Siria dijo que cesaría la producción de armas químicas y revelará la ubicación de sus reservas ante ONU, Rusia y otros países, según informes de medios de comunicación rusos, en lo que
parece una salida diplomática para evitar una acción militar internacional
sobre Siria. La declaración del Ministro de Relaciones Exteriores sirio, Walid Al-Muallem,
representó la primera admisión directa del gobierno sirio que posee armas
químicas y que está dispuesto a aceptar la iniciativa rusa. El presidente ruso,
Vladimir Putin, precisó que "Es bien sabido que Siria tiene un cierto
arsenal de armas químicas y que los sirios siempre las consideraron como alternativa [de respuesta] a las armas
nucleares de Israel.
Pero después del incidente
del 21 de agosto y de la acusación sobre el Ejército sirio como responsable de utilizar
esas armas contra su propio pueblo, el arsenal químico se convirtió en una excusa
que le permitiría a EE.UU. justificar su propia propuesta de intervención en
Siria. Diplomáticos rusos dicen que esto cambió sus cálculos sobre las armas
químicas de Siria dramáticamente. Desde el punto de vista de Moscú, un ataque militar de EE.UU. contra Siria no sólo arruinaría su aliado de larga data, sino
que también socavaría la mayor carta de triunfo de Rusia en la escena
internacional: el poder de veto en el Consejo de Seguridad; y la frustración
internacional que empujó a EE.UU. a
proponer una intervención, ya no podría ser contenida por mucho más tiempo,
alterando los planes de Rusia para Siria.
Las diferencias graves surgidas entre Rusia y EE.UU. podrían obstaculizar una resolución de la ONU para sellar un acuerdo. A pesar que la Casa Blanca dijo que estaba decidida a
seguir adelante con la consulta al Congreso para autorizar un ataque, el
presidente ruso Vladimir Putin dijo que el plan de las armas químicas sólo
tendría éxito si Washington y sus aliados descartar la acción militar; EE.UU. y
sus aliados siguen escépticos sobre la propuesta rusa y el presidente Obama
trata de mantener la presión sobre Siria mediante el mantenimiento de su pedido
de apoyo del Congreso para un posible ataque militar.
El Consejo de Seguridad inicialmente pidió una reunión a puerta cerrada -solicitada por Rusia- para discutir su propuesta de entregar las armas químicas de Siria al control internacional, pero la reunión fue cancelada posteriormente, a petición de
Rusia. Los Estados occidentales creen que Siria tiene un vasto arsenal químico
no declarado y el envío de inspectores para destruirlo sería difícil -incluso
en la paz-y además los precedentes son ominosos: inspectores de ONU desmontaron
el arsenal químico del líder iraquí, Saddam Hussein, en la década de 1990, pero
dejó suficientes dudas para proporcionar la base para una invasión liderada por
EE.UU. en 2003; y finalmente Muammar Gaddafi, en Libia, que fue rehabilitado
por el Occidente después de haber aceptado la renuncia a sus armas prohibidas, para
ser derrocado con ayuda de la OTAN en 2011.
Altos funcionarios del gobierno de Obama instaron al Congreso para mantener la presión sobre el arsenal de armas químicas de Siria, mientras se explora una alternativa diplomática a los ataques militares. El potencial de avance diplomático puso
freno a una votación prevista en el Congreso, sobre la autorización de la
fuerza militar mientras los legisladores y la administración pidieron más
tiempo, para evaluar la propuesta de Rusia de colocar las armas químicas sirias
bajo control internacional; esta iniciativa le ha dado aire al presidente Obama,
quien se ha enfrentado a una fuerte resistencia en el Congreso, con legisladores
de ambos lados, por lo que la propuesta rusa es considerada como una posible
salida a la situación de las armas químicas.
El presidente iraní,
Hassan Rouhani dijo en una entrevista en vivo por la televisión estatal el martes que el tiempo para resolver la disputa nuclear de Irán con Occidente era limitado, e instó a la comunidad internacional a aprovechar la oportunidad de
su elección. Rouhani, quien sucedió a Mahmoud Ahmadinejad -un conservador
conocido por su retórica belicosa en la escena internacional- ha prometido
moderación en política exterior e interior de Irán y pidió "una
interacción constructiva" con el mundo. Rouhani dijo el martes que se
reunirá con los ministros de Relaciones Exteriores de algunas potencias
internacionales -los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la
ONU más Alemania- cuando asista a la Asamblea General de la ONU este mes.
Las mentes más
razonables entre la élite política iraní, entre ellos el ex presidente Hashemi Rafsanjani y su protegido, el presidente Rouhani, han condenado públicamente el presunto empleo de armas químicas en Siria. De este modo, se han convertido en
blanco de la línea dura de Irán, que expresan su apoyo incondicional al
presidente sirio y su régimen. Aunque raros, los mensajes pragmáticos de
Rouhani desde Teherán han llamado la atención de EE.UU., y no deben ser interpretados
como que Irán se sentaría a observar si los ataques golpean Damasco.
