La Unión Europea impuso sanciones al banco comercial más grande de Siria, una medida que podría agudizar la presión sobre la economía del país. Catherine Ashton, responsable de la política exterior de la UE, anunció que los activos se han congelado, insistiendo en que esas medidas "no están dirigidas a la población siria, sino que el objetivo es privar al régimen de los ingresos financieros y la base de apoyo necesario para mantener la represión".
Las actuales sanciones de la UE son la última medida contra el régimen de Al-Assad, para que el gobierno desista de la violenta represión contra manifestantes. La UE en septiembre impuso un embargo a las importaciones de crudo desde Siria al bloque y se le prohibió a las empresas europeas que inviertan en la industria petrolera de Siria; también la UE impuso sanciones a Syriatel –principal operador de telefonía- y la mayor empresa privada, Cham Holding, propiedad del primo del presidente Al-Assad.
Si bien esta ronda de sanciones no es la primera y se suma a otras, cada ronda de sanciones aumenta la dificultad el régimen sirio para obtener divisas, por ello el régimen había anunciado la prohibición de las importaciones para ahorrar divisas pero se vio obligado a dar marcha atrás solo par de semanas después por la presión de la aliada al gobierno comunidad empresarial sunita.
Damasco sorprendió al anunciar la suspensión temporal de las importaciones de productos que están sujetos a aranceles superiores al 5%, excluyendo únicamente los suministros básicos que no son fabricados en el país. Con la restricción de las importaciones Siria se iba a ahorrar unos u$s 6.000 millones al año justo cuando el país se ve afectado por las sanciones económicas occidentales; Adib Mayaleh, Gobernador del Banco Central, estimaba que las mercancías objeto de estas medidas representaban alrededor del 25 % del total de las importaciones.
Las actuales sanciones de la UE son la última medida contra el régimen de Al-Assad, para que el gobierno desista de la violenta represión contra manifestantes. La UE en septiembre impuso un embargo a las importaciones de crudo desde Siria al bloque y se le prohibió a las empresas europeas que inviertan en la industria petrolera de Siria; también la UE impuso sanciones a Syriatel –principal operador de telefonía- y la mayor empresa privada, Cham Holding, propiedad del primo del presidente Al-Assad.
Si bien esta ronda de sanciones no es la primera y se suma a otras, cada ronda de sanciones aumenta la dificultad el régimen sirio para obtener divisas, por ello el régimen había anunciado la prohibición de las importaciones para ahorrar divisas pero se vio obligado a dar marcha atrás solo par de semanas después por la presión de la aliada al gobierno comunidad empresarial sunita.
Damasco sorprendió al anunciar la suspensión temporal de las importaciones de productos que están sujetos a aranceles superiores al 5%, excluyendo únicamente los suministros básicos que no son fabricados en el país. Con la restricción de las importaciones Siria se iba a ahorrar unos u$s 6.000 millones al año justo cuando el país se ve afectado por las sanciones económicas occidentales; Adib Mayaleh, Gobernador del Banco Central, estimaba que las mercancías objeto de estas medidas representaban alrededor del 25 % del total de las importaciones.
A finales de setiembre, Mayaleh estimaba que las reservas del país rondaban unos u$s 17.000 millones, lo que aseguraba suficientes reservas financieras para cubrir 16 meses de importaciones bajo las nuevas reglas.
No está claro sin embargo si el incremento del aislamiento económico de los países occidentales será suficiente para debilitar fatalmente al régimen sirio, sin lugar a dudas la apuesta desde la UE no es producirle un golpe de gracia al régimen sirio, sino que todo apunta a un desgaste paulatino de las relaciones entre el gobierno y los diferentes grupos de interés dentro del país -como los empresarios sunitas y el Ejército alawita- frente a la imposibilidad de sostener la economía doméstica.
No está claro sin embargo si el incremento del aislamiento económico de los países occidentales será suficiente para debilitar fatalmente al régimen sirio, sin lugar a dudas la apuesta desde la UE no es producirle un golpe de gracia al régimen sirio, sino que todo apunta a un desgaste paulatino de las relaciones entre el gobierno y los diferentes grupos de interés dentro del país -como los empresarios sunitas y el Ejército alawita- frente a la imposibilidad de sostener la economía doméstica.
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