiles sirios, pero no armas; según un informe publicado por el periódico ruso Kommersant, el avión fue cargado con 12 cajas contiendo las piezas para los radares utilizados en sistemas de misiles negando así las acusaciones de PM turco, Recep Tayyip Erdogan, que la carga incluía municiones. Kommersant también informó que el Servicio Federal de Seguridad de Rusia podría abrir una investigación para averiguar cómo la información de que el avión transportaba una carga sensible se filtró a las autoridades turcas.
Este incidente podría ser la mayor prueba de los lazos desde que estalló el conflicto en marzo de 2011, otro signo de deterioro de las relaciones es la decisión de las autoridades sirias de dejarle de comprar electricidad a su vecino la semana pasada. Por otra parte, el Primer Ministro turco Erdogan parece estar calculando que partido deberá tomar él y el país para asegurarse una buena posición en la opinión pública árabes, ya que millones de musulmanes están molestos por el uso continuo del gobierno sirio de la fuerza contra su propio pueblo.
La captura de Maaret Al-Numan por los rebeldes es un importante quiebre dentro del conflicto contra las fuerzas del Al-Assad, ya que le cortaron la carretera que une Damasco con Aleppo; la lucha por Maaret al-Numan comenzó el lunes por la tarde cuando el consejo militar local atacó a ocho puestos de control del ejército en la parte oriental y en 48 horas, los rebeldes capturaron a los puestos de control ubicados en los cruces de la ciudad, incluyendo una antigua prisión y el centro cultural. Para el régimen, el imperativo no era el control de la ciudad, sino de su sector occidental que ha estado en manos de los rebeldes durante los últimos dos meses; es la defensa de la autopista de Aleppo a Damasco, que el ejército sirio para utiliza para enviar los refuerzos a Aleppo.
Mientras las fuerzas turcas apostadas a lo largo de la frontera intercambian disparos con el ejército sirio y los refugiados sirios fluyen hacia Turquía, el PM Erdogan, un orgulloso islamista, pueden apreciar la sabiduría de Mustafa Kemal Atatürk; el fundador de la Turquía moderna y secular aconsejó a sus compatriotas: mira hacia occidente, dejen las viejas tierras del Imperio Otomano en sus feudos y el atraso. Para Erdogan, tan cerca de Aleppo e Idlib, ahora no tiene manera de salir de este enredo; si bien Turquía no será arrastrada a una guerra con el régimen sirio, la posibilidad de un enfrentamiento podría llegar si Al-Assad concede la organización terrorista kurda del Partido Obrero Kurdo (PKK), vía libre en el Kurdistán sirio.
En una guerra civil donde ninguna de los dos partes ha logrado una decisiva victoria y las pequeñas victorias son sobredimensionadas: los rebeldes que intentan derrocar al presidente Al-Assad ha sido aclamados por los ataques contra la cúpula de seguridad en Damasco y los combates en Aleppo y su zona de influencia para controlar la zona limítrofe con Turquía. Alentados por los reducidos pero constantes avances en el terreno, especialmente en el norte-oeste, los rebeldes sienten que es su mejor momento pero el régimen todavía tiene la capacidad de contra-atacarlos e infringirles severos daños.
Turquía ha dejado en claro que más allá de sus intenciones de represalias no tiene apetito por la intervención unilateral en Siria, tal medida está cargada de riesgos propios de la volatilidad del conflicto pero también por las repercusiones que tendría sobre Ankara. Por caso, Turquía depende de Rusia, tanto para las necesidades de energía como para ayudar a hacer realidad sus ambiciones de ser un centro para el suministro de energía para Europa; los turcos ver a Rusia como simpatizante del militante del PKK, que se ha intensificado la violencia en el sureste de Turquía en los últimos meses debido al apoyo de Siria e Irán, según las autoridades turcas. Por caso, el 80% del gas natural para Turquía provienen de Irán y Rusia, algo que limitará las operaciones de Turquía en el futuro.
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