Si se produce un
ataque, Rouhani sería empujado a un segundo plano o se verá obligado a unirse
al coro dirigido por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI).
Como el Gral. Qasem Soleimani, el brillante estratega dentro de la Guardia
Revolucionaria, dijo esta semana: "Algunos se preguntan por qué ayudamos a Siria (...) Necesitamos a Siria porque es parte de nuestro eje de la resistencia, y somos responsables de la defensa de todos los musulmanes". Estas
palabras son muy familiares a los oídos occidentales, pero indican que en
Irán, donde la Guardia Revolucionaria ejerce un enorme poder económico y
político, los Guardias probablemente tendrán más que decir que los políticos
sobre la forma de reaccionar ante un ataque contra Siria. Por lo tanto, un
ataque de EE.UU. facultará a la línea dura iraní a actuar en un momento donde EE.UU.
podría involucrar a los moderados en una serie de asuntos, desde Siria al
programa nuclear. Como Rouhani ha declarado en varias ocasiones, su prioridad
es el levantamiento de las graves sanciones que han sido impuestas a Irán por
parte de los EE.UU., la Unión Europea y ONU. En otras palabras, Irán podría ser
dispuesto a negociar sobre el programa nuclear.
Para Irán, el anuncio
de Rusia tiene una profunda gravitación. Su principal aliado regional, Siria,
no se vería alcanzado por los misiles norteamericanos lo que forzaría una
respuesta iraní que debilitaría su situación respecto del plan nuclear; Hezbollah
se ha mostrado renuente a ejecutar operaciones de represalias ante el eventual
ataque norteamericano, por lo que indirectamente se ve beneficiado por Rusia. Irán
y Hezbollah mantienen su espacio vital abierto, por lo que armas y capitales
seguirán fluyendo, y las estructuras militares de ambos actores no se verán
sometidas a un ataque internacional.
La iniciativa de Putin
es beneficiosa para Obama ya que le permite salir dignamente de una guerra en
la que nunca tuvo intenciones de ingresar. Las dudas de la administración Obama
se fundamentan en que no tienen un plan para Siria pos Al-Assad y el caos de
Iraq o Afganistán es mayor a la inestabilidad siria; adicionalmente EE.UU. se
alza con una carta de triunfo: obliga a Siria a entregar sus armas químicas que
eran la principal preocupación estratégica de Obama, por su posible
transferencia a Hezbollah y la consiguiente amenaza a Israel.
Adicionalmente, el
presidente Obama se ahorrará una posible derrota política en el Congreso con su
poco creíble iniciativa de intervención, de esta manera ahora tiene un logro
que ofrecerle a los halcones dentro del Congreso. Obama desmantela la amenaza
de las armas de destrucción masiva sirias sin disparar un solo misil y traslada
la responsabilidad a Rusia –como garante de la iniciativa- que deberá trabajar
con Siria para que cumpla con los pasos previstos por la Organización para la
Prohibición de las Armas Químicas. Si Damasco no cumple, la posición de Moscú
de veto permanente, será duramente cuestionada e insostenible.
Desde la visión siria,
el plan ruso le permitiría que a Bashar Al-Assad evitarse más daños sobre su
estructura de seguridad, los ataques liderados por EE.UU. tendrían mayor poder
sin importar cuán limitados y puntuales sean, y el régimen sirio no puede
librar combates en dos frentes simultáneamente. La entrega de los arsenales y
agentes químicos podría ser interpretada como una puerta a futuras demandas
internacionales de inspecciones, pero tales armas fueron concebidas para la contención
de las armas nucleares israelíes y no para la defensa del régimen ya que su
utilización implicará la intervención del Consejo de Seguridad en el conflicto.
El régimen de Bashar
Al-Assad tiene un historial de dilaciones frente a las demandas
internacionales, por lo que resulta válido que se especule sobre la decisión de
entregar los arsenales químicos para evitar una intervención norteamericana o
para postergar las negociaciones hasta que logre una victoria decisiva sobre
los rebeldes. En cualquier caso, esta táctica ha beneficiado a Al-Assad en el
pasado, ya que las decisiones ambiguas y las postergaciones han desgastado a
Occidente y los aliados árabes además de atraer al conflicto a los elementos yihadistas
pro Al-Qaeda que preocupan más a Occidente que el propio régimen sirio.
Sun Tzu (544 - 496 AC) filósofo chino y autor de “El arte de la guerra”,
un influyente libro sobre estrategia militar, sentenció “Someter al enemigo sin pelear es la excelencia
suprema”. Tal vez este sea el caso del presidente Obama en Siria.
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