jueves, 23 de mayo de 2013

40 años esperando estos días


La reunión del grupo de aliados se produjo después de varias semanas de ganancias militares del régimen de Al-Assad, incluyendo la reapertura de una carretera del sur -clave para llegar a Jordania- y un virtual empate en la estratégica ciudad de Qusayr, en poder de los rebeldes, que une a Damasco con la costa mediterránea. Tales éxitos probablemente endurecerán la posición de Al-Assad en las conversaciones de paz; por otra parte, el líder sirio ha dicho que no va a dimitir como consecuencia de las negociaciones, además descartó de plano un gobierno de transición y aseguró que el futuro político de Siria debe ser determinado en las elecciones.

La batalla por el control de Qusayr ha sido clave ya que elevó el perfil de Hezbollah en la guerra civil siria, demostrando que las últimas ofensivas apoyadas además por combatientes iraníes, le dieron una mayor estabilidad al régimen sirio. Este punto de inflexión también forzó que Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU. aprobase 15-3 la fase militar de armar a los rebeldes sirios; con un grado de temor, el proyecto de ley contempla asistencia letal y entrenamiento militar a grupos rebeldes vetados e impone sanciones a cualquiera -como Irán o Rusia- que le venda o transfiera armas al régimen de Al-Assad.

La amenaza de Washington, de aumentar el apoyo a los rebeldes sirios, supuestamente se hizo en el caso que el presidente Bashar Al-Assad se negase a discutir una salida política a la guerra civil, pero también coincide con varios acontecimientos que dejarán mal parado a EE.UU. Se espera que el próximo mes la UE debata el levantamiento del embargo de armas -medida impulsada por Francia y Gran Bretaña- por lo que ambos Estados eventualmente armarían a los grupos rebeldes en menos de 30 días como ya los hacen Qatar y Arabia Saudita; por otra parte, Hezbollah junto a Irán han reforzado las filas del ejército sirio, aumentando la capacidad militar del régimen sirio y finalmente Rusia suministró sistemas de misiles para la defensa del territorio sirio.

Al menos un líder de la oposición está dispuesto a darle una oportunidad. El ex presidente de la Coalición Nacional Siria, Moaz Al-Khatib, presentó una iniciativa de 16 puntos que allanaría el camino para una transición política en Siria: hace un llamamiento a Al-Assad a entregarle el poder a cualquiera - su vice presidente o primer ministro- y salir del país con 500 personas de su elección; el gobierno sirio permanecería por 100 días para reestructurar los servicios de seguridad para después ser reemplazado por una autoridad de transición lo reemplazaría; finalmente los combatientes que participaron en "la acción militar legal" durante el conflicto se les concedería un perdón pero al presidente Bashar Al-Assad y sus 500 seguidores no se les proporcionaría ninguna protección legal.

Este plan sería un gran negocio para la oposición. Pero dadas las circunstancias, simplemente no va a conseguirlo: las fuerzas de Al-Assad están a la ofensiva en varias áreas clave, en particular en la zona de Qusayr y los gobiernos occidentales finalmente se enfrentan con el hecho que el régimen sirio es más estable de lo que se creía, de hecho la agencia de Inteligencia de Alemania cree que el ejército sirio puede retomar grandes zonas del país a finales de este año. La iniciativa de Al-Khatib se lee como términos de la rendición, ya que Al-Assad no va a firmar en un momento que está ganando luego de mucho tiempo.

EE.UU. y varios de sus aliados clave analizaron nuevamente una estrategia para ponerle fin a la guerra civil en Siria, pero sus esfuerzos conjuntos no pueden frenar los logros militares del régimen de Al-Assad y Washington todavía no está dispuesto a unirse al grupo de Estados que le proporcionan armas a los rebeldes sirios; la administración Obama parece comprender que los rebeldes podrían no ser capaces de derrotar al régimen sirio sin una asistencia, mayor y más directa, de los aliados en el exterior.

Kerry sostuvo que no están para dictarle, ni al régimen ni a los rebeldes, un resultado sobre el conflicto; por otra parte manifestó que si el proceso se afianza, no será rápidamente y dejó en claro que mientras más se demoren las alternativas de un acuerdo de paz, continuaran los asesinatos, el empoderamiento de los extremistas y la posible desintegración de Siria.

Washington y Moscú están luchando para revivir la diplomacia, en parte se ven obligados a intensificar los esfuerzos de paz por los nuevos informes de atrocidades en ambos lados, las sospechas utilización de armas químicas y el surgimiento de combatientes vinculados con Al-Qaeda; fuera de esa agenda común, el grupo de contacto "Amigos de Siria", dejó en claro que le daría más apoyo a la oposición ya para fortalecer su posición en la mesa de negociación, por lo que las presiones han comenzado mucho antes que las negociaciones. Difícilmente Al-Assad acepte presiones, menos ahora que está recuperando sus posiciones.

El año pasado, los líderes internacionales habían hablado de la desaparición del gobierno sirio. En diciembre, el Secretario General de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo que se estaba "acercando colapso", mientras que el vicecanciller ruso, Mikhail Bogdanov, dijo que Al-Assad cada vez más perdía el control y el territorio y Abdel Basset Sayda, líder del Consejo Nacional Sirio, sentenció que el régimen estaba "agonizando" en junio de 2012. El régimen sirio se ha estado esperando y planeando este día desde hace 40 años, han estado esperando que los sunitas se levanten contra ellos; a pesar de ello, el nivel de violencia utilizada para aplastar la sublevación es tal que es difícil imaginar un reagrupamiento y el restablecimiento de un control total del país.


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