Rusia logró la promesa de presidente sirio, Bashar Al-Assad, de ponerle fin a la violencia en contra los opositores, pero ello no impidió que los Estados occidentales y árabes buscasen aislar aún más a Siria retirando a sus embajadores de Damasco ni mucho menos le impidió al presidente Al-Assad ordenarle a sus fuerzas de seguridad que nuevamente atacasen a Homs, dejando un saldo estimado de 100 víctimas en las últimas 24 horas.
Sergei Lavrov, Ministro de Relaciones Exteriores ruso, quiere revivir las misiones de monitoreo de la Liga Árabe -mismo plan para resolver la crisis que Moscú y Beijín vetaron el sábado- pero hasta el momento el viaje a Damasco no ha despertado mayores esperanzas de un cambio de políticas en Siria. Al-Assad no ha dado señales de que vaya a dejar el poder en el corto plazo y, de hecho, dijo que iba a cooperar con cualquier plan que para estabilizar Siria pero dejó claro que eso sólo incluye la propuesta de la Liga Árabe sobre el diálogo, la liberación de prisioneros y la retirada del ejército de los centros de protesta.
Al-Assad ha señalado que las elecciones parlamentarias se celebrarán después de la aprobación de la Constitución pero también se comprometido a erradicar "los terroristas", mismos que el régimen asocia con la violencia; y aunque Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ha dicho que Al-Assad confirmó su "disposición a enviar una delegación oficial del gobierno para una reunión en Moscú con la oposición", esa propuesta ya fue rechazada por los miembros del Consejo Nacional Sirio (CNS).
Esta semana se conoció que el Pentágono está elaborando planes de contingencia para la intervención en Siria -que incluyen la acción militar- ya que el gobierno de Obama proyecta una estrategia más eficaz para detener la violencia del régimen sirio contra los opositores. El Departamento de Defensa ha estado trabajando durante varias semanas en planes para que EE.UU. pueda hacerle frente a una avalancha de refugiados y a la prestación de asistencia médica en caso de un asalto militar directo en Siria; la planificación incluye la intervención coordinada con los aliados como Turquía y otros países de la OTAN.
Funcionarios del gobierno dijeron que la "revisión interna" fue una iniciativa del Pentágono, no la Casa Blanca, con el fin de ser capaces de presentar opciones para el presidente Obama si él las pide; los funcionarios señalaron que ello no es un cambio de enfoque en la búsqueda de una solución diplomática. Pero la presión política está creciendo en Washington para una acción más decidida de la administración de Obama contra el régimen de Al-Assad, en especial luego de los asaltos a Homs y los vetos de Rusia y China en el Consejo de Seguridad.
De hecho, el presidente de EE.UU., Barack Obama, tuvo que salir el fin de semana a anunciar que está descartada una operación militar similar a la de Libia. Estas declaraciones fueron en respuesta a sectores de la oposición republicana como el senador John McCain y otros miembros del Congreso, quienes apoyan la idea que EE.UU. deben entregarle armas a los rebeldes sirios como una medida para contener la violencia.
Con ningún plan concreto diplomática a la vista la Alta Comisionada de DDHH de ONU, Navi Pillay, presionó a la comunidad internacional para actuar –en particular luego de los hechos en Homs- mediante un comunicado señalando su consternación por asalto intencional del gobierno sirio en Homs y subrayó "la extrema urgencia" para proteger a los civiles ya que la situación humanitaria en Homs y otras áreas se ha ido deteriorando.
Turquía, ex aliado de Siria y ahora opositor al régimen de Al-Assad, propone una conferencia internacional en Estambul o otra parte del Medio Oriente para discutir la creación de una "plataforma internacional que represente la conciencia de la humanidad para ayudar a los sirios” según lo anunció el Ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu. Hablando en una entrevista de la televisión turca NTV, Davutoglu dijo que Ankara no podía mantenerse al margen y dejar a Siria librada a su propio destino.
El establecimiento de “una plataforma internacional” significaría una agrupación de Estados fuera de ONU para aumentar la presión diplomática sobre Siria con el fin de asegurar una resolución más dura; la idea turca es reflotar al "Grupo de Contacto de Libia", un grupo informal de países que se reunieron varias veces -incluyendo en Estambul- para armonizar las políticas durante el levantamiento en Libia contra Gadafi y canalizó los esfuerzos para derrocar al líder libio.
1 comentario:
Gracias estimado por el espacio... al fin encuentro un devoto como yo de la situacion en Siria... pues obtener informacion fidedigna es clave para mis analisis, ya que existe mucho contenido sesgado en el internet. Gracias nuevamente, muchos saludos desde la Mitad del Mundo.
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