La Liga Árabe anunció que las autoridades sirias habían acordado permitir que una delegación de la organización pueda visitar el país la próxima semana, como parte de los esfuerzos de la Liga para terminar con la violencia en el país. El Secretario General Adjunto, Wagih Hanafi, confirmó la aprobación del gobierno sirio para recibir la delegación encabezada por Qatar, el miércoles 26 de octubre.
Los Ministros de Exteriores árabes llegaron a considerar la suspensión de Siria de la Liga Árabe -según lo exigido por los manifestantes sirios- frente a la negativa del régimen sirio de aceptar una instancia de diálogo nacional entre ambas partes. En Damasco, durante un seminario celebrado en la sede del partido Al-Ba´ath, el Vice Ministro de Relaciones Exteriores Abdelfattah Ammoura afirmó que Siria le daba la bienvenida a cualquier esfuerzo sincero de los países árabes para preservar los intereses de la nación árabe; Ammoura también dijo que Siria le dará la bienvenida a la participación de representantes de Rusia, China, Sudáfrica, India y Brasil en el diálogo nacional que tendrá lugar en Siria.
La iniciativa de la Liga Árabe propuesta el domingo, basada en la formación de una delegación especial para mantener conversaciones con el gobierno sirio y la oposición fue considerada como una medida moderada debido al tono de la convocatoria y la falta de apoyo por parte del Representante Permanente de Siria en la Liga Árabe, Embajador Youssef Ahmed, quién había anunciado oficialmente la reserva de Siria sobre la resolución y la designación del Ministro de Qatar como jefe del Comité Ministerial Árabe.
La Liga espera que el consenso internacional la libere de una doble decisión dolorosa, por un lado la de enfrentar la responsabilidad que le compete al Estado sirio frente a la masacre y por otro no ceder a la tentación de conferirle la misión de pacificar al país a las fuerzas occidentales. Las sucesivas advertencias y llamados –tanto de árabes como de occidentales- han sido desoídas por el régimen sirio, que promete implementar las reformas pero redobla la violencia; de hecho Siria no ha ocultado su convicción que en los pedidos del Consejo de Seguridad y la Liga Árabe subyace una conspiración contra el régimen y que muchos de esos Estados son los mismos que promueven a los grupos armados en el terreno.
Un cambio significativo, luego del paso más de 6 meses de protestas, es que el régimen sirio ha perdido la credibilidad sobre su intención de efectuar reformas, la autodestrucción de su credibilidad está arrinconando al presidente Al-Assad ya que no dispone de más opciones y promesas. A la pérdida de iniciativa de Al-Assad se suma también la Liga Árabe que no ha impuesto un medida efectiva y definitoria; así Al-Assad seguirá convencido de que saldrá más fortalecido de esta crisis y no tendrá ninguna justificación para efectuar concesiones –aun legitimas- en un diálogo con la oposición, ya que no habrán sanciones.
Los Ministros de Exteriores árabes llegaron a considerar la suspensión de Siria de la Liga Árabe -según lo exigido por los manifestantes sirios- frente a la negativa del régimen sirio de aceptar una instancia de diálogo nacional entre ambas partes. En Damasco, durante un seminario celebrado en la sede del partido Al-Ba´ath, el Vice Ministro de Relaciones Exteriores Abdelfattah Ammoura afirmó que Siria le daba la bienvenida a cualquier esfuerzo sincero de los países árabes para preservar los intereses de la nación árabe; Ammoura también dijo que Siria le dará la bienvenida a la participación de representantes de Rusia, China, Sudáfrica, India y Brasil en el diálogo nacional que tendrá lugar en Siria.
La iniciativa de la Liga Árabe propuesta el domingo, basada en la formación de una delegación especial para mantener conversaciones con el gobierno sirio y la oposición fue considerada como una medida moderada debido al tono de la convocatoria y la falta de apoyo por parte del Representante Permanente de Siria en la Liga Árabe, Embajador Youssef Ahmed, quién había anunciado oficialmente la reserva de Siria sobre la resolución y la designación del Ministro de Qatar como jefe del Comité Ministerial Árabe.
La Liga espera que el consenso internacional la libere de una doble decisión dolorosa, por un lado la de enfrentar la responsabilidad que le compete al Estado sirio frente a la masacre y por otro no ceder a la tentación de conferirle la misión de pacificar al país a las fuerzas occidentales. Las sucesivas advertencias y llamados –tanto de árabes como de occidentales- han sido desoídas por el régimen sirio, que promete implementar las reformas pero redobla la violencia; de hecho Siria no ha ocultado su convicción que en los pedidos del Consejo de Seguridad y la Liga Árabe subyace una conspiración contra el régimen y que muchos de esos Estados son los mismos que promueven a los grupos armados en el terreno.
Un cambio significativo, luego del paso más de 6 meses de protestas, es que el régimen sirio ha perdido la credibilidad sobre su intención de efectuar reformas, la autodestrucción de su credibilidad está arrinconando al presidente Al-Assad ya que no dispone de más opciones y promesas. A la pérdida de iniciativa de Al-Assad se suma también la Liga Árabe que no ha impuesto un medida efectiva y definitoria; así Al-Assad seguirá convencido de que saldrá más fortalecido de esta crisis y no tendrá ninguna justificación para efectuar concesiones –aun legitimas- en un diálogo con la oposición, ya que no habrán sanciones.
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