El Canciller ruso, Sergei Lavrov, y el Jefe de Inteligencia Exterior, Mikhail Fradkov, iniciaron hoy conversaciones con el presidente sirio Bashar al-Assad en Damasco; Rusia transmitió al régimen sirio su deseo que los pueblos árabes viven en paz y que los líderes deben ser conscientes de su responsabilidad. Moscú sostiene que los opositores de Al-Assad también deben compartir su parte de responsabilidad por la violencia en el terreno y estos comentarios pueden estar sugiriendo que se presione al régimen sirio para una pronta adopción de medidas que pongan fin a los 11 meses de creciente violencia.
La visita de Lavrov y Fradkov de un día lleva a pensar que Moscú viene a negociar algún tipo de salida para Siria y que no llegó a Damasco para escuchar sobre la marcha de los acontecimientos, de hecho Lavrov enfatizó que en los esfuerzos de Moscú para "buscar el camino más rápido para la estabilización de la situación en Siria, sobre la base de una vía rápida para introducir reformas democráticas en el tiempo por venir. "
Luego de las conversaciones, el presidente Al-Assad declaró que en una fecha a determinar se efectuará un referéndum sobre una nueva constitución; según Lavrov Al-Assad le dijo que en los próximos días se reunirá con la comisión que ha elaborado el proyecto de la nueva Constitución y que ese trabajo se había completado. Lavrov también dijo que Al-Assad está listo para dialogar con todas las fuerzas políticas en el país y que está dispuesto a realizar conversaciones sobre su sucesión.
Los seis Estados del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) se unieron a la creciente presión internacional sobre el régimen de Siria y decidieron retirar a sus embajadores de Siria y pidieron al mismo tiempo, que todos los embajadores sirios salgan de inmediato de los seis Estados. El CCG, en un comunicado, dijo que no hay razón para que se queden después que el régimen sirio rechazó todos los intentos y todos los esfuerzos honestos árabes para resolver esta crisis y ponerle fin al derramamiento de sangre; pero el punto más duro del comunicado del CCG es su exhortación a los Estados árabes a utilizar una reunión de la Liga Árabe, de la próxima semana, para adoptar "todas las medidas decisivas en respuesta a esta peligrosa escalada contra el pueblo sirio".
Aunque el presidente Al-Assad presentó a los rusos los planes de reformas para ayudar a ponerle fin a la violencia, los Estados árabes y occidentales iniciaron una campaña para aislar aún más a Al-Assad mientras que sus fuerzas reanudan el bombardeo Homs, principal enclave rebelde mientras Rusia habla de una reforma política. La posición de Rusia responde a sus intereses geopolíticos y es por ello que puede parece ambivalente ya que por un lado desea mantener su posición en el Medio Oriente y las instalaciones navales en Siria y por otra parte trata de usar su influencia para apuntalar Al-Assad mientras busca su salida.
El presidente Al-Assad también está haciendo sus movidas y ello explicaría por qué el ensañamiento con Homs: Al-Assad quiere proyectar dentro del país y a Rusia una imagen de control para establecer que tipos de reformas se podrían llevar adelante y cuáles no; ciertamente Rusia ya no puede hacer mucho más allá del veto sin enfrentarse a la comunidad internacional. El dilema es Al-Assad utilizará a Rusia para ganar tiempo y controlar las revueltas sociales, frente a un escenario internacional que le es hostil y una oposición que no muestra señales de fatiga.
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