Hoy el Consejo de Seguridad podría votar la resolución europea condenando la represión en contra de la población civil de Siria, la propuesta amenaza con "medidas específicas" al gobierno del presidente Bashar Al-Assad, si no detiene sus acciones contra los manifestantes. Mientras, los enfrentamientos siguen tras días de operaciones en la ciudad central de Rastan, durante los cuales las fuerzas de seguridad detuvieron a 3.000 personas –según los activistas- en un esfuerzo por localizar a los soldados disidentes; mientras que la agencia oficial de noticias de Siria, SANA, pone el número de detenciones en decenas; los militares se han desplegado también en Talbiseh, cerca de Homs.
Aun no queda claro si Rusia se abstendrá o vetará la resolución, anteriormente Moscú había amenazado con vetar cualquier resolución que pudiese imponer sanciones contra el régimen sirio; la duda subsiste debido a que la palabra "sanciones" ha sido eliminado del proyecto y el texto en lugar solo advierte de posibles "medidas" contra el régimen sirio si las operaciones militares contra los civiles no se detienen. EE.UU. espera contar con el apoyo suficiente para una resolución, en base al actual proyecto elaborado por Francia, Gran Bretaña, Alemania y Portugal; China, India, Sudáfrica y Brasil se han opuesto a cualquier resolución que imponga sanciones, diciendo que tal resolución podría ser utilizada como un pretexto para una intervención militar internacional en Siria.
Al-Adday Manhal, portavoz de un grupo de desertores del ejército sirio que se han organizado bajo el nombre de "Ejército Libre de Siria", pidió a la comunidad internacional que apoye una zona de no vuelos y un área protegida para los disidentes y desertores fuera del alcance de los aviones y la artillería del gobierno. En declaraciones a la Asamblea General de la ONU la semana pasada, el ministro de Exteriores sirio, Walid Al-Moualem, dijo que las demandas de las sanciones ponen en peligro los intereses y las necesidades diarias de subsistencia del pueblo sirio y que no podía ser reconciliado con pronunciamientos acerca de la preocupación por los intereses, la seguridad y los derechos del pueblo sirio.
Amnistía Internacional señaló que funcionarios de la embajada y otros que trabajan en nombre del gobierno sirio ha estado acosando a los manifestantes sirios en el extranjero. El grupo publicó un informe citando los casos de más de 30 activistas en ocho países -incluyendo Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Chile- donde los manifestantes recibieron llamadas telefónicas, mensajes de correo electrónico y en Facebook a modo de advertencia para que cesaran en sus acciones y varios de ellos informaron que sus familiares en Siria, había sido blanco de las fuerzas de seguridad.
La posibilidad de que una Resolución del Consejo de Seguridad sea aprobada depende de la decisión que adopte Rusia, quien no ha mostrado signos visibles de haber cambiado de opinión sobre la situación del régimen sirio. Además, Moscú tiene una serie de intereses en el país que podrían verse afectados si ONU deja abierta la posibilidad de una intervención militar o algo similar.
Por otro lado, aunque sea aprobada la Resolución, la misma no faculta al Consejo a emprender acciones contra el régimen –aun si continúan las operaciones militares- dentro del actual contexto internacional.
Aun no queda claro si Rusia se abstendrá o vetará la resolución, anteriormente Moscú había amenazado con vetar cualquier resolución que pudiese imponer sanciones contra el régimen sirio; la duda subsiste debido a que la palabra "sanciones" ha sido eliminado del proyecto y el texto en lugar solo advierte de posibles "medidas" contra el régimen sirio si las operaciones militares contra los civiles no se detienen. EE.UU. espera contar con el apoyo suficiente para una resolución, en base al actual proyecto elaborado por Francia, Gran Bretaña, Alemania y Portugal; China, India, Sudáfrica y Brasil se han opuesto a cualquier resolución que imponga sanciones, diciendo que tal resolución podría ser utilizada como un pretexto para una intervención militar internacional en Siria.
Al-Adday Manhal, portavoz de un grupo de desertores del ejército sirio que se han organizado bajo el nombre de "Ejército Libre de Siria", pidió a la comunidad internacional que apoye una zona de no vuelos y un área protegida para los disidentes y desertores fuera del alcance de los aviones y la artillería del gobierno. En declaraciones a la Asamblea General de la ONU la semana pasada, el ministro de Exteriores sirio, Walid Al-Moualem, dijo que las demandas de las sanciones ponen en peligro los intereses y las necesidades diarias de subsistencia del pueblo sirio y que no podía ser reconciliado con pronunciamientos acerca de la preocupación por los intereses, la seguridad y los derechos del pueblo sirio.
Amnistía Internacional señaló que funcionarios de la embajada y otros que trabajan en nombre del gobierno sirio ha estado acosando a los manifestantes sirios en el extranjero. El grupo publicó un informe citando los casos de más de 30 activistas en ocho países -incluyendo Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Chile- donde los manifestantes recibieron llamadas telefónicas, mensajes de correo electrónico y en Facebook a modo de advertencia para que cesaran en sus acciones y varios de ellos informaron que sus familiares en Siria, había sido blanco de las fuerzas de seguridad.
La posibilidad de que una Resolución del Consejo de Seguridad sea aprobada depende de la decisión que adopte Rusia, quien no ha mostrado signos visibles de haber cambiado de opinión sobre la situación del régimen sirio. Además, Moscú tiene una serie de intereses en el país que podrían verse afectados si ONU deja abierta la posibilidad de una intervención militar o algo similar.
Por otro lado, aunque sea aprobada la Resolución, la misma no faculta al Consejo a emprender acciones contra el régimen –aun si continúan las operaciones militares- dentro del actual contexto internacional.
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