lunes, 27 de mayo de 2013

Rusia y EE.UU. ultiman detalles para Ginebra


El senador (R) John McCain visitó a los rebeldes en Siria el lunes, de acuerdo a su vocero de prensa Brian Rogers, siendo funcionario de más alto rango electo que visitó el país; McCain entró en Siria a través de Turquía, y permaneció en el país durante varias horas, durante ese tiempo se reunió con el Gral. Salem Idris -líder del Consejo Militar Supremo del Ejército Libre de Siria- y otros líderes rebeldes que viajaron al país para reunirse con él. McCain lidera en el Congreso la propuesta del establecimiento de "zonas seguras" para los rebeldes sirios y atacar los recursos aéreos del régimen, junto con la provisión de armas letales a la oposición de Siria.

Idris elogió la visita de McCain y criticó la política de Siria de la administración Obama, "La visita del senador McCain a Siria es muy importante y muy útil sobre todo en este momento. Necesitamos la ayuda estadounidense para cambiar la situación en el terreno, ahora estamos en una situación muy crítica". El viaje fue coordinado con la ayuda del Grupo de Acción de Emergencia Siria, una organización sin fines de lucro estadounidense que trabaja en apoyo de la oposición siria; Elizabeth O'Bagy, directora política del Grupo, resaltó que McCain pudo ir al encuentro con los líderes rebeldes con mucha facilidad y es uno de los primeros funcionarios del gobierno norteamericano que se entrevistó con miembros del Ejército Libre Sirio (ELS).

Intensos combates se registraron en la ciudad estratégica de Qusayr y Damasco, las fuerzas sirias golpearon suburbios del Este de la capital con ataques aéreos y artillería en torno a Al-Nabak -80 km al norte de Damasco- donde los enfrentamientos cortaron la ruta que une la capital con Homs; desde la oposición dijeron que las tropas sirias, apoyadas por combatientes de Hezbollah, estaban presionando con asalto sostenido en Qusayr, esta ciudad es utilizada por los insurgentes como una estación de paso de armas y otros suministros desde Líbano y para el gobierno es un vínculo crucial entre Damasco y los bastiones leales en la costa mediterránea además si retomando la ciudad, se podrían cortar las conexiones entre las zonas controladas por los rebeldes con el norte y el sur de Siria.

Las últimas ofensivas de Al-Assad son vistas como un esfuerzo para fortalecer la posición negociadora del gobierno sirio antes de una conferencia internacional de paz propuesta EE.UU. y Rusia, prevista para el próximo mes. Por otra parte, cada bando dio versiones contradictorias de los combates: la rama Homs de las Fuerzas de Defensa Nacional, formada por milicianos pro-Assad, dijo en su página de Facebook que las fuerzas del gobierno ya habían dividido Qusayr en cuatro sectores y se habían hecho importantes avances en todos, menos en el que incluye al centro de la ciudad; pero los grupos rebeldes islamistas -entre ellos el Jabhat Nusra y Ahrar al-Sham- dijeron que habían enviado refuerzos a Qusayr, pero estos estaban atrapados en las afueras y todavía no han podido vincularse con los defensores en Qusayr.

La reunión en París entre John Kerry y Serguei Lavrov, seguida inmediatamente por una cena con el ministro de Relaciones Exteriores francés Laurent Fabius, es una señal del deterioro de la situación en Siria; EE.UU. y sus aliados árabes están tratando de asegurar la participación de la fracturada oposición siria en la conferencia de paz en Ginebra, mientras que Rusia ha prometido que el régimen asistirá a las conversaciones. Sin embargo, y pese a las afirmaciones de progreso, hay poca evidencia para sugerir cualquiera de los lado está listo para ponerle fin a más de dos años de violencia; EE.UU. sostiene que las conversaciones se llevarán a cabo de buena fe y llevarán a la completa transferencia del poder de Al-Assad a un gobierno interino que no necesariamente incluye Al-Assad u otros miembros de su gobierno acusados de de abusos generalizados.

La voluntad de Washington de cooperar con Moscú, en la conferencia de paz de Siria, indica que Barack Obama no quiere que EE.UU. sea arrastrado a otro conflicto militar agotador en Medio Oriente, de hecho cuando el Primer Ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, fue a Washington la semana pasada con evidencia sobre el uso de armas químicas por las tropas gubernamentales, Obama esquivó el tema. Resulta evidente que el presidente norteamericano no quiere quedar atrapado en una guerra que no ganará, pero al mismo tiempo se encuentra presionado por sus socios europeos que desean enviarles armas a los grupos rebeldes sirios, muchos de ellos islamistas radicalizados.

El centro del problema comienza a ser la recuperación de las FFAA sirias -con la ayuda de Hezbollah, las milicias pro-Al-Assad, etc.- que dieron vuelta la situación en el terreno y comenzaron la recuperación de ciudades estratégicas como Qusayr. Es muy probable que una vez afianzado el control sobre Qusayr, sigan Homs y luego Aleppo; aquí los rebeldes están muy bien atrincherados y los combates serán muy violentos, en especial por la superioridad de poder que tiene el ejército sirio.

Otro problema adicional que obligó a EE.UU. a la cooperación con Moscú es la posibilidad de un conflicto regional. El domingo en el suburbio del sur de Beirut -bastión de Hezbollah- menos de 24 horas después de que el líder del grupo, Hassan Nasrallah, anunció que estaba oficialmente en la guerra siria, dos cohetes Katyusha cayeron en la zona; es un peligroso punto de inflexión en la guerra siria, ya que los enfrentamientos se producían en la frontera sirio-libanesa pero ahora se han trasladado a Beirut. El discurso de Nasrallah también fue una declaración de guerra de Hezbollah contra Al-Qaeda directamente: Nasrallah mencionó el "Estado Islámico de Irak" y vinculó a los grupos radicales en Siria acusándolos de talibanes y de cometer crímenes en Siria, Iraq y Pakistán.


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