viernes, 23 de julio de 2010

Los viejos hábitos de dominación siria sobre Líbano son duros de morir

Michael Young - www.thenational.ae
22-07-2010

Este fin de semana pasado, primer ministro del Líbano, Saad Hariri, viajó a Damasco, donde los funcionarios libaneses y sirios firmaron 17 acuerdos bilaterales. Para muchos observadores se trataba de nuevos elementos de prueba de la mejora de las relaciones entre Beirut y Damasco. Un acuerdo de defensa todavía no se ha completado entre el Líbano y Siria.
Eso no es sorprendente. El régimen del Al-Assad continúa enviando armas a Hezbollah, desafiando resoluciones de la ONU, cualquier acuerdo de defensa creíble tendría que ocuparse de ello seriamente. No hay que contener la respiración. Damasco sólo gana en el Líbano como campo abierto para el conflicto, incluso se vende rentablemente a nivel regional e internacional como el único capaz de contener a Hezbollah y a mediar entre los libaneses. En otras palabras, Siria está replicando su táctica muy utilizada de ofrecerse a extinguir incendios.

Siria también intentará ganar políticamente de las posibles acusaciones que puedan ser expedidas por el Tribunal Especial para el Líbano establecido para castigar a los responsables del asesinato de Rafiq Hariri. Portvoces de Siria en Beirut han instado a Saad Hariri para torpedear el tribunal declarando que está politizado. Siria es casi seguro que detrás del crimen, pero una investigación de la ONU chapuceó entre 2006 y 2008 no siguió el ángulo de Siria.

La mayor parte de la evidencia parece apuntar a los miembros de Hezbollah como facilitadores en el crimen. Preparadonse para lo peor, hace unos días el secretario general del partido, Hassan Nasrallah, denunció al Tribunal como un “proyecto israelí”, lo que es una indicación para que Hariri ponga fin a la colaboración del Líbano con el Tribunal.

La noción de que Siria se ha reconciliado con un Líbano soberano es una ilusión. Assad no tiene a su ejército en el país pero un regreso militar sirio no se puede descartar entre las consecuencias de una devastadora guerra entre Hezbollah e Israel.

Esta guerra, si se produce y dura más que el conflicto de 2006, tendría repercusiones en beneficio de Siria. Los daños causados desacreditarían al Estado libanés, arruinaría la arquitectura de seguridad de la ONU en el sur del Líbano; Hezbollah, si no es derrotado totalmente - y no puede serlo - seguiría combatiendo y llegará a ser visto en el mundo árabe, Israel y Occidente como una molestia importante. Assad podría verse tentado a utilizar todo esto para diseñar un regreso militar sirio, con el argumento de que Siria el único que puede estabilizar el Líbano.

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