martes, 28 de mayo de 2013

¿Ventas de armas para la Conferencia de paz?


Los ministros de Exteriores de la Unión Europea fracasaron el lunes para llegar a un acuerdo sobre extender el embargo, abriendo la posibilidad de nuevos flujos de armas a las fuerzas rebeldes sirios, aunque ninguna nación europea afirmó que tiene la intención de empezarle a suministrar ayuda letal a los rebeldes en el corto plazo. El vicecanciller ruso, Sergei Ryabkov, dijo que el fin del embargo "es un reflejo de la doble moral y podría causarle un daño directo a las perspectivas de la convocatoria de la conferencia internacional. No se puede declarar el deseo de detener el derramamiento de sangre, por un lado, y continuar con el envío de armamento a Siria, por otra parte”.

Michael Mann, portavoz de la jefa de política exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, sostuvo que era importante tener en cuenta que la declaración de la UE -después de la reunión del lunes- incluyó una declaración de que los países miembros sobre "no proceder en esta etapa con la entrega de los equipos”. Mann dijo que los ministros van a revisar su posición antes de 1º de agosto, después de consultar a ONU sobre el progreso de la iniciativa ruso-estadounidense y el compromiso de las partes sirias; las reuniones de los ministros el lunes, celebradas en Bruselas, fueron tormentosas ya que Gran Bretaña y Francia trataron de ponerle fin al embargo, pero las conversaciones mostraron la profunda división dentro de la UE sobre la cuestión de armar a los rebeldes sirios.

En Siria, el Gral. Salim Idris, jefe del Comando del Ejército Libre Sirio –el principal grupo rebelde apoyado por Occidente- señaló que las brigadas rebeldes necesitan con urgencia misiles antitanque y antiaéreos occidentales para evitar nuevas victorias del régimen en el campo de batalla; Idriss sostuvo que las armas de los rebeldes no son rival para los modernos tanques y aviones de combate del régimen sirio; además el jefe militar se mostró muy decepcionado con la aparente decisión de la UE de no enviarle armas -en todo caso- hasta después de la conferencia de Ginebra. La fracturada oposición siria -que aún no se ha comprometido oficialmente a asistir a las conversaciones de Ginebra- podría ser llevada a la mesa si se asistente con armas, en caso de que fracasen las conversaciones.

Las autoridades francesas están estudiando si el Gral. Idris, ideológicamente moderado y cercano a Occidente, podría ser un canal confiable para posibles envíos de las armas; diplomáticos franceses han estado en conversaciones con Idris en las últimas semanas -según un alto funcionario europeo- evaluando el suministro de cohetes disparados desde el hombro a su grupo para hacer frente a los ataques aéreos del régimen. William Hague, canciller británico, señaló que "Nos volveríamos a enviarle armas a nadie en circunstancias cuidadosamente controladas con otros países, y de conformidad con el derecho internacional", en relación con los fracasados suministros de armas a los rebeldes libios e iraquíes.

El levantamiento del embargo de armas, para Londres y París, tiene por objeto reforzar la posición de las fuerzas rebeldes antes de las conversaciones de paz, y presionar al régimen de Al-Assad a la mesa de negociaciones; sin embargo, la respuesta de Rusia, reiterando sus envíos de armas para Siria planificados a largo plazo, sugirió que la decisión podría desatar una carrera armamentista con Moscú. Funcionarios occidentales e israelíes han pedido reiteradamente al Kremlin que no entregue los misiles S-300 -un sistema avanzado antiaéreo que mejora sustancialmente la capacidad de Siria para derribar aviones- pero el viceministro de RREE ruso, Sergei Ryabkov, dijo que "Creemos que esta entrega es un factor de estabilidad y que de muchas maneras restringirá las medidas de algunos exaltados... como la exploración de escenarios a partir de los cuales el conflicto pudiera tener un carácter internacional con la participación de fuerzas externas", pero no precisó cuándo podría llegar el sistema.

Moscú se mantiene firme sobre la venta de los S-300, a pesar del viaje a Rusia del Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu este mes, en el que se pidió al presidente ruso Vladimir Putin que detenga la entrega a modo de advertencia velada sobre una respuesta militar por parte de Israel. El ministro de Defensa israelí, Moshe Yaalon, indicó ayer en una conferencia cerca de Tel Aviv, que "Puedo decir que los envíos no están en camino todavía. Espero que no se hagan y si, Dios no lo quiera, llegan Siria, sabremos qué hacer."

La decisión de suplir a Siria con los S-300 es más una cuestión política que militar. Ese sistema será el primero en la lista de posibles blancos y si los sirios llegan a derribar un avión israelí, una escalada será inevitable; por otra parte, el sistema misilístico garantiza que las conversaciones ruso-estadounidenses no tendrán sentido, envía señales de alerta sobre las armas similares transferencia a Irán-Hezbollah y alteraría considerablemente la capacidad operativa de EE.UU. y los aliados para misiones aéreas en la región. En el fondo, Al-Assad solo necesita más soldados y armas ligeras, no sistemas antiaéreos.

La decisión europea, sobre el suministro de armas a los rebeldes sirios, sirvió para que Rusia renovase su compromiso de abastecer al régimen del Al-Assad con misiles avanzados, que podrían transformar una guerra civil ya brutal en una lucha de poder entre Oriente y Occidente. La posibilidad de una carrera armamentista en Siria comienza a eclipsar los intentos de EE.UU. y Rusia para sentar a los representantes del gobierno y de la oposición siria en una mesa de conversaciones, para que se negocie una salida política a la guerra civil; ahora las conversaciones, son vistas como una posibilidad remota y constituyen sólo un plan de la comunidad internacional para ponerle fin al conflicto que comenzó hace más de dos años y que ha matado a más de 70.000 personas.

Gran Bretaña y Francia se adjudicaron la victoria en la UE, ya que ahora podrán suministrarles armas a los rebeldes sirios, pero esta decisión trae muchos riesgos y es un error de cálculo; esta movida ha suscitado dudas sobre el impacto que Gran Bretaña y Francia - principales potencias militares de la UE - puedan tener sobre el terreno y sobre las negociaciones de paz, ya que el anuncio se produjo días antes del inicio de la conferencia de Ginebra y es mal presagio si ésta comienza con más envíos de armas a la región. Lo interesante es que el presente es el desacuerdo interno más trascendental en la política exterior de la Unión Europea desde la guerra de Irak, hace 10 años, y pone en duda los esfuerzos para forjar una posición común que ayude a vincular a sus miembros más estrechamente.

El impacto real de la decisión europea dependerá de la respuesta específica de Gran Bretaña y Francia, la decisión de seguir adelante estará supeditada a una coalición de países con ideas afines; en el corto plazo la política europea no alteraría nada, ya que se decidió el levantamiento del embargo, pero no se hará nada antes de 01 de agosto con el pretexto de la conferencia de paz. Pero con una participación franco-británica más activa, posterior a esa fecha, el conflicto irá en aumento y será cada vez más peligroso.



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