Hablando en Tel Aviv después de reunirse con su homólogo israelí, el Secretario de Defensa norteamericano, Leon Panetta, dijo que Washington y otras capitales extranjeras habían "dejado en claro Al-Assad debería renunciar" y que se trata de "una cuestión de tiempo" antes de que el régimen sirio sea derrocado por un levantamiento popular. El jefe del Pentágono, en una visita a Israel y los territorios palestinos, señaló que el régimen de Al-Assad había perdido toda su credibilidad después de la brutal represión que ha matado al menos a 2.700 personas, de acuerdo con las Naciones Unidas.
Panetta, quien se desempeñó como director de la CIA hasta que asumió el cargo de Secretario de Defensa en julio, se comprometió a que los Estados Unidos y otros países iban a mantener la presión sobre el régimen para dar paso a un gobierno más sensible a las necesidades de su pueblo. El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak Barak también coincidió en que los días del régimen estaban contados y que la caída de Al-Assad representa un "duro golpe" a lo que llamó un "eje radical" de los militantes en la región con el apoyo de Irán.
Esta afirmación de EE.UU. coincide con la reunión de los disidentes sirios en Estambul de ayer, donde se anunció la formación de un Consejo para unir a la mayoría de los grupos de la oposición al régimen sirio, un paso que los activistas han aclamado como un posible avance en el enfrentamiento con Al-Assad. El Consejo Nacional de Siria tiene como objetivo representar a la oposición en las relaciones con la comunidad internacional y ofrecer una alternativa al régimen gobernante, algo que ha estado ausente desde que los sirios comunes salieron a las calles.
Esta afirmación de EE.UU. coincide con la reunión de los disidentes sirios en Estambul de ayer, donde se anunció la formación de un Consejo para unir a la mayoría de los grupos de la oposición al régimen sirio, un paso que los activistas han aclamado como un posible avance en el enfrentamiento con Al-Assad. El Consejo Nacional de Siria tiene como objetivo representar a la oposición en las relaciones con la comunidad internacional y ofrecer una alternativa al régimen gobernante, algo que ha estado ausente desde que los sirios comunes salieron a las calles.
Muchos grupos de la oposición siria, comités y grupos ya han firmado el acuerdo -anunciado en Damasco- entre ellos la Hermandad Musulmana, los Comités de Coordinación Local, el Consejo General de la Revolución de Siria, además de muchos activistas independientes dentro y fuera de Siria. El Consejo Nacional de Siria, fue fundado por primera vez en Turquía a finales de agosto, cuando un grupo de activistas de la oposición siria se reunió y anunció la creación del Consejo Nacional de Siria en su fase primaria.
Los diplomáticos occidentales han señalado con frecuencia a la falta de un movimiento de oposición unificado como uno de los mayores obstáculos dentro del levantamiento en Siria; sin una oposición coherente y un sentido claro de qué o quién reemplazaría a Al-Assad, las potencias mundiales y la calle siria se han mostrado reticentes a apoyar los esfuerzos para derrocarlo por el temor a un vacío de poder en el país estratégicamente ubicado. Este temor se ve reforzado por los intentos anteriores para formar un consejo representativo que se tambaleaba por los desacuerdos entre los islamistas y secularistas, los extranjeros y los locales, los tradicionales y los jóvenes activistas; hasta el momento, el recién formado Consejo parece haber reunido a representantes de la mayoría de los dichos grupos.
La duda que subsiste es sobre el tipo de medidas que podrían propiciar desde el Consejo cuando muchos de los manifestantes en Siria están exigiendo cada vez más intervención de la OTAN y muchos de los exiliados restantes se oponen rotundamente a la intervención de extranjera. Los miembros del nuevo Consejo destacaron que intentarán repetir el papel del Consejo Nacional de Transición de la Jamahiriya –en Libia- y servirá como una forma de parlamento para debatir y formular la política de la oposición, con un Consejo interno de siete miembros –que aún no se ha elegido- que rotarán la presidencia entre ellos.
La duda que subsiste es sobre el tipo de medidas que podrían propiciar desde el Consejo cuando muchos de los manifestantes en Siria están exigiendo cada vez más intervención de la OTAN y muchos de los exiliados restantes se oponen rotundamente a la intervención de extranjera. Los miembros del nuevo Consejo destacaron que intentarán repetir el papel del Consejo Nacional de Transición de la Jamahiriya –en Libia- y servirá como una forma de parlamento para debatir y formular la política de la oposición, con un Consejo interno de siete miembros –que aún no se ha elegido- que rotarán la presidencia entre ellos.
La situación en el terreno se está comenzando a deteriorar debido a que los manifestantes -en algunas áreas- están recurriendo cada vez más a las armas. Las fuerzas sirias fueron asediadas por los insurgentes en la región central de Homs y desde el lunes el Ejército sirio ha estado operado para aplastar a la resistencia armada que está emergiendo; la ofensiva oficial se centraba en Talbiseh cerca de Homs, a 150 kilómetros al norte de Damasco, después de que fuerzas de seguridad entraron en el pueblo de Rastan, que se encuentra en la carretera entre la capital y la ciudad norteña de Aleppo.
Las autoridades sirias señalaron que ha incautado un arsenal de armas de contrabando provenientes de Turquía; la estatal agencia de noticias SANA dijo que el cargamento incluía más de 150 escopetas y rifles Kalashnikov, junto a varios lanzadores de granadas propulsadas por cohetes. El informe llega un día después de que SANA anunció que hombres armados, en el noroeste del país, mataron en una emboscada al hijo de 21 años de edad del gran muftí Ahmad Badreddine Hassoun -partidario cercano al presidente Bashar Al-Assad- y uno de los principales clérigos sunitas.
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