jueves, 20 de enero de 2011

El Ministro de Relaciones Exteriores de Siria se reunió con el embajador de EE.UU.

El entrante embajador de EE.UU. en Siria, Robert Ford, se reunió con el canciller sirio, Walid Moallem, donde le mostró la carta de nombramiento que presentará en breve al presidente sirio Bashar Assad. Según un informe oficial, los funcionarios hablaron sobre el fortalecimiento de los lazos entre Damasco y Washington.

Ford es un diplomático experto en el mundo árabe, se ha desempeñado como embajador en Argelia y, más recientemente, como subjefe de la misión en la embajada de EE.UU. en Bagdad. Su esposa, Alison Barkley, es diplomática de EE.UU. en Arabia Saudita. En un comunicado, la embajada de EE.UU. señaló que el nombramiento representa una acción tangible de América para tratar de encontrar intereses comunes entre Siria y los Estados Unidos a través de un intercambio más regular y directo con el gobierno sirio y su gente

El envío de un funcionario de la administración o legislador que va a reunirse con Assad, no puede sustituir a un embajador que interactúa a diario como los ojos y los oídos EE.UU., midiendo la diferencia entre la postura pública de Assad y lo que podría estar dispuesto a hacer bajo la presión diplomática.

La llegada de Ford se produce en un momento de creciente tensiones en el Líbano y nombramiento de Ford muestra que el Presidente Obama quiere trabajar con Siria, aunque no esté de acuerdo en todos los temas.

Siria es un actor clave en los conflictos del Medio Oriente. Siria es, un vecino de Irak, mantiene contactos con una serie de grupos palestinos, es un Estado árabe que aún tratan de recuperar las tierras ocupadas por Israel y es un actor clave en Líbano.

Este último punto en particular, ha sido uno de los motores que impulsó a la administración Obama a enviar un embajador. Siria ha apoyado a diferentes políticos libaneses con el objetivo de que Líbano no sucumba ante la influencia de Irán y se aleje de la órbita siria. Los canales de diálogo propuestos por Arabia Saudita y Siria junto a la cumbre turco-qatarí han instalado nuevamente al régimen de Al-Assad en la arena diplomática del Medio Oriente; por ello, es que EE.UU. debió nombrar a Ford si desea gestionar sus intereses en la región.

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