Navy Pillay, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de ONU, dijo durante una reunión de emergencia en Ginebra que el mundo tiene que tomar medidas para evitar que las fuerzas de seguridad sirias continúen con los bombardeos y los ataques contra civiles, provocando "innumerables atrocidades". Asimismo, instó a Siria para que le ponga fin a combates y permita que observadores internacionales entren en el país y tengan acceso -sin trabas- todos los organismos de ayuda humanitaria, especialmente en Homs y otras ciudades sitiadas.
El recurso de “cese al fuego” sugerido por Pillay provocó una dura respuesta del embajador sirio en Ginebra, Fayssal Al-Hamwi, quien acusó a los miembros del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas de promover el terrorismo y la prolongación de la crisis en su país mediante la celebración de una reunión de urgencia sobre Siria para luego abandonar la reunión; Al-Hamwi volvió al recinto poco después que el Alto Comisionado de DDHH de ONU pidió formalmente un alto el fuego inmediato en Siria y el acceso sin trabas a los organismos de ayuda para entregar provisiones de emergencia y evacuar a los enfermos y heridos.
Al-Hamwi, durante su discurso en el Consejo de Derechos Humanos, también pidió a los países a dejen de suministrar "las armas que incitan el sectarismo” y denunció que las sanciones impuestas por algunos países la prevención de Damasco, desde la compra de medicinas y combustible tienen como meta poner a la gente una contra otra en Siria. Al-Hamwi calificó a las sanciones de injustas y unilaterales ya que están impidiendo el acceso a los medicamentos, alimentos, electricidad y también impiden las transferencias bancarias para comprar esos bienes.
La enviada de EE.UU., Eileen Donahoe, criticó a Siria por abandonar la reunión de emergencia de ONU sobre la crisis en su país, al señalar que la salida y el encendido discurso demostró la naturaleza "delirante" del régimen del Presidente Bashar Al-Assad.
La sesión en Ginebra coincidió con el anuncio de ONU que sitúa la cifra de muertos en más de 7.500 personas durante los 11 meses de represión del gobierno contra los manifestantes; Lynn Pascoe, Subsecretaria de la ONU para Asuntos Políticos del Consejo de Seguridad señaló que hay informes creíbles de que la cifra de muertos supera ahora los 100 civiles por día, incluyendo mujeres y niños.
Pillay, en su discurso, citó el informe de un panel de expertos de la ONU conocido la semana pasada, que llegó a la conclusión de que los funcionarios del gobierno sirio son responsables de "crímenes de lesa humanidad" cometidos por las fuerzas de seguridad contra miembros de la oposición; los crímenes incluyen bombardeos a civiles, la ejecución de desertores y torturas a los detenidos. El panel ha compilado una lista confidencial de altos funcionarios sirios que podrían ser procesados por las atrocidades y Pillay reiteró su llamado para que Siria sea remitida a la Corte Penal Internacional (CPI) "en vista a las violaciones indescriptibles que ocurren cada momento".
Aunque Rusia ha vetado dos resoluciones del Consejo de Seguridad previas, que buscaban condenar al régimen de Al-Assad, estaría cambiando mínimamente su posición cerrada. Gennady Gatilov, viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, dijo durante la reunión en Ginebra que apoya un esfuerzo del Comité Internacional de la Cruz Roja para negociar un alto el fuego de dos horas todos los días, para permitir que llegue la ayuda a la población sitiada. Por otra parte, la Liga Árabe, se reunirá el 03 de marzo para estudiar "cómo entregará la ayuda humanitaria dentro de Siria para la protección de la población civil; la reunión se realizará en conjunto con las organizaciones humanitarias y de DDHH.
El Ministro francés de RREE, Alain Juppé, dijo que había comenzado a trabajar con el Consejo de Seguridad sobre una resolución que "podría ordenar el cese inmediato de las hostilidades y permitirle el acceso humanitario mientras que se renueva el apoyo al plan de la Liga Árabe. Su homologo inglés, William Hague, dijo que había discutido la situación con el ex Secretario General de la ONU Kofi Annan, ahora el enviado de la ONU y la Liga Árabe para Siria; Hague confía que Annan se encargará de promover una solución política y persuadirá a Rusia y China para que no bloquee esta resolución.
Cualquier cese al fuego o tregua que sea acordado entre las partes deberá ser monitoreada por algún organismo internacional para garantizar su cumplimiento efectivo, ya que de no hacerse las partes reclamaran que la contraparte no ha cumplido con lo acordado. De igual manera, las organizaciones humanitarias deberán entrar con algún tipo de protección que les asegure un mínimo de seguridad junto con la cobertura legal acordada por las partes.
En ambos casos será necesaria la instauración de una misión de paz de ONU en el terreno. La Liga Árabe viene trabajando esta hipótesis desde mediados de febrero cuando le pidió al Consejo de Seguridad que autorice una misión conjunta "para supervisar la implementación de un cese al fuego".
La Liga Árabe ha estado a la vanguardia de los esfuerzos regionales para ponerle fin a 11 meses de derramamiento de sangre en Siria, pero los planes presentados al presidente Bashar Al Assad y acordados en diciembre sobre el envío de monitores a Siria, fracasaron. La creación del grupo “Amigos de Siria” después del veto en el Consejo de Seguridad por parte de Rusia y China a un proyecto de resolución occidental-árabe para que Al-Assad dimitiese, comenzará a trabajar en la creación de una fuerza de paz para Siria; los retos para esta iniciativa son múltiples y el primero es el rechazo del presidente Al-Assad a la misma.
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